jueves, diciembre 25, 2008

352. SALUDOS NECESARIOS



A menudo los años se nos parecen. Este 2008 pudo haber sido feliz, victorioso, productivo, triste, conflictivo o plagado de incertidumbre. Pero será para siempre nuestro 2008. El tiempo - eternamente arbitrario - nos otorga una nueva oportunidad con el año que se inicia.

Que el 2009 represente un esfuerzo constante por construirlo cada día a la medida de nuestros deseos. Y que las instituciones – especialmente las educativas – descubran o renueven la sana costumbre de esperar, trabajar, crear juntos, fortaleciendo los vínculos e imaginando tiempos nuevos y mejores para todos.

¡FELIZ NAVIDAD! – ¡FELIZ AÑO NUEVO!

351. OPERACION, DOLOR, ENFERMEDAD


Viernes 19 de diciembre. Todo el calor en la ciudad. A las 09,45 estábamos en la habitación 60 despidiendo y augurándole ánimo y suerte a Sergio. Le esperaba una operación riesgosa de cinco horas. Estaba tranquilo, pero estaba allí – como nosotros – ajeno a todo lo que él pudiera hacer, a merced de los profesionales. A las 10 se lo fueron tragando las diversas puertas de la clínica y finalmente desapareció en un sector de acceso restringido o prohibido.
Fuimos al sector dispuesto para los familiares que aguardan resultados de la operación. Y allí el tiempo se convirtió en eternidad. El lugar tenía ese obsceno de los hospitales, olores en que se mezclan los fármacos, los olores de los cuerpos que sufren, los desinfectantes, esos aromas que tienen el raro privilegio de disparar desde nuestro interior todos los recuerdos: nuestra propia enfermedad, el dolor de próximo de otros tiempos, muertes inesperadas, atenciones de urgencia, esa geografía llena de luces y de escasa presencia de sol, de aire, de vida real, de ruidos…
No podía silenciar esos olores que llegaban de todas partes, con una agresividad cómplices porque no son sino los olores esperados, los naturales, los que deben estar alli.
Y el festival de los colore, porque pasaban diversos agentes hospitalarios con sus uniformes y sus maneras de caminar y sus formas de ser y sus portes y su saber o no saber. Ellos están en su territorio. Ellos son dueños y testigos de la enfermedad, del dolor, de las alegrías, de la vida, de la muerte, de los rituales, de las costumbres, de la nada. Para ellos, nosotros somos los extraños, los que solamente habitamos ese lugar por algunas horas. Y vendràn otros a llorar, a rezar, a reir, a festejar o al maldecir.
Esperamos pacientemente hasta las 15.00. Nos pusimos impacientes. Sergio ponía el cuerpo, nosotros la ansiedad. Sin poder hacer nada. Cada uno de nosotros decide cosas en cada uno de sus trabajos en cada uno de los días: allí no decíamos nada, éramos juguete del hacer y de la decisión de otros.
Por años he hablado de las SITUACIONES LIMITES: estaba padeciendo una de ellas. Durante todo el segundo semestre trabajé en la formación de enfermeras: hablé del curar, del cuidar, del dolor y la salud, de la muerte y la vida, de los médicos y las enfermas, de las habitaciones, los servicios, el oficce, la atención… nunca pensé que cerraría el año con un TRABAJO PRACTICO para el docente.
A las 15,30 uno los médicos anunció que las cosas habían salido bien y que estaban cosiéndolo. Al rato salió el cirujano que nos saludó con afecto y nos ofreció una explicación que mezclaba los términos técnicos con un uso coloquial. Dio una mirada de satisfacción sobre el proceso y puso su cuota de prudente reparo con respecto al futuro inmediato.
Esperamos verlo salir de la sala de cirugía rumbo a terapia intensiva. Pasó dormido. Y al rato un permiso especial nos facilitó saludarlo y darle ánimo cuando se despertaba de la anestesia. Pasé frente a los internados de terapia… y me vinieron en tropel mis recuerdos de aquel noviembre/diciembre de 1980 o aquel febrero del 83.
Salimos y la ciudad envuelta en llama en un diciembre abrasador nos tragó para dejarnos partir.

viernes, diciembre 12, 2008

350. LA CONSTRUCCION DEL SUJETO AMOROSO

De manera análoga a la CONSTRUCCION DEL SUJETO PEDAGOGICO (PUIGGROS. 1990), podemos hablar de la CONSTRUCCION DEL SUJETO AMOROSO. Los sujetos sociales de las más diversas clases y condiciones participan en situaciones educativas. Todas ellas pretenden contribuir a la constitución y al cambio de otros sujetos a través de la educación. En el sistema educativo moderno siempre se trata de sujetos (educadores) que intentan incidir en otros sujetos (educandos) para lograr que se transformen en adultos, ciudadanos, trabajadores, soldados, emprendedores, feligreses, dirigentes, intelectuales, profesionales o lo que fuere. La educación es también una práctica productora de sujetos a partir de otros sujetos, es una mediación, que se realiza, se hace efectiva construyendo un sujeto mediador, que se denomina sujeto pedagógico. El sujeto pedagógico es un lugar de encuentro en donde lo que se articula no es la identidad de cada sujeto sino la diferencia, porque en ámbito en donde se encuentran los sujetos.

En las relaciones amorosas, los sujetos se encuentran, procediendo de subjetividades distintas, de individualidades diversas, de identidades inabordables. Cada uno es lo que es y sigue siendo el que lo que es a pesar del amor y durante el amor. El amor es un salir de la propia identidad para encontrarse con el otro que también sale de su identidad, con la tarea común de construir un nosotros amoroso. Ni el yo, ni el tú de la designación del lenguaje, sino el nosotros que sustituye la identidad por la diferencia, por este nuevo territorio compartido y común. Sólo hay amor cuando alguien abandona lo propio y se sumerge en la nueva entidad construida a través de la mirada, la palabra, el abrazo, el beso, el pensamiento, los cuerpos, el com-partir más absoluto.

Pero, a su vez, el amor no existe sino en esa construcción, en ese territorio de encuentro de tal manera que, de la misma manera que el sujeto pedagógico es el resultado de la construcción y por tanto expresión de la interacción mutua de los sujetos mas diversos (como muy bien lo ejemplifica PUIGGROS en el clásico Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educativo argentino) de una manera análoga el amor es el resultado de la diversidad de sujetos, el sujeto amoroso es el producto absolutamente distinto de las variaciones de las identidades que se encuentran para crear la diferencia. Por eso los amores son siempre distintos o, dicho con mayor rigor, los sujetos amorosos son siempre innovadores, mas allá de que algunos logren refugiarse en la realización de un único y definitivo sujeto amoroso, otros los vayan mutando según edades y situaciones, y otros vayan en la búsqueda y no logren NUNCA construirlo. Tal vez, porque nunca abandona la identidad para abrirse a la diferencia.

En el sentido conviene leer algo que – en otro sentido y con absoluta claridad lógica – aporta BADIOU

“¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? El amor es un procedimiento de la verdad; entonces, es una condición natural para la filosofía. Se pueden reconocer cuatro tipos de procedimientos de la verdad: la ciencia, el arte, la política y el amor. En el amor podemos rastrear todas las características de un procedimiento de la verdad: comienza con un acontecimiento, el encuentro entre dos personas. Después debemos encontrar la forma y las consecuencias de este encuentro, debemos encontrar un nuevo lenguaje. ¿Por qué la verdad? Porque el amor es, en mi opinión, la invención de la verdad acerca de la diferencia. Naturalmente, es la diferencia entre dos individuos, la diferencia absoluta entre la posición masculina y la femenina. Como dijo una vez Lacan, la relación sexual no existe. Hay una ilusión en la pura libertad sexual: la ilusión de que allí podemos encontrar una experiencia de conexión con el otro. Entonces, se compromete con la repetición y no con la creación. ¿Qué es la verdad acerca de la diferencia? Es la experiencia de la diferencia mediante la construcción de un nuevo punto de vista sobre el mundo mismo. Es una nueva experiencia del mundo desde el punto de vista de los Dos. El amor no es una suerte de negociación entre dos individuos. Es la creación de un nuevo punto de vista sobre el mundo mismo: el punto de vista de los Dos. La amistad también es la experiencia de los Dos pero es una experiencia mucho más débil que el amor. Por eso explicamos la amistad desde el punto de vista del amor y no a la inversa. El amor es el ejercicio de la diferencia en relación con el desarrollo de la vida misma. Es, pues, la experiencia del mundo no desde el punto de vista del Uno – individual – sino desde el punto de vista de los Dos, no desde el ángulo de la identidad sino desde el ángulo de la diferencia.” ALAIN BADIOU. ENTREVISTA. 2008

349. MAYO FRANCÉS + ALAIN BADIOU

La complejidad de la pregunta consiste en que no hubo un Mayo del ’68 sino cuatro. Mayo del ’68 fue un acontecimiento, precisamente, porque estuvo compuesto por elementos diferentes. Cuando hablamos entonces de este acontecimiento, debemos precisar siempre de qué Mayo del ’68 estamos hablando. Para decirlo brevemente, hay un primer Mayo del ’68 que es la rebelión de la juventud; de hecho, no de toda la juventud sino de los estudiantes: es la revuelta de una minoría. Es la parte más visible del Mayo del ’68. Debemos decir también que esta parte no fue completamente original porque hacia fin de los sesenta hubo revueltas de los estudiantes prácticamente en todo el mundo: en México, Alemania, Estados Unidos, China… El segundo Mayo del ’68 es la huelga más importante de toda la historia de Francia. Es muy diferente del primero pues concierne a los trabajadores, millones de ellos, y no a los estudiantes. El tercer Mayo del ’68 es algo así como una revolución cultural. Tiene que ver con la agitación de los teatros y de los cineastas, también con la transformación de las reglas sexuales y con la revuelta feminista. El cuarto Mayo del ’68 es, finalmente, el más interesante. Consiste en la búsqueda de una nueva concepción de la política: la búsqueda por crear, por ejemplo, una colectividad entre trabajadores, estudiantes, extranjeros, etc. Creo que aquí yace el legado del Mayo del ’68. Porque la revuelta de los estudiantes en sí misma no es una cuestión universal, concierne a las universidades, a la relación entre la educación institucional y la educación pública. La huelga de trabajadores en sí misma es ampliamente controlada por el Partido Comunista y por los sindicatos tradicionales, no es un fenómeno nuevo. La transformación de las modalidades sexuales y la revolución cultural crean una modernidad, pero esta modernidad es compatible con el capitalismo. Hoy somos contemporáneos del Mayo del ’68 en la búsqueda de una nueva definición de la política. El problema clave es encontrar una forma de organización política que no se halla en la forma del viejo Partido Comunista (organización jerárquica, participación en las elecciones clásicas, etc). Este problema aún no esta resuelto “ ALAIN BADIOU: ENTREVISTA. 2008

martes, diciembre 09, 2008

348. CUATRO MINUTOS + ¿REDENCION?


Procedencia: Alemania (2006)
Dirección:
Chris Kraus
Intérpretes: Monica Bleibtreu, Hannah Herzsprung, Sven Pippig, Richy Müller, Jasmin Tabatabai, Stefan Kurt.
Guión:
Chris Kraus
Música: Annette Focks
Fotografía: Judith Kaufmann
Duración: 112 min.

La historia acontece en una cárcel de mujeres. Allí trabaja la veterana pianista Traude Krüger, en realidad Geltrud Krüger (1912 – 2004) que da clases de piano a las reclusas. Su presencia decadente, se suma al número exiguo y de escaso nivel de sus alumnas (solamente cuatro). Es natural que Traude viva disputando su presencia y su tarea con el director del penal. El descubrimiento del extraordinario talento musical de una alumna será una presencia diparadora para su vida. Jenny es un genio de la música, pero una expresión absoluta de la barbarie y el descontrol (sus rapto de violencia son impredecibles, incontenibles y sin límites) Pese a las dificultades de relación (parecen dos caracteres irreconciliables, ajenos, extraños, incomensurables) y los problemas para hacer entrar en razón a la talentosa Jenny (la joven está acusada de asesinato, su irascibilidad y rebeldía son casi patológicas), la maestra logrará poco a poco y con mucho esfuerzo no tanto impartirle las clases deseadas, sino hacer aflorar el verdadero talento para la música que Jenny tiene oculto detrás de su amor por el jazz y la música popular. Traude está convencida de que Jenny puede ganar el premio de un importante certamen musical, si es que se dedica al cultivo de la música clásica (Schuman, es el elegido).

Cuatro minutos es la segunda película de CHRIS KRAUSS (1963) como director y guionista. A la hora de explicar el punto de partida del film, Kraus declaró: "Siempre he pensado que la motivación era únicamente un sinónimo de talento. Pero ¿y si hubiera alguna diferencia? ¿Y si alguien tuviera talento pero le faltara motivación?". Sobre esta base, el director lleva esta idea por caminos nada convencionales, basado en un personaje real, pero trabajando con una historia verosímil. En la relación que se establece entre profesora y alumna nada es normal, la tensión es continua y nunca desaparece a pesar de ciertos momentos de calma: como espectador uno no logra saber cuándo reaccionará Jenny o cuando se cansará, se dará por vencida Traude. Ambas están contaminada por pasados distintos: Traude recuerda su historia asociada al nazismo, la relación de amor con una compañera a la que terminan ejecutando, acusándola de comunista y de la que deberá renegar – para poder sobrevivir – la maestra de piano. Jenny tiene un pasado loco, una relación patológica con su padre, una genialidad unida al descontrol, una muerte (real o atribuida) y un embarazo que termina en la muerte del bebé (porque le niegan, por ser presidiaria, la atención necesaria). Esos íntimos secretos – que aparecen en breves flash a lo largo de toda la historia – explican las reacciones y el carácter de ambas.

Sobre toda la historia pulula, lógicamente, la idea de la redención a través de la creatividad artística, en este caso por medio de la música. Pero también la presencia de la educación, de la maestra, que insiste una y otra vez porque sabe que los aprendizajes y los crecimientos son un acto de larga paciencia. Los personajes creados por Krauss – todos ellos, no sólo las dos mujeres - transmiten una tremenda amargura, y la puesta en escena carcelaria es tan áspera y gris como ellos. El final – en el teatro que va rodeando con su arquitectura y en diversas corazas protectoras el escenario – es de una belleza inimaginable, desde el punto de vista visual y musical. Es una película en la que se combinan la brutalidad y la ternura, el recuerdo del amor con la fuerza de un odio que no se sabe bien en quien depositar.

La solidez de la película, multipremiada en Alemania, tiene mucho que ver con el reparto. Probablemente, lo mejor del film es el trabajo de la debutante Hannah Herzsprung, elegida entre más de 1.200 chicas. Herzsprung, que había actuado antes en varias series de televisión, realiza una portentosa mimetización en la conflictiva y atormentada Jenny, una interpretación que llega al culmen en la impresionante y mencionada catarsis final. No en vano, desde muy lejos – y con varias copas bebidas – Traude feliz al triunfo de su alumna y ella le devuelve – por primera vez – la reverencia que tanto desea. La película está impecablemente filmada, con juegos muy curiosos de luces y sombras, de insinuaciones,. De miradas oblicuas.

La última actuación inesperada de sólo CUATRO MINUTOS (que da título al film, igual que sus 4 alumnos del principio) es lo que logra la maestra como permiso para su alumna, antes de que la apresen y la regresen a la cárcel de la que la ha sacado. Y la reverencia final en la que se congela la imagen, recuerda que puede ser cierto o no la frase con la que se encuentran y se presentan: “puedo ayudarte a convertirte en una mejor pianista, pero no en una mejor persona. Piénsalo”. De alguna manera hay algo de redención para todos: y en eso consiste ser mejor persona: en dejarse redimir, salvar, transformar.

viernes, diciembre 05, 2008

347. CUENTOS, RELATOS, SABERES

Los cuentos son una medicina. Me sentí fascinada por ellos desde que escuché el primero. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en práctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquier pulsión perdida. Los cuentos engendran emociones, tristeza, preguntas, anhelos y comprensiones que hacen aflorar espontáneamente a la superficie el arquetipo.

Los cuentos están repletos de instrucciones que nos guían en medio de las complejidades de la vida. Los cuentos nos permiten comprender la necesidad de recobrar un arquetipo sumergido y los medios para hacerlo. (…)

A veces, varias capas culturales desdibujan los núcleos de los cuentos. Por ejemplo, en el caso de los hermanos Grimm (entre otros recopiladores de cuentos de hadas de los últimos siglos), hay poderosas sospechas de que sus confidentes (narradores de cuentos) de aquella época "purificaron" los relatos para no herir la susceptibilidad de los piadosos hermanos. A lo largo del tiempo, se superpusieron a los viejos símbolos paganos otros de carácter cristiano, de tal forma que el viejo curandero de un cuento se convirtió en una perversa bruja, un espíritu se transformó en un ángel, un velo de iniciación en un pañuelo o una niña llamada Bella (el nombre habitual de una criatura nacida durante el solsticio de verano) se rebautizó con el nombre de Schmerzenreich, Apenada. Los elementos sexuales se eliminaban. Las amables criaturas y animales se transmutaban a menudo en demonios y fantasmas

De esta manera se perdieron muchos relatos didácticos sobre el sexo, el amor, el dinero, el matrimonio, el nacimiento, la muerte y la transformación. De esta manera se borraron también los cuentos de hadas y los mitos que explican los antiguos misterios de las mujeres. Casi todas las viejas colecciones de cuentos de hadas y mitos que hoy en día se conservan se han expurgado de todo lo escatológico, lo sexual, lo perverso (incluso las advertencias contra todas estas cosas), lo precristiano, lo femenino, las diosas, los ritos de iniciación, los remedios para los distintos trastornos psicológicos y las instrucciones para los arrobamientos espirituales.

Pero no se han perdido para siempre. De niña escuché lo que me consta que son temas íntegros y sin retoque de antiguas historias, muchos de los cuales se incluyen en este libro. No obstante, hasta los fragmentos de relatos en su forma actual pueden contener todo el conjunto de la historia. He rebuscado un poco en lo que denomino en broma la medicina forense y la paliomitología de los cuentos de hadas, por más que la reconstrucción sea esencialmente una tarea larga, complicada y contemplativa. En pro de la efectividad, utilizo varías formas de exégesis, comparando los leitmotifs, considerando deducciones antropológicas e históricas y formas tanto nuevas como antiguas. Trato de reconstruir los relatos a partir de antiguas pautas arquetípicas aprendidas en mis estudios de psicología analítica y arquetípica, una disciplina que preserva y estudia todos los temas y argumentos de los cuentos de hadas, las leyendas y los mitos para poder entender las vidas instintivas de los seres humanos. Para ello me resultan útiles los patrones subyacentes en los mundos imaginarios, las imágenes colectivas del inconciente y las que aparecen en los sueños y en los estados de conciencia no ordinarios. Y para redondear la tarea con un toque más vistoso comparo las matrices de los relatos con los restos arqueológicos de las antiguas culturas, tales como objetos rituales de alfarería, máscaras y figurillas. Con pocas palabras y utilizando una locución típica de los cuentos de hadas, me he pasado mucho tiempo revisando las cenizas.
(Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con lobos.)

miércoles, diciembre 03, 2008

346. ¿PARA QUE SIRVEN LOS JUECES?

-Señor marqués, razonáis como coronel de dragones que sois; dejadme a mí que vea las cosas como magistrado, persona sagrada e indispensable al Estado y que no se expone jamás a la ligera.-¿Tú persona indispensable al Estado, presidente? Hacía mucho tiempo que no me reía, pero veo que tienes ganas de que me dé esa convulsión. ¿Y a qué santo te has creído, te lo ruego, que un hombre de oscura extracción por lo general, que un individuo siempre rebelde contra todo lo bueno que pueda desear su señor, al que no sirve ni con su bolsa ni con su persona, que se opone sin cesar a todos sus buenos propósitos, cuyo único fin es el de fomentar la división de los particulares, ahondar la del reino y vejar a los ciudadanos..., te repito, ¿cómo puedes creer que un ser semejante puede ser precioso para el Estado?
(…)
-¿No os gusta la toga, verdad, marqués?
-No os lo oculto, presidente; sólo me gustan las profesiones útiles: todo aquel que no tiene talento más que para fabricar dioses o para matar hombres, me ha parecido siempre un individuo consagrado a la indignación pública y al que se le debe ridiculizar u obligar a que trabaje a la fuerza. ¿No creéis, amigo mío, que con esos dos hermosos brazos que os ha dado la naturaleza, no seríais infinitamente más útil en un carro que en una sala de justicia? En el primer caso haríais honor a todas las facultades que habéis recibido del cielo... En el segundo, no hacéis más que envilecerlas.
-Pero es necesario que haya jueces.
-Más valdría que no hubiera más que virtudes, podrían adquirirse sin necesidad de jueces, con ellos se las pisotea por doquier.
-¿Y cómo queréis vos que se gobierne un Estado...?
-Con tres o cuatro sencillas leyes promulgadas en el palacio del monarca y observadas en cada clase por los ancianos de la clase en cuestión; de esa manera cada estamento tendría sus pares y un gentilhombre que fuera condenado no tendría que sufrir la espantosa afrenta de serlo por algún bellaco como tú, tan prodigiosamente lejos de ser digno de ello.-¡Oh!, todo eso nos llevaría a discusiones...
-Que van a acabar en seguida -interrumpió el marqués-, pues ya hemos llegado.” (Marqués de Sade: El presidente burlado)

martes, diciembre 02, 2008

345. IRRACIONALIDAD DEL PODER


“Esto no es nada, señora marquesa -contestó el presidente-. Esos dioses seductores, cuando se juntan, son todavía más temibles. En cuanto a la razón, que se pierda con el vino o en las llamas del amor, como se puede prescindir de ella, ¡qué importa a cuál de esas dos divinidades se la sacrifique! Nosotros, los magistrados, de lo que mejor sabemos prescindir es de la razón; desterrada de nuestros tribunales tanto como de nuestras cabezas, nos divertimos pisoteándola, y eso es lo que hace que nuestras sentencias sean verdaderas obras maestras, pues aunque no tiene el menor sentido común son ejecutadas con tanta firmeza como si se supiera lo que quieren decir. (…) Aquí donde me veis, soy uno de los mejores cerebros de mi cuadrilla; fui yo quien convenció a mis ingeniosos colegas, el año pasado, para que desterraran por diez años de la provincia, arruinándole de esa forma para siempre, a un gentilhombre que había servido cabalmente al rey en todo momento, y todo por un puñado de rameras. Hubo discusiones, yo di mi opinión y el rebaño se plegó a mi voz...” DONATIEN ALPHONSE FRANCOIS de SADE + EL PRESIDENTE BURLADO

domingo, noviembre 30, 2008

344. AQUEL AUTO


Cuando recuerdo a mi viejo, lo recuerdo en ese auto. Tuvo alguno antes; tuvo varios después... pero los SIAM DI TELLA representaron una presencia necesario en mis regresos o aun en mi estadio por algunos años en la casa paterna. Creo que allí aprendí a manejar con real autonomía... y allí estuvieron los numerosos viajes familiares o los paseos de domingo que nos llevaban por los lugares desconocidos de un Paraná en crecimiento. No recuerdo a dónde fue a parar el último de los SIAM DI TELLA cuando mi padre comenzó el viaje obsceno que lo llevó finalmente a la muerte. En aquella época difícil del 74 al 76, un SIAM DI TELLA nos llevaba no sin temor a diversos lugares habilitados y de los otros. Cuando mi viejo murió había en casa una camioneta Ford y un Fiat 128. Ya no estaba el DI TELLA. Uno de mis hermanos (el mas chicos) no confesó en una noche desvelada que para asegurar que fuéramos nosotros los que nos hiciéramos carga de la nafta, había colocados dos bombas de combustible... de modo tal que siempre estaba vacío el tanque cuando nosotros se lo pedíamos. Son detalles de un pasado que se ha vuelto inapresable, pero que sin embargo - en ciertos momentos - es necesario. Tal vez regrese un día, toque timbre en casa y lo vea estacionar el viejo SIAM DI TELLA... y todo sea como antes.

El Siam Di Tella 1500 era la versión nacional del Riley 1500 de la BMC. Para acondicionarlo a nuestros caminos, la suspensión fue modificada reforzando el tren delantero y el anclaje de los amortiguadores traseros. Por otra parte otra diferencia respecto al original inglés fue la reducción de la relación de compresión de 8.3:1 a 7.2:1, con esto también se redujo la potencia de 68 Hp a 55 Hp. Avalado por una mecánica simple y confiable, el éxito del Siam 1500 fue notable y rápido, convirtiéndose en poco tiempo en un auto ideal para la familia de clase media y también para los taxistas ya que de las primeras 14.500 unidades producidas, 3.870 fueron utilizadas como taxi. Era un sedán de 4 puertas con capacidad para cinco pasajeros. La BMC fue de las primeras empresas en experimentar y producir carrocerías autoportantes. La del Siam respondía a esta concepción y fue especialmente diseñada por Pininfarina. El auto tenía una disposición mecánica muy clásica, motor delantero de cuatro cilindros en línea refrigerado a agua y transmisión trasera con caja de cambios de cuatro marchas con la primera no sincronizada. El ultimo Sian Di Tella salio de producción en el año 1966… pero siguieron en las calles del país por casi dos décadas mas…

viernes, noviembre 28, 2008

343. LA EDUCACION EN EL OTRO BLOG

http://blogs.clarin.com/escuela-posible-escuela-necesaria/posts

26 Nov 2008 15:53
109. Docentes, ¿profesionales, trabaj...
26 Nov 2008 12:41
108. Padres, docentes: ¿cómo se hace ...
25 Nov 2008 08:19
107. Despedir a un maestro
24 Nov 2008 11:53
106. Utopias cotidianas
23 Nov 2008 22:28
105. Hay cosas que nos obligan a cambiar
16 Nov 2008 09:28
104. De fracaso en fracaso (a propósi...
15 Nov 2008 08:22
103. Para los docentes que recién se ...
09 Nov 2008 21:01
102. Proyecto distinto + propuesta
09 Nov 2008 10:37
101. ¿Políticamente incorrecto?
02 Nov 2008 21:34
100. Rueda de opiniones
02 Nov 2008 09:15
099. ¿Dónde están los Ministros de Ed...
26 Oct 2008 11:37
098. ¿Enseñar filosofía?
26 Oct 2008 11:34
097. Otra manera de ser docentes
19 Oct 2008 20:06
096. Familia y escuela: realidad o co...
19 Oct 2008 19:58
095. Ser docente: uno elige.
19 Oct 2008 19:28
094. El Placer de Enseñar, a pesar de...
05 Oct 2008 11:03
093. Los 180, 185 o 190 días de clase
04 Oct 2008 21:14
092. Escuela y nuevas tecnologías
28 Sep 2008 19:25
091. Ignorantes y analfabetos
28 Sep 2008 11:19
090. Verdades para discutir
28 Sep 2008 11:16
089. ¿Educación Superior? ¿Universidad?
19 Sep 2008 11:25
088. Esos días antes de la Fiesta del...
11 Sep 2008 12:50
087. Feliz día a los "maestros"
06 Sep 2008 23:37
086. ¿Para que sirven las Escuelas No...
28 Ago 2008 13:43
085. Una clase, una obra y esa violen...
22 Ago 2008 09:05
084. ¿Padres de hoy o familias de antes?
22 Ago 2008 08:34
083. ¿Para qué vamos a la escuela?
22 Ago 2008 08:23
082. ¿Alumnos de hoy o estudiantes de...
22 Ago 2008 08:20
081. ¿Docentes de hoy o maestros de a...
22 Ago 2008 08:13
080. ¿Escuela de hoy o escuela de antes?
17 Ago 2008 11:09
079. ¿Violencia escolar? ¿Mucho, poco...
10 Ago 2008 17:53
078. Demanda lógica
10 Ago 2008 17:51
077. ¿En todos lados? ¿Síntoma o cont...
27 Jul 2008 18:46
076. ¿Qué escuela necesitamos?
23 Jul 2008 08:56
075. Límites
23 Jul 2008 08:45
074. Universidad: ¿El fin justifica l...
18 Jul 2008 12:34
073. Otra mirada: ¿éxitos, al margen ...
13 Jul 2008 09:36
072. ¿Aulas y docentes del futuro?
13 Jul 2008 08:53
071. Lo que nos pasa: tragicómico o g...
11 Jul 2008 07:12
070. Lección del pasado (Alberdi)
09 Jul 2008 10:04
069. Despedida, profesión y autoridad
03 Jul 2008 16:50
068. Una clase de historia, agresione...
28 Jun 2008 10:05
067. ¿Qué valor tiene la educación?
27 Jun 2008 18:15
066. Padres, familias, escuelas
27 Jun 2008 18:05
065. El necesario aporte de los padres
21 Jun 2008 22:05
064. La joven vida de Juno + interrog...
15 Jun 2008 10:28
063. ¿Con qué escuela y con qué docen...
15 Jun 2008 10:20
062. Calidad de la educacion, ¿tema o...
11 Jun 2008 08:52
061. Educación y escuela: tareas pend...
08 Jun 2008 10:07
060. La difícil tarea de educar
08 Jun 2008 09:57
059. Adolescentes en la escuela: ¿y y...
01 Jun 2008 11:25
058. Adolescentes: palabras y verdades
31 May 2008 19:39
057. Voces de nuestros días: los exám...
31 May 2008 19:33
056. Voces de nuestros días: la escuela
31 May 2008 17:38
055. Un clásico, muy actual
26 May 2008 08:36
054. ¿Educación Obligatoria? ¿Escuela?
25 May 2008 12:05
053. ¿Escuela como frontera?
17 May 2008 20:19
052. ¿Qué enseñamos?
11 May 2008 09:42
051. Un día como todos
09 May 2008 07:49
050. Educar: el sentido de los límites
04 May 2008 10:13
049. Palabras y hechos
27 Abr 2008 10:40
048. Violencia: ¿decir o hacer?
20 Abr 2008 10:54
047. Educación y escuelas: discursos ...
13 Abr 2008 11:57
046. Hablar, pensar, imaginar
11 Abr 2008 09:13
045. Escuelas: demandas, compromisos ...
09 Abr 2008 15:44
044. ¿Realidad o construcción?
05 Abr 2008 20:48
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02 Abr 2008 09:52
042. Escuela y sociedad
30 Mar 2008 09:44
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18 Feb 2008 10:44
030. Nueva educación: diez propuestas

342. HECHOS, RECUERDOS, CULPA



GUS VAN SANT fue el director de DESCUBRIENDO A FORRESTER, de ELEPHANT y ahora de PANAROID PARK. Aunque uno lo conozca o lo descubra después de haber visto la última película, hay una continuidad de “historias adolescentes” que marcan su estilo… pero – además – el juego de antes y después, de presente y pasado, de miradas diversas de los mismos hechos, de juego con las cámaras y los diversos formatos de filmación recuerdan a ELEPHANT. El casting fue enteramente con actores no profesionales (lo mismo se hizo con el protagonista de Descubriendo a Forrester) y se hizo a través de la página web MySpace.com. La película fue rodada en varios formatos desde 35mm. a Super 8. La forma de ser de los adolescentes que recorren estas películas es siempre el mismo: ensimismado, en sus mundos, ajenos al universo adulto, en sus entretenimientos (basket, skateboard o skate), creando sus propios microcosmos. Algunos dicen que los filmes de Van Sant no son aptos para mayores de 40 años, porque no se sienten identificados con la problemáticas actuales ni les resulta cómoda la óptica descriptiva. La dirección en la que se suceden los conflictos no es lineal y el punto de vista del narrador cambia de primera a tercera persona sin previo aviso como si se trata de pura esquizofrenia adolescente. Pero son películas que no deberían ser ajenas a aquellos que trabajan con adolescentes. Los adultos – en esta película – son los grandes ausentes: apenas se asoman a la vida de un adolescentes y de los adolescentes que puede sobrevivir sin su presencia y sin su control: la madre, el padre, el tío, el guardia muerto, el policía, el profesor de ciencias… Casi todos está des-enfocados: se los muestra parcialmente, como si la cámara los tomara sin querer y desde un lugar o con un cuadro que no permite conocer de quién se trata. El resto del mundo es soledad y adolescentes: no hay otro mundo que valga la pena Y allí, sí, la cámara se demora en los rostros, las palabras, los gestos… No hay salto o comunicación entre ambos mundos. Ni siquiera llega a haber conflictos: los adultos saben que los adolescentes tienen su mundo; los adolescentes suponen lo mismo de los grandes.

Origen: Francia y USA.Año: 2007.Duración: 85 min.Interpretación: Gabe Nevins (Alex), Dan Liu (detective Richard Lu), Jake Miller (Jared), Taylor Momsen (Jennifer), Lauren McKinney (Macy), Olivier Garnier (Cal), Scott Green (Scratch), Winfield Henry Jackson (Christian), Dillon Hines (Henry), Brad Peterson (Jolt).Guión: Gus Van Sant; basado en la novela de Blake Nelson.Producción: Marin Karmitz, Nathanaël Karmitz, Neil Kopp y David Cress.Fotografía: Christopher Doyle y Rain Kathy Li.Montaje: Gus Van Sant.Dirección artística: John Pearson-Denning.Vestuario: Chapin Simpson.


Para el análisis:
01. Registro de los hechos, de la gravedad de los hechos, del recuerdo de los hechos. Alex acepta el desafío de un extraño (con quien comparte circunstancialmente la pista de skayte) que lo invita a subirse a uno de los trenes de carga para viajar furtivamente en él. No tiene necesidad de hacerlo, no es su costumbre, ni su mundo: es solamente el juego del azar lo que lo lleva a aceptar la propuesta... un guardia de seguridad de los trenes lo descubre y Alex trata de sacárselo se encima pegándole con su patineta. El guardia siente el golpe, pierde el equilibrio y cae sobre la otra vía cuando pasa otro tren. La figura del guardia cortado en dos y tratando de sobrevivir es algo impactante. Alex tiene conciencia de lo hecho: tira su patineta al río, se cambia la ropa en casa de su amigo, se baña, tira la coba en un cubo de basura... y trata de descansar para olvidar. A la mañana siguiente, despierta con necesidad de saber si realmente todo ha psado y por eso termina leyendo extrañamente el diario en una cafetería. Pero luego el hecho se olvida, desaparece, se silencia, no existe... hasta que un policía del distrito llega hasta la escuela a interrogar a los chicos que practican skateaboar. De alguna manera los hechos existen y no existen, son y no son, según se los despierte y se los presente.
02. Sentido de la culpa: presencia o ausencia. Conciencia culposa. A partir de ese "descubrimiento" (acusación, preguntas indiscretas, fotos), el hecho reaparece en la conciencia, pero no aparece la culpa. Ha pasado algo grave, desagradable, pero no hay necesidad de tomarlo así. El diario que escribe trata de ponerle memoria a los hechos... ya que la verdad se va cambiando o negociando según conveniencia y con una tranquilidad manifiesta.
03. Confesión: ante quien y con quien. Con-fianza, confesar. Alex necesita desde el primer momentos¡ "confesar" lo que ha hecho. Hay un llamado frustrado a su padre, llamado que queda registrado. Luego intenta decirle algo a las chicas con las que se cruzan... pero no sabe bien con quien debe hacerlo. Al final, una amiga que intuye que algo oculta, le dice que es necesario sacarse la culpa, confesando y que para confesar basta con confiar en alguien, escribir una carta - por ejemplo - y decir lo acontecido. Allí se remedian todos las culpas. No hay reparación necesaria, no hay otras demandas.
04. El juego de las mentiras y la imperturbabilidad de la ficción. Cuando el policia, el amigo, la novia, la madre, el padre le preguntan algo sobre lo acontecido, Alex construye con absoluta naturalidad diversas versiones de lo real. Permanece imperturbable. Algo de lo que dice es cierto, pero todo lo demás es mentira, y sobrevive jugando con estas ambigüedades.
Es difícil pensar en una generación que no toma conciencia de lo que hace, le resta gravedad, sabe olvidar, desconoce consecuencia, no esta dispuesta a asumir culpa, cargo y consecuencias... y puede sobrevivir sin ninguna culpa. Es todo un desafío, para disfrutir la vigencia de la moral y de los principios éticos que la animan.
PROPUESTA
Viendo las obras del Director, sería interesante trabajar en un proyectos o Ciclo de cine sobre la base de problemática adolescente. Mas allá de los contenidos, de los "códigos" adolescentes... la estética del director y la capacidad de interpretación por parte de los adultos, representa todo un desafío.

martes, noviembre 25, 2008

341. LA MUERTE DE UN MAESTRO

He perdido a un maestro que fue muy significativo para mí. Hacía tiempo que ya no lo veía y no estaré en el momento de la despedida. Pero no puedo dejar de recordar lo que de alguna manera le debo, porque lo llevo en mi.

