lunes, enero 21, 2008

256. PARADOJA DE SCHRODINGER Y ALEX DE LA IGLESIA


No me agradan las películas de terror. No me gusta verlas. Pero tratándose de un producto de Alex de la Iglesia me dispuse a disfrutar de una buena propuesta. Y por cierto que no que quedé decepcionado con La habitación del niño (2006). Fiel al género y fiel a sí mismo: el resultado es de muy buena calidad, con actuaciones impecables y una filmación muy cuidada en todos los aspectos. Lo curioso es el uso que hace Alex de la Paradoja del Gato o la Paradoja de Schrödinger. Ya que la película solo se entiende y tiene sentido si nos adentramos en los fenómenos de la física cuántica y entendemos (de alguna manera) que lo que vemos o vivimos es sólo un promedio de la realidad y que existen junto al mundo real y elegido otros infinitos mundos. Cuando uno abre la caja y habilita el cruce entre todas las dimensiones, el pasado, el presente y el futuro pueden mezclarse y todos los objetos reales pueder ser, no ser o ser de otra manera. El terror surge de esa realidad que no vemos o no queremos ver, otro tipo de realidades que coexisten con nosotros en la misma realidad que habilitamos y aceptamos.

Uno de los compañeros del periodista deportivo atribulado por los fantasmas de su casa recién comprada, le recuerda la PARADOJA DE SCHRODINGER para tratar de explicar lo que le sucede:

El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario, diseñado por Erwin Schrödinger (en 1934) para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica . Supongamos un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una particula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere. Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según la mecánica cuántica, tanto la partícula como el gato forman parte de un sistema sometido a las leyes de la mecánica cuántica . Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el gato está en un estado tal que está vivo y muerto a la vez. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar al gato modifica su estado, haciendo que pase a estar solamente vivo, o solamente muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica.