En este intento por jugar con nuestro cuerpo o convertirlo en un ámbito de registro de nuestras construcciones subjetivas, algunos optan por hacerlos en los sitios del cuerpo que normalmente se exhiben; otros optan por lugares menos frecuentados pero adaptan su vestimenta a la determinación de dar a conocer el registros; y otros finalmente eligen la intimidad del cuerpo a la que solamente acceden ellos o aquellos que están habilitados para frecuentarlo (por diversas y variadas razones)… a menos que esas decisiones sean precisamente las que habiliten una desefadada exhibición del propio cuerpo.
Piercing y tatuajes desencandenan otras problemáticas, especialmente aquellas que tienen que ver con la intervención sobre el cuerpo:
(1) La decisión de intervenir sobre el propio cuerpo: el cabello, la barba, el rostro (afeites y cosmética), auto-tatuajes, auto-perforaciones, adicciones.
(2) La decisión de autorizar a otros que intervengan sobre el cuerpo: operaciones estéticas, operaciones necesarias para atender a problemas de salud, tatuajes externos, piercing, perforaciones.
(3) La intervención externa y disciplinaria sobre el otro: (a)Tatuar para identificar (campos de concentración). (b) Extirpaciones o marcas por motivos religiosos (circuncisión, otros). (c) Disciplinar el cuerpo del hijo: identidad sexual, costumbres culturales, horarios (comidas, necesidades fisiológicas, etc), higiene, presentación. (d) Moldear el cuerpo del soldado (Foucault/1): fortaleza, resistencia, porte, marcha, presencia, resistencia al dolor, etc. (e) Moldear el cuerpo del trabajador (siglo XIX): vestimenta, cabello, barba, horario, rendimiento diario, distribución de los tiempos vitales (dormir, alimentarse, vigilia). (f) Moldear y modelar el cuerpo del alumno: vestimenta o uniforme, higiene, limpieza del cuerpo, control de necesidades corporales, cabello. Sentarse, desplazarse en orden (filas), marchas, permanecer en silencio, escuchar, dirigir la mirada. Escribir con la mano que corresponde y leer en la posición establecida. No tocar el cuerpo del otro (Foucault/2).
(4) Nuevas intervenciones en el cuerpo de los usuarios de la escuela: cabello a medida, cabello atado en las mujeres, no teñirse o cambiar el color natural (¿?), evitar los afeites y la cosmética (ojos, rostros, labios) y cuidados de sectores del cuerpo (unas pintadas), modalidad de la vestimenta: no llamar la atención, no provocar, no diferenciarse de los demás (homogeneizarse)porque el cuerpo debe permanecer ignorado, disimulado, oculto detrás de las funciones principales (cuerpos que solamente escuchan, miran y escriben). Mandatos para los alumnos y para los docentes.
(5) Contradicción con respecto al uso del cuerpo de las culturas juveniles: exhibirlo, mostrar sus partes, desinhibición: desnudez, provocación, juego de las vestimentas (ocultar y mostrar, ropa interior que se marca, se sugiere, se quiere mostrar) cambios de identidades: barba, cabello, teñido, afeites, etc. La diversión no juega con la mirada del cuerpo del otro, sino con la clausura de la mirada: la luz solo refleja ráfagas de cuerpos que se iluminan fugazmente, no hay encuentro con el cuerpo del otro sino miradas oblicuas, ajenas, aceleradas; la diversión clausura la mirada sobre el cuerpo desinhibido del otro, clausura la palabra (no se puede hablar, no se puede escuchar). Tatuajes y piercing permiten intervenir sobre el cuerpo para dejar testimonios definitivos (tatuaje) o pasajes (perforaciones del piercing), jugando con las perforaciones (tatuar es perforar, los piercing representan perforaciones de la epidermis o completas)… Cuerpo que, al mismo tiempo, se entrega y que se mezquina.