01. A los que consideramos nuestros maestros les atribuimos algo más allá de los saberes que disponen. Algo que desborda o no coincide con tal o cual saber, ni con el saber en sí, sino con un saber que nos conviene, que nos dice algo de nosotros, de nuestras historias. Como si se tratara de un saber construido para sernos dedicado, para ser compartido por nosotros y permitirnos, de este modo pensar y vivir.


02. El derecho a pensar sin condicionamiento no se traduce en un derecho a decir cualquier cosa, sino en la responsabilidad de dejar abierto un debate que no renuncie a la crítica: en este sentido, “se hace escuela”, pero esto no coincide con ningún edificio concreto, ni se localiza en alguna geografía en particular. Una escuela se hace allí donde alguien recuerda y vuelve a crear las palabras del maestro.


FRIGERIO GRACIELA, ACERCA DE LO INENSEÑABLE (DERRIDAS)

domingo, octubre 26, 2008

340. DIFERENCIAS

Somos responsables de nuestras acciones. No de todas, pero de las mas importantes. Sobre cada una de ellas pesa una valoración. Nuestros actos nos identifican, somos los que hacemos, quedan las huellas de nuestras decisiones.
Hay actos que podemos regresar, corregir, enmendar, volver a hacer, pasar a limpio: una mentira puede volverse verdad, un agresión puede volverse reconciliación y un gesto de amor, un robo, reconocimiento y devolución, una negativa convertirse en un acercamiento, una desobediencia mutar en un acto de aceptación, un desvío en un regreso. La culpa y la conciencia se convierten en rectificación de la conducta, en vuelta atrás, en vida nueva.
Hay actos que no admiten regreso: amar a una persona, matarla, violar su intimidad, un beso apasionado con quien hemos intentado un acercamiento que parecía imposible, la entrega amorosa en una noche sin control o con todos los controles, un embarazo, un aborto, no salvar a alguien que necesita de nuestra ayuda, un acto de tortura, tener un hijo. No todos estos actos son o valen lo mismo, no todos puede encuadrarse en el mismo esquema o cuadro, pero comparte la calificación: están allí para quitarnos posibilidad de regreso, marcan un antes y un después, en cierto sentido nos hacen perder nuestra virginidad. Y la pérdida de la virginidad no tiene regresos.
Y muchas veces, los actos son fruto de deliberaciones y decisiones... pero muchas otras, se producen porque sí, sin que casi, lo pensemos. Y qué humanos somos en todo esto: humano, demasiado humano, definitivamente humano.

339. DE VEZ EN CUANDO LA VIDA


Puede ser un día de lluvia. O un día de sol. Un lunes que amenaza con su aburrimiento o uno de esos viernes de sol en que es una obscenidad esta trabajando detrás de las ventanas. Puede ser una noche, cuando el trabajo ya nos ha transformado en una barca maltrecha que sale a la busca del puerto mas cercano. Puede ser rápidamente, veloz, sin anunciarse. O puede ser un lento recorrido que finalmente encuentra su final. Pero allí esta, para sorprendernos, la vida. De vez en cuando la vida se hace una pausa, nos regala el milagro, nos sobresalta y no nos deja en paz.

Y entonces, ni la lluvia, ni el sol, ni los lunes, ni los viernes, ni las noches, ni la barca, ni los puertos vuelven a ser los mismos.

Lo curioso es que no hay agendas, no hay calendarios, no hay programas, no hay certezas: es todo riesgo, azar, destino, misterio, milagro. Y uno debe saber si ése es el barco, si aquel es el tren, si se trata de la bahía soñada, si podemos iniciar el camino, si alguien nos aguarda en la otra neblinosa orilla. Algo o alguien nos cambiará por siempre. Hay un momento, un instante (a veces repetidos en un tiempo cíclico que goza en volverse sobre sí) en que somos todo y no somos nada.

Y cuando saltamos, cuando damos el paso, cuando nos atrevemos, ya no hay regresos. La vida es eso: el total atrevimiento en el único gesto que nos concede, o hundirnos sin destino en un tiempo sin dimensiones.

domingo, septiembre 21, 2008

338. PASADO


Es invierno y el frío se intenso porque el viento de sur parece meterse entre la ropa y hacerse sentir mas. Bajo del colectivo que me trae de una ciudad cercana. Vengo de trabajar con sectores desprotegidos y debo recorrer las 5 ó 6 cuadras que me llevan desde la avenida hasta el lugar en donde me alojo.

Camino por la calle de un barrio residencial en el que los Funcionarios provinciales tienen sus cómodas casas: las luces que se asoman por las ventanas entreabiertas, los sonidos, la música, el bullicio me trae el eco de otro mundo.

"Es un mundo burgués", me digo... "y quisiera no tener que desear ese mundo, ni vivir pendiente de esas cosas"... y cierro los oídos y los ojos mientras el frío de la noche del sur me castiga mas que nunca.

La semana siguiente seguirá la misma sensación de imposibilidad y de rechazo.


Ha pasado demasiado tiempo. He regresado un par de veces y no encontré ni la calle, ni el frío, ni los habitantes de las casas, ni aquel adolescente que vivía de ideales que terminó negociando pragmáticamente con la supervivencia y con los años.

Y creo que finalmente, soy yo el que está adentro de aquellas casas.

337. LA CUESTION HUMANA


La cuestión humana (La question humaine)Francia, 2007, 143’. Director: Nicolas Klotz. Con: Mathieu Amalric, Laetitia Spigarelli y Michael Lonsdale.

Son muchas las cuestiones que quedan flotando después de ver la película francesa (2007) LA CUESTION HUMANA. En realidad no se trata de una historia lineal, simple, que suite un eslabón más a las película vinculadas con el mundo del trabajo como fueron: RECURSOS HUMANOS, EL EMPLEO DEL TIEMPO, LA CORPORACION y EL METODO, y la histórica TIEMPOS MODERNOS.
Es mucho más: SIMON es un psicólogo institucional especializado en Recursos Humanos que se dedica a la selección del personal y a los proceso de re-estructuración de las empresas con dificultades financieras (eufemismo cuya traducción remite a : expulsión de los obreros y empleados que ya no le sirven a la empresa, especialmente aquellos que le provocan problemas y pérdidas). Es un profesional notable por su rendimiento y su capacidad. Sereno, frío, calculador, solitario, sin vínculos afectivos estables, sin familia parece dispuesto a todo. Lo recuerdan especialmente por sus entrenamiento “al límite” con los altos ejecutivos para forzarlos al rendimiento en situaciones extremas… y por su capacidad de expulsar y dar de baja a los alcohólicos y drogodependientes con la aceptación del sindicato.
De pronto, la vida de Simón se ve sacudida por un pedido que lo pone en medio de varios juegos. Un alto ejecutivo de la empresa alemana de productos químicos que tiene una filial importante en Francia, le solicita que observe y evalúe al CEO de la empresa, a su ejecutivo estrella, a quien dirige la filial, al que ha sido responsable de pilotear la crisis, reducir el personal y superar – con éxito – una situación muy difícil.
En la búsqueda del presente y del pasado de ese hombre extraño, silencioso, de pocas palabras, amante de la música, con una vida familiar cruzada por la muerte del hijo, comienza a descubrir demasiadas cosas que terminan por desequilibrarlo psicológica y físicamente: olvidos, lagunas, enojos, violencia, desmayo, desganas, ausencia.
Y allí la película nos regala lo impensado: (1) el juego de las acusaciones cruzadas, (2) la imposibilidad de armonizar “la cuestión humana” con la ganancia de la empresa, la atención de las personas con las necesidades de las personas, (3) el sentido, el valor, la importancia de las palabras que se vuelven biselares: "La lengua es un poderoso medio de propaganda, el más público y el más secreto: se filtra en la carne y la sangre de las personas ; (3) el pasado no ha desaparecido: los dos ejecutivos que se cruzan celándose y controlándose provienen indirectamente del pasado nazi con el que guardan curiosas relaciones que – de modos diversos – alguien obliga a recordar: (4) la analogía entre el exterminio nazi con respecto a los Judíos con los detalles técnicos de su ejecución para lograr con el menor costo la mayor cantidad de ejecuciones… con el “exterminio” neoliberal y globalizado que excluye, mata, se saca del medio a quienes pueden no servir ya al sistema o – aunque valiosos – simplemente sobran en un mundo que amenaza con ser mas pobre y sólo para exclusivos; (5) esa soledad que atraviesa a todos los personajes que parecen envueltos en sí mismo, imposibilitados de establecer puentes hacia los otros (especialmente Simón): (6) un particular lenguaje fílmico: lento, oscuro, con imágenes que se dibujan en la sombras y que obligan al espectador a forzar la vista para poder “ver” lo que no se puede ver, con imágenes, sonidos, rostros, voces que se insinúan detrás de columnas, rostros, miradas oblicuas.
ES una película para pensarla mucho y para debatirla toda: hay una escena que particularmente sobresale: cuando SIMON lee la carta en la que se acusa al Padre del Ejecutivo investigado de haber sido un técnico de la Ejecución de los Judío (ese cálculo técnico nos hace pensar en la película La Conspiración, que trata la reunión histórica en la que se debate la “solución final”) y su “lectura interior” de los criterios que como técnico en recursos humanos debe aplicar para exterminar a los que no sirve en la empresa a la que sirve.
No es extraño que un periódico haya iniciado su comentario con estas preguntas: Cómo definir la compleja materia de La cuestión humana si abarca muchísimo más que la descripción rigurosa, fría y cautivante de los mecanismos y los comportamientos que rigen una gran empresa contemporánea como la que es escenario central de la acción? ¿Cómo ceñirla a las peculiaridades de un género cinematográfico si el registro puede ser realista, casi documental o deliberadamente estilizado? ¿Cómo ignorar lo fantástico y su efecto iluminador e inquietante cuando con él los espectros de la historia regresan y se espejan en inequívocas escenas de hoy? ¿Cómo no advertir que por debajo de la intriga y la tensión del thriller psicológico-policial se hace visible la intención de releer el sentido de las acciones del presente a la luz de ciertas claves históricas? ¿Y cómo permanecer indiferente al lúcido estudio del lenguaje como potente arma ideológica que el film aborda frontalmente cuando detecta el perturbador paralelo que se dibuja entre los procedimientos del fascismo y los del liberalismo más exacerbado?

