jueves, mayo 24, 2007

094. TODOROV Y LA CULTURA DEL CUIDADO

Virtudes cotidianas y cultura del cuidado
Tzvetán Todorov en su libro sobre situaciones límite, localiza virtudes distintas de las heroicas. Las llama cotidianas, despojadas de grandeza. Si es el cuidado la virtud cotidiana que nos interesa es porque requiere del otro, de un asirse a otro ser vivo. El destinatario del cuidado, a diferencia del héroe, no es una abstracción sino un individuo concreto, un ser vivo. El que cuida cotidianamente no recibe aplausos, no tiene monumentos, no es un ciudadano ilustre o digno. El cuidado es una práctica sin espectacularidad.
Todorov define la responsabilidad: la responsabilidad es una forma particular del cuidado. Las formas del cuidado que le interesan surgen de su estudio sobre el funcionamiento de los campos de concentración, a los que llama (conviene prestar atención) laboratorios de la transformación de la materia humana. En un estado de excepcionalidad, aparentemente permanente, se pierde de vista el valor del cuidado silencioso, cotidiano, no pomposo. Es cierto que en un extremo, cuidar puede ser morir con (y no por) el otro o darle muerte. Procurar al que va a morir un último pero minúsculo deseo. Pero lo común es el cuidado discreto. Compartir alimento, vestido, fatiga. Alterar una planilla, corresponder una mirada. Cuidar tampoco es sinónimo de caridad o sacrificio.
La diferencia entre cuidado y sacrificio es, para los educadores, importante. El que se sacrifica, se priva de y, como en la caridad, excluye la reciprocidad. Por el contrario, el que cuida se consagra al otro y goza de ello: uno se encuentra al final de la acción más rico, no más pobre. En este sentido, cuidar es lo contrario de la actividad de apóstol (que empobrece para que los otros sean ricos). Norbert Elías, en una larga entrevista sobre las relaciones entre el poder y el conocimiento, define a este último como una forma particular del cuidado. Conocer es poseer medios de orientación de los que se carece al nacer, y enseñar es dotar a los recién llegados, de guías e instrumentos orientadores sin los cuales vivir entre semejantes se vuelve una tarea ardua.

El diseño de sí contemporáneo, el self made man de los tiempos que corren, que sólo reconoce como autoridad y agente de sus acciones a un incauto sí mismo, es el héroe de una épica neo narcisista, campeón mundial del goce y el aguante solitarios. No debería sorprendernos que en un mundo regulado por lo que ha sido llamado la individualización de la acción, la idea de cuidado haya sido puesta en discusión. Pero permítanme preguntar: ¿hacia dónde va un mundo de gente que (al parecer) se cuida sola? ¿Hacia dónde van los educadores desconectados del valor del auxilio y la asistencia?

Enseñanza y asistencia no sólo no se enfrentan, sino que se requieren mutuamente. Se olvida fácilmente que asistir es responder, estar en algún lugar. El que asiste, está presente. No es aislando la enseñanza de la asistencia como habremos de abrir un camino.. Claro que otra chance es pensar en la posibilidad de un mundo sin cuidadores, atiborrado de descuidados, colmado de ausentes. Un mundo en el que no se termina de ver la utilidad de escuelas y maestros.

093. DE OTRA COSECHA + INTERESANTE, ¿NO?

De pronto sobrevino el huracán de la pasión.
Vino sin llamarla insinuándose en palabras y susurros.
Y me despertó de mi letargo esa mezcla de furia interior,
de resonancias lejanas, de amor que se expande y se derrama.

De pronto estalló el deseo y la palabra
Y aquí estoy, aquí estamos balbuceando los gestos conocidos
Y mi cuerpo se sobresalta y se estremece al encontrarte
Y busco tu mirada y me arrimo a tu voz y tus llamados.

La razón que me puebla de fantasmas
Se ha arrinconado y cómplice me mira y conjuga
etimologías y palabras, estros, eis, men, orgaz:
Los vocablos obedientes nos cobijan y delatan.

Desde tu ser mujer me disparas tus encantos
Pueblas de maravillas el oído y la mirada.
Y derrumbas las murallas de mi carne
Y como varón siento lo que sientes
Para conjugarlo en el mismo encuentro
En la misma batalla incierta y verdadera.

Hay un camino de cuidado que nos une
Una senda que misteriosamente surge de ti
y hasta mi ser se tiende.
Y ambos, vamos abriendo finalmente,
Cada una de las puertas que nos conducen
Hacia el fin deseado.

Déjame que te cuide, amor
Quiero convertirme en tu cuidado
.

092. 21 y 24 DE MAYO: DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

De vez en cuando la vida/ Nos besa en la boca/Y a colores se despliega/Como un atlas, /Nos pasea por las calles/ En volandas/ Y nos sentimos en buenas manos;/ Se hace de nuestra medida/ ,Toma nuestro paso/ Y saca un conejo de la vieja chistera/ Y uno es feliz como un niño/ Cuando sale de la escuela. De vez en cuando la vida/ Toma conmigo café/ Y está tan bonita que/ Da gusto verla./ Se suelta el pelo y me invita/ A salir con ella a escena./ De vez en cuando la vida/ Se nos brinda en cueros/ Y nos regala un sueño/ Tan escurridizo/ Que hay que andarlo de puntillas/ Por no romper el hechizo./ De vez en cuando la vida/ Afina con el pincel/ Se nos eriza la piel/ Y faltan palabras/ Para nombrar lo que ofrece/ A los que saben usarla./ De vez en cuando la vida/ Nos gasta una broma/ Y nos despertamos/ Sin saber qué pasa,/ Chupando un palo sentadosSobre una calabaza...
Suena Serrat y fue en él y en esa canción que pensé cuando la vida ofrece regalos como los del 21 o del 24... De pronto, sin que uno lo pida o lo organice, sino porque generosamente llega quiere estar, se muestra. Y las palabras obran el milagro... y cuando las palabras le han puesto el nombre exacto a las cosas, la vida irrumpe para llenarlas de sentido. Y uno toca el cielo con las manos, se llena de milagros, disfruta a mares, se entrega y encuentra el rincón exacto, la medida que faltaba. ¿Quién o cómo se puede olvidar cada detalle de estas dos mañanas: la del 21, a las 10,00 y la del 24 con un sabor a eternidad que pobló la geografía minúscula de lo cotidiano?