domingo, julio 08, 2007

138. RITUAL

Estas allí. Estoy aqui. Lo hemos convenido, pero estaremos lejos. Vos entre los tuyos. Yo entre los míos. No hay vuelta. No la puede haber. Los llamados previos han acordado el ritual. Y los dos estamos en el mismo lugar, compartiento el mismo tiempo, seguro de saber que el otro está allí viviendo lo mismo. Pero no cruzaremos mas que mínimas palabras, furtivas miradas, cierto gesto cómplice, lejano. No importa. Es lo que hay. Conversar con quien está a tu lado. Lo hago con quien me acompaña. El concierto, la música, los instrumento, los aplausos. El tiempo pasa. Llega el final. Nos cruzamos nuevamente. Apenas. Palabras al pasar casi sin escucharnos, mirándonos. Y me pierdo en la noche fría, gris, neblinosa. Y te pierdo. Por un tiempo. Nunca nos perdemos. Hemos nacido para encontrarnos definitivamente.

137. LOS PAQUETES DE LA VIDA, DE LA TUYA

"Siempre me armás paquetitos. Siempre caigo. Me quedo mirándote, escuchándote y caigo. No hay forma de resistir. Y eres capaz de darme vuelta el argumento y yo sé que me estás engañando, que me estás diciendo discretamente lo contrario de lo que pienso o de lo que te pido, que no me meta o que no te interesa, pero inmediatamente tejés con tu mirada y tus palabras el nuevo paquete para que yo me convenza... y allí estoy rendida. Y no reaccíono. Porque no puedo o porque no quiero. Porque me gusta verte asi. Y despues, cuando te vas, cuando ya no estás, allí... desenvuelvo los paquetes y te encuentro. Me río, me río de mi misma.. y me quedo pensándote, sin rencor... Si esa es tu habilidad, si ese es tu fuerte... ¿qué puedo hacer? Y yo me quedo escuchandote. ¿No es esa una forma de amar? ¿Qué distancia media entre el enojo profesional de la mañana del viernes... y tu llegada a nuestro lugar y la reconciliación envuelta de todos los gestos que nos agradan? Los paquetitos me dirás... pero no es cierto: tú eres lo suficientemente lista como para romperlo, pero clavas tus ojos en los míos, pedís que hable, que murmure, que lea un escrito o una poesía y te predisponés a que yo arme todos los paquetes que solamente son unos de los nombres que le damos al amor.