sábado, enero 19, 2008

255. RABIA

INICIO: "Cuando vos naciste, yo estaba acabando... No te creo - dijo Rosa riéndose - no podés acordarte de una cosa así... Se llevaban quince años. Rosa tenía veinticinco y José María cuarenta..." (Bizzio: 11)
FINAL : "¿Sabía quién era Rosa? No. En cierto sentido, la había inventado. Eso le dolió. Sintió ese dolor y pensó que sí, que a lo mejor la había inventado. Pero moría con su hijo en brazos." (Bizzio: 226)
SERGIO BIZZIO no ofrece la increíble historia de Rosa y de José María (María) rodeados de otros personajes que entran y salen de sus vidas con diversos grados de duración y profundidad Joselito, Alvaro, Israel, El Capataz, el Sr. Blinder, la Sra. Blinder, Ricardo y Rita (con sus hijos)... pero sobre todo es la historia de esa casa señorial en la que vive Rosa y en la que terminará viviendo María. Tiene un inicio realista, directo (con el encuentro de un albañil de 40 años con una mucama de 25) y se va transformando en una historia increíble, pero verosímil.
María parece alimentarse de rabia, porque la violencia es la que lo recorre de los capítulos iniciales en los que su presencia de intruso en la zona del edificio en construcción lo enfrenta con vecinos y patrones. Terminará matando - con un ataque de furia que se vuelve incontenible - todo lo que se le oponga a sus proyectos o todo lo que se interponga en su camino. Las muertes que provoca son primitivas: golpear, oprimir, ahorcar, romper. Sin armas, porque sus armas están - como los animales - en su mismo cuerpo. El capataz, Alvaro, Israel son quienes le quitan el trabajo, el violan a Rosa o la engañan hasta hacerle un hijo que no reconocen. Ubicar a la víctima, encontrarlo solo, matarlo.
Pero esa rabia no es el eje de la historia. Porque María no vive siempre rabioso, sino que hay un generoso registros de estados, especialmente cuando - perdido por los sucesos - determina recluirse en la CASA. María no lo ha programado pero de alguna manera "despierta" después de la decisión de hacerlo... y no tiene forma de retornar a la vida normal. Encerrado en las habitaciones superiores y en los altillos, cambia la vida real, productiva y social de los primeros capítulos por el encierro, la soledad, la desaparición.
Aunque se comunica con Rosa, aunque la observa... nunca revelará su escondite, su lugar. Sus mínimas salidas no le impedirán el retorno obligado a SU lugar, porque la casa es en definitiva su único universo disponible, un microcosmo que no le impedirá observar, reconocer el macrocosmo= los otros, el interior y el exterior.
Pero en ese prolongado encierro (¿dos o tres años?) la vida sigue, aunque se concentra solo en él y en la vida de los otros que ingresan en su circuito de observación.
Y allí aparece uno de los mayores aportes de la novela que está muy bien escrita. MARIA tiene un admirable crecimiento interior, humano. No es el mismo MARIA el que se refugia que el que finalmente - enfermo - es descubierto por Rosa y Joselito. Las lecturas, las observaciones, la presencia en la casa, la subsistencia, el pensamiento, sus soliloquios, los recuerdos de su vida (sus padres, Gobernador Castro) lo hacen crecer en todos los sentidos. Sus pensamientos, sus palabras, la manera de observar y procesar la realidad lo transforman, cambian su capacidad de ser y de hacer.
Pero al mismo tiempo, MARIA se animaliza: anda desnudo por la casa como un animal, tiene un uso primitivo de los sentidos, potencia el rendimiento de cuerpo, satisface de manera elemental las necesidades. Esa "relación" que entabla con la rata que da vueltas por su habitación (y que termina mordiéndolo sobre el final) es toda una declaración de su proceso de animalización...
Y hay finalmente un juego sartreano de la mirada: MARIA está en la casa, es el único que se sabe allí... y se convierte en un panóptico móvil de la vida de todos, de la vida real, común, compartida... y de la otra: de la vida íntima, muy privada, los gustos o los vicios secretos... mirar sin saber que se los está observando, sin que nunca sepan que los está observando. Todos los habitantes de la casa se vuelven presa de este observador universal y movedizo que da vueltas, entreabre una puerta, mira por el ojo de la cerradura, revisa las cosas, y reconstruye la vida visible e invisible de cada uno. Hay algo de esas cámaras de películas de suspenso o de terror que dan vueltas con una presencia que no podemos ni sabemos revelar... pero aqui está alimentado por la ignorancia: nadie sabrá hasta el final que MARIA está allí.
Tal vez haya algunas cuestiones que parece fuera del contexto de ese MARIA cuyo origen no puede negar: las referencias a algunos saberes mas cultos, el libro TUS ZONAS ERRONEAS y ese cruce con Bioy Casares y el manifiesto a favor de los escritores. Tal vez... pero un relato vuelve verosímil hasta lo imposible.
VER en www.el interpretador.net el capítulo primero de la novela.

254. TELARAÑA = 2005 - 2007















Las arañas segregan la seda en la que viven y cazan, un filamento extensible a la vez que resistente que pasa rápidamente de estado líquido a sólido desde unas glándulas situadas en su vientre llamadas hileras. La construyen de manera imperceptible y silenciosa de tal manera que, cuando uno repara en ellas, ya se ha urdido la trama. Metafóricamente telaraña refiere toda estrategia que pacientemente se teje y se arma para que caiga la víctima, casi sin darse cuenta. En muchos casos esta "caída" es una condena irremediable y trágica; en otras, es una sensación dulce, placentera, cercana a la felicidad.
Suele suceder que algunas telarañas surgen en el interior de otras telarañas... y nunca se sabe quién es el que cae en la trampa, quien es el autor del juego, quién es la víctima y quien el victimario.