domingo, julio 12, 2009

395. LA DUDA Y LOS CONFLICTOS ACERCA DE LA VERDAD











Título original: DOUBT. LA DUDA

Año: 2008
País: USA. Duración: 104 minutos
Director: John Patrick Shanley
Reparto: Meryl Streep (Hermana Aloysius), Philip Seymour Hoffman (Padre Flynn), Amy Adams (Hermana James), Viola Davis (Mrs. Muller), Lloyd Clay Brown (Jimmy Hurley), Joseph Foster (Donald Miller), Bridget Megan Clark (Noreen Horan), Lydia Jordan (Alice), Paulie Litt (Tommy Conroy), Matthew Marvin (Raymond Germain), Evan Lewis (Parroco John).
Guión: Patrick Shanley.

Producción: Scott Rudin.
Música: Philip Glass.
Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Dylan Tichenor.
Diseño de producción: David Gropman.
Vestuario: Ann Roth

Es 1964,en el colegio de San Nicolás en el Bronx. Un vibrante y carismático sacerdote, El padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) es un sacerdote simpático y carismático que goza de prestigio en la comunidad parroquial. Trabaja como animador pastoral en la escuela y pretende cambiar las estrictas y anticuadas normas del colegio por un tipo de trato mas humano y de mayor confianza entre los docentes y los alumnos. La hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una directora con mano de hierro que cree firmemente en el poder de la disciplina, es quien gobierna la escuela desde hace mucho tiempo. Su presencia desde lugares estratégicos de observación y vigilancia (panóptico) es el reaseguro indiscutible de que toda falta dedebe ser descubierta y debe ser castigada. La presentación de cada uno de los personales, los revela como serán en el desarrollo de la obra: el cura predicando con una gran capacidad para relacionar el mensaje evangélico con la realidad que viven los feligreses, contrasta con la humilde presencia de la hermana James y el rigor de la hermana Aloysius que parada en el fondo de la iglesia vela por el orden y la disciplina de cada uno de los alumnos, con castigos y advertencias.

La estructura arquitectónica de la iglesia y del colegio sigue siendo muy tradicional, y desde ese ordenamiento espacial se maneja la educación en un colegio tradicional y prestigioso. Sin embargo, hay vientos de cambios, tanto en la sociedad como en la iglesia (Concilio Vaticano II y nuevas costumbres en las celebraciones, que se insinúa en la manera con que el sacerdote habla y se desplaza con confianza hacia la primera fila de fieles): el colegio ha aceptado a su primer alumno negro, Donald Millar. El sacerdote es mirado con desconfianza, simplemente porque expresa un formato educativo diferente: se acerca a los alumnos, tiene confianza con ellos, trata de interesarse por sus problemas, interpreta con otros códigos el compromiso como educador.


De hecho la película es un repertorio de lugares comunes de una escuela tradicional: dirección, clases, control de la disciplina, enseñanza, interrogatorios, castigos, uso del espacio y del tiempo escolar, manejo de la autoridad y de la obediencia… que trae generosos recuerdos a quienes pertenecen a esa generación de alumnos o de docentes.


La hermana James (Amy Adams) es una religiosa muy joven, inocente, crédula que esta descubriendo todos los mundos. Hay algo que despierta su interés y su preocupación: algunos gestos inusuales, indiscretos y ambiguos del Sacerdote con algunos de sus alumnos, especialmente con Donald. Crees que debe comentarlo con su superiora, la hermana Aloysius que no le tiene simpatía, ni acepta los mensajes del Padre Flynn. La superiora comienza una cruzada personal para investigar y sacar a la luz la presunta verdad y expulsar a Flynn del colegio. No tiene ninguna prueba, pero ante la duda, el reo debe ser condenado, y basada en sus curiosas convicciones morales (traicionando numerosos principios éticos), la hermana Aloysius comienza una batalla con y contra el padre Flynn, para lograr que abandone la comunidad.


Y allí aparece el juego de versiones: se trata de descubrir la VERDAD, pero en realidad se trabaja con opiniones, versiones, conjeturas, aproximaciones, todas muy VEROSIMILES. Pero la verdad trabaja con la adecuación entre el juicio o proposición y la realidad… ¿Cómo conocer la realidad que vive el Padre Flynn si solamente debemos aceptar – fe – lo que él afirma? Para la Hna. Jame se trata de creerle al Sacerdote, de aceptar sus versiones, sus referencias. Para la Hna. Aloysius se trata de alimentar la duda, la sospecha, y hasta recurrir a la mentira inventando pruebas que puedan alimentar sus íntimas convicciones. Trabaja con CERTEZAS, pero no puede aportar EVIDENCIAS, aunque sale a la búsqueda de todas las pruebas para poder garantizar sus decisiones. Nunca juega la última carta y si la juega, nunca sabemos cuál es el valor de la misma. Ej. el presunto llamado a una Hermana de un colegio en el que el CURA ha trabajado… para certificar las razones de su traslado. El llamado nunca se produjo, pero la versión del mismo siembra inseguridad en el P. Flynn y alimenta las certezas de la monja.

