jueves, mayo 01, 2008

297. A VECES

"Yo hubiera querido estar de una vez en el día siguiente, yo me quería salir de esa noche. En eso, me pegaron un codazo que jue casi un alivio. Era Rosendo, que se escurría solo del barrio. ­"Vos siempre has de servir de estorbo, pendejo", ­me rezongó al pasar, no sé si para desahogarse, o ajeno. Agarró el lado más oscuro, el del Maldonado; no lo volví a ver más. Me quedé mirando esas cosas de toda la vida ­cielo hasta decir basta, el arroyo que se emperraba solo ahí abajo, un caballo dormido, el callejón de tierra, los hornos ­y pensé que yo era apenas otro yuyo de esas orillas, criado entre las flores de sapo y las osamentas. ¿;Que iba a salir de esa basura sino nosotros, gritones pero blandos para el castigo, boca y atropellada no más? Sentí después que no, que el barrio cuanto más aporriao, más obligación de ser guapo." (Borges, por supuesto)
Siempre digo que soy apenas un arroyito, poca cosa, que uno es nada o nadie, y que sòlo hace el incansable esfuerzo por llegar a ser relevante en la propia vida y, un poco, en la vida de los otros.