domingo, septiembre 14, 2008

336. EMPIRISMO, MIRADAS Y PECADOS

No era la misma ventana. Desde mi lugar de trabajo, merodeando entre los empiristas ingleses del siglo XVI y del siglo XVIII, entre libros, apuntes, fotocopias y las pantallas de las computadoras, llegaban los movimientos del piso de abajo, del edificio de la izquierda. La pareja estaba allí celebrando un encuentro programado. No los conocía. Nunca lo había visto, pero las caras se recortaban contra los vidrios de las ventanas cuando él la abrazaba desde atrás y recurría con sus besos su cuello, su nuca, su espalda. Creo que cuando comenzaron a desprenderse de la ropa ya se había ido a una habitación interna y yo había regresado a un cuadro en el que comparaba el recorrido de los diversos términos que atraviesan el planteo gnoseológico de los ingleses y ponen en cuestión los problemas metafísicos.
Estaba cerrando el cuadro, cuando me levanté a buscar un libro de mi biblioteca y me asomé a la ventana. Allí estaba ella: allí estaba la vecina de la casa. A ella sí la había visto un par de veces y hasta nos habíamos saludado: estaba intentando entrar al departamento, pero la llave se lo impedía. La veía observando por los vidrios de las puertas que - aunque opacos - permitía divisar el interior. No sé lo que vio, pero vio mucho porque yo operaba como el Dios de Boecio (previdente, al menos) : ellos estaban tratando de vestirse apresurados, de cerrar las puertas, de ordenar la ropa, de volver a una normalidad imposible. Me quedé atrapado por la escena, porque mi mirada (sartreana) le quitaba libertad a los amantes, pero mas poderosa que nunca, le quitaba libertad a la mujer que sometía con sus miradas a los infieles. Hay un juego de miradas que se cruzaban y el destino crucificaba por cierto a quienes se reconocían des-cubiertos, mirados, condenados.
Finalmente la puerta se abrió y la mujer entró furiosa, con gritos que se imaginaban, aunque . por la lejanía - no se oían. Yo jugaba con las distancias y con las miradas: un libro de Hume, mi propia ventana que pedía una limpieza, los furtivos amantes descubiertos que se habían dividido, la mujer que avanzaba, y la vida que seguía con su ritmo infernal en las calles.
Ignoro como terminó todo. Hoy que tengo entre mis manos los escritos de ese día, me viene a la memoria esa imagen que se asoció a la trama de las impresiones, las ideas, el inmaterialismo, la sustancia, la existencia o la imposibilidad de Dios, el tratado de la visión, esse est percipi, las desventuras del pensamiento... me asomo y veo las ventanas cerradas, muy cerradas, y mínimos movimientos. En varios lugares deberán estar re-escribiendo decisiones e historias. Es mejor refugiarse en el pensamiento.

viernes, septiembre 12, 2008

335. ¿HISTORIA?

“No me escribas mas, Eloisa, no me escribas mas; que ya es tiempo de poner fin a una correspondencia que hace infructuosas nuestras mortificaciones. No nos alucinemos: mientras nos lisonjee la idea de nuestros placeres pasados nuestra vida será tormentosa, y no gustaremos de las dulzuras de la soledad. Principiemos a hacer buen uso de nuestras austeridades, y no conservemos memorias criminosas entre los rigores de la penitencia. Suceda a nuestro descarrío la mortificación de cuerpo y espíritu, un ayuno exacto, una soledad continua y sin intermisión, meditaciones profundas y santas, y un amor perpetuo y entrañable hacia nuestro Dios justo y misericordioso. Procuremos llevar la perfección religiosa a un punto a que no pueda llegarse sin dificultad: que es bien haya en el cristianismo algunas almas tan desprendidas de la tierra, de las criaturas, y de sí mismas, que parezcan independientes del cuerpo en que habitan, y le traten como a su esclavo.” (CARTA DE ABELARDO A ELOISA)

sábado, septiembre 06, 2008

334. LAS MANOS Y SUS LENGUAJES




Auguste Rodin (1840-1917) se embarca en la radical transformación de la escultura como se conocía hasta entonces en un momento en el que hay una ruptura de las costumbres y prejuicios. Rompe con los cánones clásicos y propone todo un mundo marcado por el erotismo, y esta tendencia se acentúa en los últimos años de su actividad creativa. Las manos eran uno de los temas favoritos del artista. Cuentan que tenía montones de ellas en su taller. De todos los tamaños y de ambos sexos. En esta escultura se puede apreciar la influencia de Miguel Ángel en el tipo de bases que utiliza para sus piezas. Son soportes que dan una idea de inacabado, la idea de que hay obras que quedan deliberadas sin terminar (non finito) porque el artista se reserva el momento de la conclusión, conclusión que puede llegar o no. Rodin como artista moderno, inventa una estética del fragmento, en que las partes faltan voluntariamente, estatuas sin terminar que quedan hundidas en la materia, lo que Rodin llama "el efecto de piedra". Su taller en Meudon impresiona mucho a los visitantes: es como sí una tempesta violentíssima hubiese destruido la obra de un dios, y solo quedan pedazos, pero la paradoja es que si las estatuas estuvieran terminadas, el conjunto no tendría la misma plenitud.

Alguien – que lo observa trabajar – testimonia: "Que bello es observarlo cuando trabaja. El conjunto de relaciones que sus ojos mantiene con la arcilla. Me parece que veo todos los trayectos de su mirada, trayectos seguros, rápidos, que forman en el aire una red donde la cosa se engancha cada vez más. Y como entonces todo se vuelve a ser un : el y la cosa, su cosa "

Observando las manos de Rodin uno encuentra un encuentro de dos, un diálogo, un acercamiento. No importa donde están los cuerpos porque las manos ya son suficientes para el diálogo que se inicia a partir de la sensibilidad que generan, de encuentro que suponen. Hay algo de abrazo, de caricia, se insinuación, de búsqueda

Pero a su vez, las manos parecen una estructura que se yergue, que se eleva buscando el cielo, por eso son un símbolo de las catedrales (cuyo título se observa en las referencias de 1908). Las manos expresan la armonía de las formas: en los cuerpos vivos resulta del contrabalance de las masas que se desplazan, por eso las catedrales están construidas sobre el modelo de los cuerpos vivos. .
Esta es una de las esculturas más conocidas de Rodin. Unas delicadas y estilizadas manos, esculpidas en piedra, que se abrazan suavemente y cuyos dedos apuntan hacia el cielo (quizá de ahí deriva su nombre). Algunos hablan de manos en actitud de oración (a mí no me lo parece) y de la fascinación que Rodin sentía por las catedrales francesas. Aunque este es el punto de vista que muestran la mayoría de las fotos, lo interesante es girar alrededor y verlas desde todos lo ángulos, lo que permite descubrir que son dos manos derechas idénticas, en realidad la misma en simetría especular, que inician el gesto de enlazarse.

No acostumbro a sacar fotos a las manos. Pero me gustan las manos, el encuentro de las manos, el valor de las manos… Y tengo ciento de fotos de iglesias, de catedrales, del lenguaje de las estructuras edilicias… ahora puedo verlas como manos que tratan de acercarse al cielo, se juntarse con las otras manos, de unirse para rezar o para amar o para el encuentro: las manos representan la puerta de todos los encuentros.

lunes, septiembre 01, 2008

333. LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA


Todos estamos, de alguna manera, dentro de una escafandra, ahogándonos en el interior, sin poder comunicarnos, con una sobrecarga de palabras y mensajes que nos atraviesan pero que no podemos pronunciar. Por las mirillas sólo se ven nuestros ojos que se mueven buscando, buscando, emitiendo señales, tratando de decirles a todos que estamos vivos, que queremos hablar, decir cosas… pero para eso es necesario que estén cerca nuestros, con posibilidad y capacidad de de-codificar los mensajes… Allí estamos, una parte de la vida o toda la vida. Y cuando más dentro de la escafandra nos sentimos, cuando nuestro interior se siente más aprisionado… la imaginación nos convierte en mariposa, y volamos queriendo bebernos de golpe toda la libertad. Toda.


