jueves, noviembre 02, 2006

015. NUEVA VERSION DE LA FELICIDAD

Cada uno tiene su propia versión de la felicidad. Tal vez nunca se intente definirla, tal vez nunca se cuestione su presencia o su ausencia. Lo cierto o lo definitivo es que de la felicidad cada uno tiene su propia experiencia e interpretación. En la novela La Tregua, la madre de Laura Avellaneda afirma: “ la verdadera felicidad es un estado mucho menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiende siempre a soñar. La gente ha creído que la felicidad era una permanente sensación de indefinible bienestar de gozoso éxtasis, de festival permanente. Los presuntos desgraciados que no viven eso tan vez son ya felices pero no se han dado cuenta”. Y no es raro que uno se vea rodeado de concepciones de felicidad que le hace desconocer la felicidad que ya tiene entre sus manos. Porque uno no puede ser feliz respondiendo a la medida de una definición. La felicidad se deja describir a posteriori, cuando efectivamente se la ha disfrutado y se va desvaneciendo, del mismo modo que al despertar la realidad desplaza las bellezas del sueño…Para algunos la felicidad es algo cercano a la utopía, al mundo de los sueños, a un deseo nunca alcanzado y siempre esperado.La felicidad es la razón de una lucha perpetua, de la vida o de la muerte. Hay quienes prefieren contentarse con lo poco y bueno que tienen abandonando lo mucho y mejor que los demás parecen disfrutar: la vida, simplemente, el bienestar, las riquezas, todas y cada una de las cosas del mundo, el universo imposible o el cotidiano desarrollo de la existencia rutinaria pero segura.La felicidad es un carretel siempre dispuesto a albergar el hilo de nuestro goce. Nunca ofrece resistencia, ni impone criterios. Es pasiva, dócil, dispuesta. Por momentos se lanza desbocada por el camino de la promesa y con la misma violencia devuelve todo lo que por meses retuvo entre sus brazos. No quiere comprometerse con ningún formato, ni eternizarse en formas definitivas. No nos dice nada. No pronuncia palabra. Calla. Esta dispuesta a abrazar siempre nuestras decisiones… Cuando el carretel desaparece, cuando el hilo se corta, cuando todo fenece, uno se queda con los despojos de lo que pudo entretejer. La felicidad, en suma, depende de nosotros. Y yo aun no sé cuál es la mía.(febrero / 06 y algunos años antes, también)