viernes, septiembre 07, 2007

174. BORGES, ARGUMENTO Y APRIORISMO

(1)Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. (2)La visión dura un segundo o acaso menos; (3)no sé cuántos pájaros vi. (4)¿Era definido o indefinido su número? (5)El problema involucra el de la existencia de Dios. (6)Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. (7)Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. (8)En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, (9)pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos pájaros. (10)Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. (11)Ese número entero es inconcebible; (12)ergo, Dios existe.
Este "Argumentum ornithologicum" pretende remedar el "Argumentum ontologicum" de san Anselmo. Pero puesto que Borges recurre a la imagen de una bandada de pájaros lo titula "ornithologicum.
Borges jamás aclara que su texto sea una prueba a priori de la existencia de Dios. Sin embargo, la totalidad de los argumentos ontológicos lo son. Borges pretende emular los argumentos ontológicos -como he repetido incansablemente en estas páginas- pero no cumple con el apriorismo característico de los argumentos ontológicos. Al partir de una imagen visual, su argumentación toma un carácter a posteriori. Borges tiene la ocurrencia de partir, por primera vez, de una imagen visual, marginando el concepto. Sin embargo, esta apuesta le impide pactar con el apriorismo. La demostración de Borges es, pues, a posteriori. La prueba de esto es sencilla, y en el caso de Borges es quizá aún más clara: toda imagen proviene de una experiencia previa. Nadie es capaz de reproducir la idea de algo que no ha sido percibido anteriormente por sus sentidos. Si Borges hubiera nacido ciego habría sido imposible que viera esa bandada de pájaros. Sólo porque Borges ha visto durante más de cincuenta años de su vida es capaz de reproducir imágenes previamente adquiridaS. (Enrique G de la G. 1979/2001)