martes, diciembre 02, 2008

345. IRRACIONALIDAD DEL PODER


“Esto no es nada, señora marquesa -contestó el presidente-. Esos dioses seductores, cuando se juntan, son todavía más temibles. En cuanto a la razón, que se pierda con el vino o en las llamas del amor, como se puede prescindir de ella, ¡qué importa a cuál de esas dos divinidades se la sacrifique! Nosotros, los magistrados, de lo que mejor sabemos prescindir es de la razón; desterrada de nuestros tribunales tanto como de nuestras cabezas, nos divertimos pisoteándola, y eso es lo que hace que nuestras sentencias sean verdaderas obras maestras, pues aunque no tiene el menor sentido común son ejecutadas con tanta firmeza como si se supiera lo que quieren decir. (…) Aquí donde me veis, soy uno de los mejores cerebros de mi cuadrilla; fui yo quien convenció a mis ingeniosos colegas, el año pasado, para que desterraran por diez años de la provincia, arruinándole de esa forma para siempre, a un gentilhombre que había servido cabalmente al rey en todo momento, y todo por un puñado de rameras. Hubo discusiones, yo di mi opinión y el rebaño se plegó a mi voz...” DONATIEN ALPHONSE FRANCOIS de SADE + EL PRESIDENTE BURLADO