lunes, agosto 20, 2007

163. NUEVOS LIBROS + DESDE MUY LEJOS

¿Podés traerme algunos libros que no los puedo conseguir aqui?
01. ROUSSEAU, J.J. : EMILE OU DE L'EDUCATION. Folio.Essais
02. CONDORCET: CINQ MEMOIRES SUR L'INSTRCTION PUBLIQUE. GF.Flammarion
03. ROUCHE M.: HISTOIRE DE L'ENSEIGNEMENT ET DE L'EDUCATION. Tempus.
04. LINDO ELVIRA: POBRE MANOLITO.
05. LINDO ELVIRA: MANOLITO GAFOTAS
06. RIVAS MANUEL: ¿QUE ME QUIERES, AMOR? Alfaguara
07. GRUWELL: DIARIOS DE LA CALLE. Epipsis
08. PENINAT: CONOCIMIENTO Y EDUCACION SUPERIOR. Paidós.
09. KNICHT: EL PROFESORADO DE EDUCACION SUPERIOR. Narcea.
10. FULLAN M.: LOS NUEVOS SIGNIFICADOS DEL CAMBIO EN LA EDUCACION. Octaedro.
11. IMBERNON (coord): LA EDUCACION EN EL SIGLO XXI: LOS RETOS DEL FUTURO.

162. LOS NUEVOS PRINCIPES EN LA DEMOCRACIA

Usted escribió un libro sobre El príncipe democrático. ¿Necesitan siempre las democracias líderes fuertes? "Vengo de un país donde hay un gran miedo al príncipe. Italia tuvo el fascismo, la Piazza Venezia en Roma, un balcón (yo soy de una familia que ha estado comprometida en política, mis padres pertenecieron a la Resistencia, y crecí con esa imagen, ese terror del balcón en Piazza Venezia) con Mussolini hablando a las interminables masas italianas: "¡Vamos a la guerra!" "¡Sííí!" Entonces, ese miedo al déspota, al dictador, acompañó toda la cultura política italiana de la posguerra, como acompañó la cultura política alemana. A medida que Italia fue consolidándose en la integración europea y más avanzaban las otras democracias y a Italia más le costaba seguir el ritmo, traté de comprender por qué a Italia le costaba tanto. Nos atemorizaba el hecho de que hubiese alguien que tomara decisiones. Al fascismo le dimos la respuesta del "asambleísmo". Antes decidía uno solo, ahora deben decidir 945 personas: 630 de la cámara baja y 315 de la cámara alta. Frente a esto traté de comprender la figura del Príncipe y aplicarla a las democracias europeas y estadounidense. Obviamente, siendo italiano, tuve que subirme a las espaldas del gigante más grande de los estudiosos del Príncipe, que es Maquiavelo. El explicaba, ya hace muchos siglos, que las democracias -"las repúblicas", las llamaba entonces- necesitan decisiones. La verdadera cuestión no es evitar el surgimiento del Príncipe, sino cómo se logra domesticarlo. Porque cuando no hay un príncipe que decide (hablamos de "príncipe" en términos republicanos, está claro) los que deciden son poderes ocultos; los grandes poderes económicos, los sectores del Estado, los servicios secretos, las corporaciones transnacionales. Si sacamos a la superficie al Príncipe, sabemos quién toma las decisiones. Pero hay que crear equilibrios." (SERGIO FABBRINI: POLITOLOGO ITALIANO)

161. MARATON DEL VIERNES Y UN POEMA

Yo sé que debería describir lo que ha sido este viernes para ellos. Pero la maratónica tarea que los ha tenido entretenidos por mas de una hora haría que me olvide de mis propias tareas. Y aunque anduvo ALCUINO y los MEDIEVALES merodeando en mis escritorio, no puede dejar de transcribir un bello poema de FABIO MORABITO (1955) sacada de un recomendable (aunque desconocido entre nosotros) libro LA OLA QUE REGRESA (poseía reunida). En realidad - ahora lo pienso - viéndolos debería haber transcripto hoy CUARTETO DE POMPEYA, bellísimo poema que comienza con "Nos desnudamos tanto..." y que finaliza con una estrofa antológica: "Esa noche la lava/mudó el paisaje en piedra./ Tú y yo fuimos lo único/ que se murió de veras". Pero he optado por este:

Hay hermanos que no aprenden
con la edad a caminar parejos
a nivelar sus años en la calle.
Uno se apura y se adelanta,
y el otro, pisando
el surco abierto por su hermano,
se ensimisma,
tomando el surco como propio,
aligerando la tarea del que abre paso,
de modo que el favor el mutuo:
el de adelante se hace cargo del trayecto
y deja al otro libre de soñar
y especular,
quizá de ver mas lejos,
y el sonador, al emular
los pasos del hermano que se apura,
los absorbe
para que el otro sienta cada paso propio envuelto
en otros pasos que lo siguen,
que lo disculpan
y lo exoneran de pisar,
que borran cada paso suyo
para que vuele y no camine.

160. EL MITO DEL ETERNO RETORNO + MUY LEJOS DEL FINAL

Es la necesidad permanente de volver, de regresar, de recrear. Uno no puede resignarse que la primera vez, la única vez, la última vez es la definitiva, que se ha jugado todas las cartas en ese juego y que, mas allá del resultado de la partida, anda a la búsqueda de otra oportunidad. Así sucedió en un lejano 1972, del que casi ya no quedan ni recuerdos ni testigos... y así anda merodeando por nuestras vidas en este invierno demorado. Uno tiene la impresión de que es necesario comenzar nuevamente y sentirle el gusto al amor, al deseo, a la ansiedad. Es verdad que guarda en el recuerdo vestigios de momentos análogos, pero parecen definitivamente sepultados. Tiene la extraña sensación de que ya nada puede pasar, que - aunque lejano - solo le resta aguardar el final. Y entonces lo sobresalta el interés por volver nuevamente a crear el ciclo. Y armar el cuerpo de las antiguas energías y salir a buscar territorios desconocidos y llenar de besos los lugares que nunca había descubierto, y descubrirle el sonido a las propias palabras y a las ajenas. Y las risas, y los llamados y los mensajes, y la espera, y la fuerza de la vida.
Debe ser eso, nos decimos, ese debe ser ese el secreto de la fuerza que nos mueve mas allá o mas acá de la geografía habilitada. Tal vez sea una explícita renuncia a la avaricia, a la usura, a la propiedad propiedad privada, y la deliberada opción por la pluralidad: y el cuerpo vuelve a ser una posibilidad, un ofrecimiento, un diálogo. Y descubre que la piel aun está viva, que los labios o la lengua son un torbellino a la búsqueda de oposiciones. Y la síntesis dialéctica proviene de una antítesis que hemos modificado, sustituido, construido, desplazando o eliminando la anterior. Visible e invisible. Y entonces estamos nosotros dos, sin saber cómo se producen los milagros, sin intentar remover el pensamiento para buscar razones o reconocer culpas, con todos los sentidos puestos en el nuevo ciclo, sobreviviendo de los ciclos anteriores, de los movimientos de la dialéctica del pasado. Y estamos imaginando el futuro, llenando de presente, de intensidad, de entrega, de riesgos, de maratónicos encuentros nuestras vidas. Debe ser el mito del eterno retorno. No nos bañamos nunca dos veces en el mismo río. Nunca amamos dos veces los mismos labios. Ni miamos los mismos ojos. Ni escuchamos las mismas voces. Ni pronunciamos las mismas palabras. Los "te amo" siempre son distintos. No abrazamos tres veces el mismo cuerpo. No hacemos nunca el amor de la misma manera. No vivimos nunca la misma vida... y si a pesar de todas las leyes de la ontología: besamos los mismos labios, abrazamos el mismo cuerpo, repetimos el ritual del amor, vivimos para siempre la misma vida... es que - en cierto modo, de muchos modos - ya nos hemos muerto y no lo sabemos y jugamos a sobrevivir la misma vida en días que se repiten a sí mismos.
Estoy viajando. Suena en el CD un repertorio de canciones que nos agradan. Pienso en este saludable retorno - el tuyo, el mío - y me sonrío, mientras la niebla me impide avanzar a mas velocidad. La niebla es la vida misma... y yo me atrevo, piso el acelerador, salgo a la búsqueda de la eternidad, del infinito. Y canto las canciones que ya comienzo a reconocer. No sé por qué no estás a mi lado viajando. O estás y no te veo. Pero sé que por fin hay un lugar en donde elijo quedarme para siempre. Creo que es un lugar común: vos tambien me decís que querés quedarte para siempre.