Cuando las primeras escenas de la película nos muestra a la cámara que observa como si fueran los ojos de Jean Dominique, el hombre que han sufrido una parálisis general, vamos lentamente descubriendo que lo que suponemos un control médico se convierte en una tortura: entendemos todos, escuchamos todos, pero no podemos hablar, no podemos pronunciar palabras, estamos absolutamente paralizados… y a partir de allí se des-envuelve toda la historia y todas las historias de la película.


LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA: Dirección: Julian Schnabel.País: Francia.Año: 2007.Duración: 112 min. Interpretación: Mathieu Amalric (Jean-Dominique Bauby), Emmanuelle Seigner (Céline Desmoulin), Marie-Josée Croze (Henriette Durand), Anne Consigny (Claude), Patrick Chesnais (doctor Lepage), Niels Arestrup (Roussin), Olatz Lopez Garmendia (Marie Lopez), Jean-Pierre Cassel (Lucien), Marina Hands (Joséphine), Max Von Sydow (Papinou), Isaach de Bankolé (Laurent), Emma de Caunes (Eugenia). Guión: Ronald Harwood; basado en el libro "La escafandra y la mariposa" de Jean-Dominique Bauby.Producción: Kathleen Kennedy y Jon Kilik. Música: Paul Cantelon. Fotografía: Janusz Kaminski.Montaje: Juliette Welfing.


Hasta 1995, Jean-Dominique Bauby era un importante periodista que llevaba una vida normal y se desempeñaba como redactor jefe de la revista francesa Elle. Nada hacia preveer que, ese año, el hombre de 43 años sufriría una embolia masiva que lo dejó en coma. Veinte días después de ese episodio, Bauby salió del estado en el que se encontraba pero el cuadro detectado fue drmático: “síndrome de cautiverio”,. Había quedado paralizado de forma total, sin poder moverse, ni comer, ni hablar ni respirar sin asistencia. Sólo podía comunicarse a través del parpadeo de su ojo izquierdo y tuvo que resignarse a utilizar su imaginación y su memoria para no quedar atrapado para siempre en su propio cuerpo.
Para lograr que Bauby pudiera finalmente expresarse con su ojo, lo sometieron a una capacitación en un hospital de Berk-Sur-Mer, donde le enseñaron un código basado en las letras más comunes del alfabeto. Ése fue el método utilizado por él para dictar un libro que había prometido escribir (aunque no con ese título ni con ese contenido): La escafandra y la mariposa, una novela que no pudo disfrutar su autor debido a que la muerte lo sorprendió el 9 de marzo de 1997, tres días antes de que se distribuyera el libro. La película – impecable y muy creativa – está Inspirada en la novela homónima.


Toda la historia de la película muestra su limitado “regreso a la vida” en un hospital naval de Berk-Sur-Mer, le enseñan un código usando las letras más comunes del alfabeto utilizando el parpadeo de su ojo izquierdo. Mediante este parpadeo es capaz de deletrear letra a letra concienzudas palabras, frases y párrafos. Mediante este método es capaz de dictar una profunda aventura dentro del psique humano. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites el reino de la libertad (la mariposa). Hay algunos mínimos retazos del tiempo pasado que se suman a las fotografias que tapizan su habitación para acompañar su recuerdo: el día del accidente, el auto nuevo, la separación de su mujer, su vida en la revista, la paradisíaca vida con su nueva mujer (que se resiste a visitarlo y a verlo en semejante estado y prefiere recordarlo con vida), la relación con su padre (con quien tiene un diálogo extraordinario acerca de ese estar atrapado en algún lugar: en el cuerpo, en las habitaciones o en la vida).

Entre las muchas escenas curiosas que se puede observar, la relación inter-subjetiva que se establece está atravesada por una insalvable asimetría: Bauby es visto como un “vegetal”, como un cuerpo humano sin reacciones, porque ese ojo que se mueve en medio de un rostro deforme y un cuerpo inservible parece no existir, no ser. Cuando las bellas enfermeras y terapistas se asoman para anunciarles los diversos tratamiento no llegan a “verlo” como sujeto… pero para él, para ese interior intacto que piensa e imagina, siguen teniendo el mismo atractivo, el mismo encanto que han tenido las mujeres de su vida. Ese yo interior que discurre sin poder comunicarse es nuestro yo en miles de momentos de nuestra vida: tarde o temprano podemos expresarnos, hablar… aquí en cambio, solamente el ojo izquierdo podrá trabajosamente dar a conocer - traducidos en palabras – sus pensamientos.

He aquí algún fragmento de la obra pensada y dictada en pleno encierro interior, y publicada poco antes de su muerte:

EL VEGETAL

"El 8 de junio hará seis meses que empezó mi nueva vida. Vuestras cartas se acumulan en el armario, vuestros dibujos en la pared, y como no puedo responder a todos, se me ha ocurrido estos samizdats para relatar mis días, mis progresos y mis esperanzas. Primero quise creer que no había pasado nada. En el estado de semiinconsciencia que sigue al coma, me veía pronto de regreso en el torbellino de París, simplemente flanqueado por un par de bastones."

Tales eran las primeras palabras de la carta que a finales de la primavera decidí enviar desde Berck a mis amigos y conocidos. Dirigida a unos setenta destinatarios, esta misiva levantó cierto revuelo y reparó un tanto los perjuicios causados por los rumores. La ciudad, ese monstruo de cien bocas y mil oidos que no sabe nada pero que lo cuenta todo, había decidido, en efecto, ajustarme las cuentas. En el café de Flore, uno de los campamentos base del snobismo parisino desde donde se lanzan los chismes como palomas mensajeras, algunos íntimos habían oído a unos cotillas desconocidos mantener el siguiente diálogo con la glotonería del buitre que descubre a una gacela despanzurrada. "¿Sabías que B. se ha convertido en un vegetal?", decía uno. "Por supuesto, estoy al corriente. Un vegetal, en efecto, un vegetal." La palabra "vegetal" debía resultar agradable al paladar de esos augures, pues había reaparecido varias veces entre dos bocados de tostada con queso fundido. En cuanto al tono, se sobreentiendía que sólo un necio podía ignorar que en lo sucesivo yo tendría más que ver con el comercio de verduras tempranas que con la compañía de los hombres. Estábamos en tiempos de paz. No se fusilaba a los portadores de malas noticias. Si quería probar que m potencial intelectual seguía siendo superior al de un salsifí, sólo podía contar conmigo mismo.

Así nació una correspondencia colectiva que prosigo mes tras mes y que me permite mantenerme en comunión con aquellos a quienes quiero. Mi pecado de orgullo produjo su fruto. Aparte de algunos irreductibles que guardan obstinado silencio, todo el mundo comprendió que podían reunirse conmigo en mi escafandra, aunque a veces ésta me arrastre a los confines de tierras inexploradas.

Recibo algunas cartas notables. Las abren, las desdoblan y me las colocan ante los ojos según un ritual que se ha establecido con el tiempo y que confiere a la llegada del correo el caracter de una ceremonia silenciosa y sagrada. Algunas no carecen de gravedad. Me hablan del sentido de la vida, de la supremacía del alma, del misterio de toda existencia, y por un curioso fenómeno de inversión de las apariencias, son aquellos con quienes había establecido las relaciones más triviales los que más abordan estas cuestiones esenciales. Su ligereza enmascaraba un alma profunda. ¿Acaso estaba ciego y sordo, o bien se requiere la luz de una desgracia para que un hombre se revele tal como es?

Otras cartas refieren en toda su simplicidad los pequeños hechos que subrayan el paso del tiempo. Son rosas cogidas a la hora del crepúsculo, la indolencia de un domingo lluvioso, un niño que llora antes de dormirse. Captados del natural, esos retazos de vida, esas bocanadas de felicidad me conmueven más que ninguna otra cosa. Ya se trate de de ocho líneas o de ocho páginas, ya procedan del lejano Levante o de Levallois-Perret, guardo todas esas cartas como un tesoro. Un día me gustaría pegarlas por los extremos para formar una tira de un kilómetro, que flotaría al viento como una oriflama a la gloria de la amistad.Eso alejará a los buitres. (101 – 104)

