martes, octubre 31, 2006

014. LA ESPERANZA

"A favor de una lívida oscuridad, vio un semicírculo de muros terrosos en los que había labrados unos escalones; y en lo alto, después de cinco o seis peldaños, una especie de pórtico negro que daba a un vasto corredor del que no le era posible entrever, desde abajo, más que los primeros arcos. Se arrastró hasta el nivel del umbral. Era realmente un corredor, pero casi infinito. Una luz pálida, con resplandores de sueño, lo iluminaba. Lámparas suspendidas de las bóvedas azulaban a trechos el color deslucido del aire; el fondo estaba en sombras. Ni una sola puerta en esa extensión. Por un lado, a la izquierda, troneras con rejas, troneras que por el espesor del muro dejaban pasar un crepúsculo que debía ser el del día, porque se proyectaba en cuadrículas rojas sobre el enlosado. Quizá allá lejos, en lo profundo de las brumas, una salida podía dar la libertad. La vacilante esperanza del judío era tenaz, porque era la última." (Villiers de L'Isle Adam, 1888)

lunes, octubre 30, 2006

013. TIEMPO Y RELOJES

Alguien - para hablar de las diversas organizaciones y concepciones del tiempo - utiliza la metáfora de los TRES RELOJES que - en épocas sucesivas - se encargan de medir el tiempo. El reloj de arena trabaja con un tiempo cíclico centrado en unidades limitadas que obligaban a "dar vuelta" el reloj para recomenzar con la medida: en esta concepción el tiempo siempre es repetición y una generación se encarga de transmitir sus contenidos a la otra que es quien deben prolongarla naturalmente. El reloj analógico o mecánico tiene la capacidad de romper con el tiempo natural y - aunque necesita que alguien lo sostenta o le dé cuerda para funcionar - tiene el sentido moderno de la linealidad y la progresividad: el tiempo es una flecha que se lanza hacia adelante, nunca para y siempre no conduce hacia el futuro que deseamos. Por su parte el reloj digital trabaja con un tiempo virtual que tienen la posibilidad de autoregularse, hacerse subjetivo, construirse a sí mismo, convertirse en referencia del sistema: es un tiempo que no necesariamente se relaciona con el pasado o con el futuro, sino que desborda presente. Las instituciones, los sujetos, los adultos, los jóvenes de nuestros días están atravesados por estos diversos tipos de tiempos y deben tratar de armonizar estas percepciones a veces antagónicas para poder sobrevivir. (ver FLEIXA: DEL RELOJ DE ARENA AL RELOJ DIGITAL)

domingo, octubre 29, 2006

012. PADRES E HIJOS

En un remoto país y en épocas extrañas, dos padres, preocupados por la educación de sus hijos, decidieron encontrar el mejor lugar en donde pudieran llegar con el paso del tiempo a ser hombres honorables y respetados por la sociedad. Uno de ellos hizo construir un laberinto, cuyo diseño le pertenecía y del que solamente él (y la gente de su confianza) tenían el plano y conocían efectivamente la forma de moverse y salir, sin quedar aprisionados por sus paredes. El otro hizo un largo viaje y llegó hasta los límites del desierto: estaba seguro que dejando a su hijo en la absoluta libertad y en la inmensidad de un paisaje sin referencias iba asegurar el crecimiento.

El padre que encerró a su hijo en el laberinto le otorgó una seguridad absoluta pero lo ahogó entre sus muros, lo hizo tan dependiente de é, de sus planos y de sus conocimientos que en lugar de ayudarlo a madurar y a crecer le impidió cualquier movimiento, porque cada vez que intentaba desplazarse o salir chocaba con el juego eterno de las bifurcaciones y paredes, y debía recurrir a su padre o a los ayudantes.

