A Orillas de tu Silencio
Julián Zini
Duerme tranquila hija mía, 
que está velando tu sueño 
el corazón desvelado 
de tu papá musiquero. 
Duerme nomás que entretanto, 
y a orillas de tu silencio, 
voy a contarle a tu madre 
lo que entre mí a veces pienso. 
Adónde irás con los años, 
adónde te lleva el tiempo; 
quién llegará, cómo y cuándo, 
para ser tu compañero. 
Cómo me cuesta perderte 
ser tuyo y no ser tu dueño; 
quedarme solo en testigo 
y no apuntalar tu sueño. 
Busco en mí la palabra que te debo y no la encuentro. 
Quiero hacerte un regalo que te sirva y no tengo. 
Te acaricio y me tiembla la ternura en los dedos. 
Me preocupa quererte y no sé cómo hacer. 
Me recibí de padre como si fuera un sueño. 
Puesto a andar en la vida, tropecé con los hechos. 
Me enseñaron de chico que el amor era ciego 
y segado de amor no pensé nunca en ésto. 
Con traerte a este mundo solté un río tremendo 
que se fue de mis manos, que se fue de mi tiempo. 
Cada día que pasa sos distinta y confieso 
que no sé que decirte más allá de mis besos. 
Como yo y como todos sé que sos un misterio, 
un inmenso posible y un hermoso proyecto. 
Yo, tan sólo un testigo que te sigue de lejos 
con el alma en los ojos y soñando un encuentro. 
Qué haremos tu madre y yo 
sino darnos por enteros, 
sabiendo que nuestros hijos 
son ellos y no son nuestros. 
Cómo seguirlos de cerca 
por amor y no por celos; 
Cómo hacer que nos elijan 
como padres verdaderos. 
miércoles, mayo 14, 2008
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