La silla

Nunca había visto tantas batas blancas en mi pequeña habitación. Las enfermeras, las auxilia­res, la fisioterapeuta, la psicóloga, la ergoterapeu­ta, la neuróloga, los internos y hasta el jefe supre­mo de servicio, todo el hospital se había desplazado para la ocasión. Cuando entraron empujando el artefacto hasta mi cama, lo primero que pensé fue que un nuevo inquilino venía a tomar posesión del lugar. Instalado en Berck desde hacía varias semanas, cada día rozaba un poco más el umbral de la conciencia, pero no imaginaba qué nexo podía haber entre una silla de ruedas y yo.
Nadie me había bosquejado un cuadro exacto de mi situación, y a partir de chismorreos reco­gidos aquí y allá, me forjé la certeza de que no tar­daría en recuperar el gesto y la palabra.
Mi mente errabunda concebía incluso mil pro­yectos: una novela, viajes, una obra de teatro y la comercialización de un cóctel de frutas de mi invención. No me pidáis la receta, la he olvidado. Se apresuraron a vestirme. «Es bueno para la moral», dijo sentenciosamente la neuróloga. Y en efecto, después de la bata de nailon amarillo, me habría encantado embutirme en una camisa a cuadros, unos viejos pantalones y una sudade­ra informe, si no hubiera supuesto una pesadilla ponérmelos. O más bien verlos deslizarse, tras no pocas contorsiones, por ese cuerpo flácido y desarticulado que ya sólo me pertenecía para hacerme sufrir.
Cuando por fin estuve listo, pudo comenzar el ritual. Dos tíos me cogieron por los hombros y los pies, me alzaron de la cama y me depositaron en la silla sin grandes miramientos. De simple enfermo había pasado a ser un discapacitado, al igual que en los toros el novillero se convierte en torero cuando le dan la alternativa. No me aplau­dieron pero casi. Mis padrinos me hicieron dar la vuelta a la planta a fin de comprobar que la pos­tura sedente no provocaba espasmos incontrola­bles, pero me mantuve inmóvil, ocupado en cali­brar la brutal devaluación de mis perspectivas de futuro. Sólo tuvieron que afianzarme la cabeza con un cojín especial, pues cabeceaba a la mane­ra de esas mujeres africanas a las que se retira la pirámide de aros que desde hace años les estira el cuello. «Se adapta usted bien a la silla», comentó la ergoterapeuta con una sonrisa que pretendía dar un carácter de buena noticia a sus palabras, si bien a mis oídos sonaron como un veredicto. De golpe entreveía la espantosa realidad. Tan cega­dora como un hongo atómico. Más acerada que la cuchilla de una guillotina. Se fueron todos, tres auxiliares volvieron a acostarme, y no pude evitar pensar en esos gánsteres del cine negro que se esfuerzan en meter en el maletero de su coche el cadáver del entrometido cuyo pellejo acaban de acribillar. La silla quedó en un rincón, con aire de abandono, y mis ropas arrojadas sobre el res­paldo de plástico azul oscuro. Antes de que de­sapareciese la última bata blanca, le indiqué con un gesto que pusiera la tele, bajita. Daban «Cifras y letras», el programa favorito de mi padre. Des­de la mañana, una lluvia pertinaz resbalaba por los cristales de la ventana.

LA ORACION

Después de todo, el episodio de la silla ha resul­tado saludable. Ahora las cosas están más claras. He dejado de concebir planes ambiciosos y he libe­rado de su silencio a los amigos que levantaban una afectuosa barrera a mi alrededor desde mi accidente. Puesto que el tema ya no es tabú, hemos empezado a hablar del locked-in syndrom. En pri­mer lugar, se trata de una rareza. No es que supon­ga un gran consuelo, pero existen tantas proba­bilidades de caer en esa trampa infernal como de ganar el bote acumulado de la Loto. En Berck, sólo dos presentamos los síntomas, y aun mi LIS* está puesto en tela de juicio. Cometo el error de poder pivotar la cabeza, lo que en principio no se halla previsto en el cuadro clínico. Como la mayoría de los casos son abandonados a una vida vegetativa, se conoce poco la evolución de esta patología. Sólo se sabe que si al sistema nervioso le da por volver a ponerse en marcha, lo hace al ritmo de un cabello que creciera a partir de la base del cerebro. Corro, pues, el riesgo de que trans­curran algunos años antes de que consiga mover los dedos del pie.
De hecho, es en lo tocante a las vías respirato­rias donde cabe buscar eventuales mejorías. A lar­go plazo, uno puede confiar en recuperar una ali­mentación más normal, sin el recurso de la sonda gástrica, una respiración natural y algo del alien­to que hace vibrar las cuerdas vocales.
Por el momento, me sentiría el más dichoso de los hombres si llegase a tragar convenientemente el exceso de saliva que invade mi boca de mane­ra permanente. Aún no se ha hecho de día, cuan­do ya me ejercito en deslizar la lengua contra el velo del paladar a fin de provocar el reflejo de tragar. Además, he dedicado a mi laringe las bol­sitas de incienso que cuelgan de la pared, exvotos traídos de Japón por amigas viajeras y creyentes. Es una piedra más del monumento de acción de gracias erigido por mis allegados al capricho de sus peregrinaciones. En todas las latitudes habrán invocado en mi nombre a los espíritus más diver­sos. Intento poner algo de orden en ese amplio movimiento de las almas. Si me anuncian que en aras de mi curación han encendido unos cirios en una capilla bretona o salmodiado un mantra en un templo nepalí, de inmediato asigno un obje­tivo preciso a tales manifestaciones espirituales. Así, he confiado mi ojo derecho a un morabito camerunés comisionado por una amiga con obje­to de asegurarme la mansedumbre de los dioses africanos. Para los trastornos de la audición, cuen­to con las buenas relaciones que una suegra de corazón piadoso mantiene con los monjes de una congregación de Burdeos. Me dedican con regu­laridad sus rosarios, y yo me dejo caer a veces por su abadía para oír cómo los cánticos suben hacia el cielo. No puede decirse que por el momento haya dado un resultado extraordinario, pero cuan­do siete frailes de la misma orden fueron dego­llados por extremistas islámicos, me dolieron los oídos durante varios días. Sin embargo, tan ele­vadas protecciones no son sino fortificaciones de barro, murallas de arena, líneas Maginot, com­paradas con la pequeña oración que mi hija Céles­te reza todas las noches a su Señor antes de cerrar los ojos. Como nos dormimos más o menos al mismo tiempo, me embarco hacia el reino de los sueños con ese maravilloso salvoconducto que me libra de todo mal encuentro.

EL BAÑO

A las ocho y media llega la fisioterapeuta. Con silue­ta deportiva y perfil de moneda romana, Brigitte viene a poner en movimiento mis brazos y pier­nas, dominados por la anquilosis. Eso se llama «movilización», y esta terminología marcial resul­ta risible cuando se constata la delgadez de la tro­pa: treinta kilos perdidos en veinte semanas. No contaba con semejante resultado al empezar un régimen ocho días antes de mi accidente. De paso Brigitte comprueba si se produce algún estreme­cimiento que presagie una mejoría. «Intente apre­tarme el puño», me pide. Como a veces abrigo la ilusión de que puedo mover los dedos, concentro mi energía a fin de triturarle las falanges, pero nada se mueve, y ella deposita mi mano inerte en el cua­drado de gomaespuma que le sirve de escenario. De hecho, los únicos cambios conciernen a mi cabeza. Ahora puedo girarla noventa grados, y mi campo visual va desde el tejado de pizarra del edi­ficio contiguo hasta el curioso Mickey de lengua colgante dibujado por mi hijo Théophile cuando aún no me era posible entreabrir la boca. A fuer­za de ejercicios, hasta la fecha hemos llegado al punto de lograr introducir en ella una pajita. Como dice la neuróloga: «Se requiere mucha paciencia.» La sesión de fisioterapia termina con un masaje facial. Brigitte me recorre con sus dedos tibios todo el rostro, la zona yerta, que me sugiere la consis­tencia del pergamino, y la parte inervada, en la que al menos puedo fruncir una ceja. Como la línea de demarcación pasa por la boca, sólo esbozo medias sonrisas, lo que se adecua bastante bien a las fluc­tuaciones de mi estado de ánimo. Así, un episo­dio doméstico como el aseo cotidiano puede ins­pirarme sentimientos encontrados.
Un día me resulta divertido que a mis cuaren­ta y cuatro años me laven, me den la vuelta, me limpien el trasero y me pongan los pañales como a un niño de pecho. En plena regresión infantil, obtengo incluso con tales manejos un vago pla­cer. Al día siguiente todo ello se me antoja el col­mo del patetismo, y una lágrima surca la espuma de afeitar que un auxiliar extiende por mis meji­llas. En cuanto al baño semanal, me sume a un tiempo en la congoja y la dicha. El delicioso momento en que me sumerjo en la bañera pron­to se ve sustituido por la nostalgia de los prolon­gados chapuzones que constituían el lujo de mi primera vida. Provisto de una taza de té o un whisky, de un buen libro o una pila de periódicos, permanecía largo rato en remojo accionando los grifos con los dedos del pie. Pocas veces soy tan cruelmente consciente de mi situación al evocar tales placeres. Por fortuna, no tengo tiempo de pensar demasiado en ello. De inmediato me devuelven tiritando a mi habitación sobre un por­taenfermos tan cómodo como una tabla de faquir. Debo estar vestido de pies a cabeza a las diez y media, listo para bajar a la sala de rehabilitación. Como me niego a adoptar el infame estilo jogging recomendado por la casa, vuelvo a mi ropa de estu­diante chapado a la antigua. Al igual que ocurre con el baño, mis viejos chalecos podrían abrir dolorosos caminos en mi memoria. Sin embargo, en ello veo más bien un símbolo de que la vida continúa. Y la prueba de que aún deseo seguir sien­do yo mismo. Puestos a babear, tanto da hacerlo sobre cachemira.