domingo, octubre 22, 2006

008. MAPAS Y TERRITORIOS

Nuestra percepción de la realidad - del territorio - no es la realidad, sino una representación - un mapa - de ella. ¡Cuántas semejanzas podemos establecer con nuestra responsabilidad como profesores en la organización de nuestras clases y en el recorrido específico de cada año académico! El mapa es siempre una representación mental o gráfica de la realidad. Lo que percibimos, siempre estará primariamente filtrado por nuestra selección u omisión, generalización o distorsión, de los detalles percibidos. Ninguna persona está más preparada que las otras para decir qué es la realidad, ningún modelo o teoría del mundo es más verdadero que los otros, por la simple razón que todos son falsos o todos son verdaderos para quien los sustenta. Si una persona obtiene un modelo del mundo, que le es satisfactorio le servirá, para obtener lo que en su vida es importante. Para su bien o su mal. Porque tendrá mas opciones y alternativas en uno u otro sentido. Un mapa no es el territorio porque los mapas son instrumentos, son representativos de algún territorio y se utilizan para hacer distinciones en el territorio. El mapa ideal sería el que se identifica con el mismo territorio: sólo es posible en las asombrosas ficciones de Borges.

007.A LOS GOLPES

Nuevamente la violencia se ha instalado en nuestra sociedad. No se trata de una violencia doméstica, oculta y perversa que se refugia en el calor del hogar, sino de una violencia descaragada y obsena que gana los escenarios sociales. Está allí en los medios exhibiéndose como un pasaporte seguro para lograr los propios objetivos.
La violencia parece haberse apropiado de ser sectores claves de la realidad: la política y el poder, el trabajo y los reclamos sociales, la diversión y el deporte. No funciona como último recurso, ni como respuesta a presuntas agresiones, sino como disparador y fuerza paralizante. Hay mucho por ganar, hay mucho por perder y por lo tanto los actores van cambiando de obra y de escenario pero están allí, siempre allí, imponiéndo la fuerza de una barbarie que suponíamos sepultada.
En las agresiones mutuas parece primar un sentido suicida y descontrolado que pone en riesgo todo: golpean, destrozan, rompen aun sabiendo que pueden ser las víctimas de quienes responden y atacan... Son los cuerpos descontrolados, los gritos, la suma de individuos, las armas, los palos, la furia.
De pronto, un pasado ancestrar y un pasado histórico vuelven a escena... y nos encuentran inermes porque hace mucho tiempo que hermos perdido la fórmula. Los mismos respresentantes para cubriendo "las necesidades" de diversos sectores: cambian sus identificaciones y sus consignas, y repiten sus rituales.
Tal vez haya que pensar nuevamente en ciertos baños de racionalidad para recuperar el sentido de la convivencia, de la negociación, de los acuerdos... Tal vez haya que resucitar - con mejor criterio que en el pasado - la civilización nuevamente... o tal vez haya que lograr una domesticación inicial, previa a los procesos de humanización, a los encuentros personales, a las relaciones marcados por la sensibilidad y el afecto.