Tanto el alumno como la madre del alumno saben que por el contexto familiar necesitan del respaldo del sacerdote y por el contexto escolar (exclusión y agresiones de los compañeros) de la presencia del Padre Flynn. Ambos saben que el sacerdote es necesario, y no quieren entrar a discutir hechos, versiones, situaciones que no se pueden ni probar, ni certificar. Ni el alumno negro, ni su madre quieren convertirse en prueba plantada, en denuncia inventada, en un instrumento manipulado por la Directora.


Hay tres sermones que acompañan la presencia del CURA en la película, TRES SERMONES que con vehemencia marcan la línea de desarrollo del argumento: LA DUDA (como una situación normal en alguien que cree, como una posibilidad de reafirmación en la fe), EL FALSO TESTIMONIO Y LAS MALEDICENCIAS como condena de las calumnias que pueden arruinar la fama y la vida de una personal, y la DESPEDIDA que oficia de paso del sacerdote a un nuevo destino.

Curiosamente, cuando la película se cierra y la joven hermana Jame (una recreación del autor y director de una Hermana real que fue su educadora en tiempos de su escuela primaria y que fue invitada a ver la obra de teatro y asesorar en la película con respecto a las costumbres de las Hermanas de la Caridad) le pregunta a su directora cómo se siente frente al desenlace los hechos: Aloysius reconocerá que vive sumida en la duda, que ése es el estado normal de su existencia. Tal vez la duda, el temor, la inseguridad sean los ingredientes que la convierten en el ser humano cruel que somete y aterroriza a todos.


Hay otra iglesia (Concilio y los cambios producidos), otra sociedad, otra sociedad que ya asoma en el horizonte… y que los niños de 1964 deberán enfrentar porque se convertirá en el desenlace del siglo XX.


Como espectador, uno vive la sensación de no saber, de nunca saber, de salir de la obra cargado de opiniones, conjeturas, versiones, sospechas, de tomar posición por una o por otro, pero carente de toda certeza, sumido en la DUDA.

LA OBRA DE TEATRO (2008). FABIÁN VENA coprotagoniza con SUSÚ PECORARO la obra de John Patrick Shanley, "La duda", en la que no sólo se plantean interrogantes vitales, sino que se enfrentan dos modos de ver el mundo. El actor explicó las múltiples razones que lo impulsaron a aceptar con entusiasmo el proyecto. "En primer lugar -señaló- la obra propone una cantidad de temas muy interesantes para desarrollar y para dar a la gente un motivo de reflexión. No sólo hablamos de la duda -explicó- sino de la manera de ver la educación y la vida, de reflexionar sobre si la certeza nace de la emoción o de un hecho.

Se plantean una cantidad de interrogantes a través de los cuales se cuestiona, poéticamente y en acción dramática, sobre qué cosas deposita cada uno su fe y en qué cree cuando cree".
Otro de los atractivos fundamentales para el actor fue la característica del personaje que debía interpretar. "Siempre se me ha identificado con los 'malos' o los 'conflictivos' y en este caso se trata de un cura párroco de la iglesia católica que desarrolla su rol con un sentido de vocación muy plena y transita una calidad de emociones muy importantes", comentó. "Es un tipo generoso, brillante, que pertenece a lo que empezó a ser después del II Concilio Ecuménico la 'Nueva Iglesia' -acotó-. Tiene una forma de creer en la vida de manera muy amorosa".

Es obra del actor humanizar los personajes profundizando en los aspectos que el autor no haya resaltado en el texto, evitar a toda costa los caracteres lineales que sean exclusivamente "buenos" o definitivamente "malos".Sin embargo no parece ser éste el caso en "La duda", ya que la contracara del sacerdote se manifiesta en la directora y a partir de la dialéctica entre ambos se revela el claro-oscuro de la condición humana. "Entre los dos personajes hay una pelea constante -aseveró-, que parte de una manera distinta de ver la vida. Hay una lucha entre dos formas diferentes de generosidad.

Los dos aparentemente van hacia un mismo fin, noble y solidario, pero el recorrido puede llegar a ser otro y hasta las consecuencias pueden variar. Lo cierto es que a través de mi personaje no se lee el más mínimo rasgo de oscuridad, pero para que la obra tenga el impacto que tiene, del otro lado le va a venir un ejército de sombras demoníacas que van a desarrollar el conflicto".
"Es de esas obras donde venís a disfrutar del relato, te conectás con las emociones y si bien desde el escenario se tiran temas, el espectador es quien, con el churrasco en la mesa y compartiendo la cena después de la obra, va a protagonizar fuertes debates", aseguró. Es una obra muy pensada y resulta poco frecuente es encontrar este tipo de material. Es verdad que los premios no siempre dicen algo -reconoció Vena- pero no es el caso de 'La duda'. El Pulitzer es un premio muy importante como para otorgarlo a una obra que pueda llegar a caer en lo literario".