El padre que confió en la sabiduría del desierto lo expuso a demasiados peligros y, sobre todo, no tuvo en cuenta que sin referencias ni oposiciones es imposible construir la libertad. El hijo inició varios recorridos pero perdió toda orientación, desconoció el rumbo, luchó en vano por encontrar el camino de regreso y terminó perdiéndose para siempre.

La historia dice que – tiempo después - hubo un tercer padre que tomó conocimiento de lo acontecido y entendió que para llegar a destino es necesario elegir un camino que al mismo tiempo funcione como límite y dirección. Le enseñó a su hijo a caminar y a interpretar las diversas señales del camino. Y para asegurar su crecimiento, como padre fue alternando diversas posiciones: primero marchó adelante para que el hijo supiera que la mejor opción era seguirlo y confiar en su experiencia, luego se le puso a la par y fueron compartiendo el paso y las decisiones, y finalmente lo dejó avanzar y – desde atrás, con una mirada protectora pero distante – fue alegrándose cuando supo que su hijo iba razonablemente eligiendo su propio camino. Y observó cómo emprendía el vuelo propio.
(*) libre adaptación del cuento de Borges: Los dos reyes y el laberinto

miércoles, octubre 25, 2006

011. ¿PLAYAS DE ESTACIONAMIENTO?

Muchas instituciones educativas se han convertido en playas de estacionamiento en las que los padres depositan sus hijos en horas determinadas con el único compromiso de pasar a retirarlos al concluir el turno. Como en las playas, los responsables entregan las llaves de sus vehículos o el control de sus hijos, aunque quienes trabajan allí sólo estén para cambiarlos de sitios y asegurarse mayor cantidad de lugar. A veces ofrecen servicios adicionales, pero siempre son superficiales: la limpieza, el lavado, el cuidado. Lo que interesa no es que el auto cambie, sino que esté disponible y sin riesgos – bajo control y encerrado – para regresarlo al dueño que lo pasa a retirar. Es por eso, tal vez que los padres prefieren no pedirle mayores cosas a la escuela con tal de que sus hijos estén seguros, vigilados y controlados, algunas horas por días y cinco días de la semana. Los autos, como los alumnos, pueden pasar años en la playa de estacionamiento: nada cambiará en ellos, sino que solamente acumularán años. La seguridad, como se ve, tiene sus costos: hay que admitir que los playeros (¿los docentes?) no están para remediar, agregar o prevenir: se les paga para estar, controlar la entrada y la salida, registrar, recibir y entregar la unidad. Las playas de estacionamiento suelen ser contagiosas: siempre hay más, y en algunos casos se amplían en cantidad y se extienden a todos los niveles.
Existe a su vez una curiosa relación con los autos y su antigüedad: a los nuevos, los dueños los cuidan con particular empeño, no tanto porque son frágiles sino porque temen por su seguridad, por su integridad y suponen que el ojo vigilante sobre lo que hacen quienes lo tienen provisoriamente a su cargo puede representar cierta garantía. A medida que pasan los años y los modelos envejecen los propietarios tienden a desentenderse de los mismos y, casi, no hacen más que reproducir rituales automáticos desconociendo en el fondo lo que realizan en su ausencia. De la misma manera que las mochilas y las instrumentos de estudios tienen una desaparición progresiva y sistemática con el correr de los años, la protección y el cuidado se desvanece con el paso de los días... y los playeros hacen (o dejan de hacer) sin mayores contemplaciones.

No todas las playas de estacionamientos son iguales. Coinciden en la función (todas guardan los autos) pero difieren en el trato y en las comodidades. Algunos llaman playas de estacionamientos a un espacio en la calle pública en donde los autos se acomodan guiados por algunos encargados en guiar las maniobras. Hay poca diferencia entre dejarlos en la calle – sin cuidado – y dejarlos en estos lugares que no son más que una porción de la vía publica sometida a cierta vigilancia. Otras playas tienen muros protectores, pero funcionan a cielo abierto y la protección también es relativa: simplemente se han encargado de cercar un espacio disponible sin ofrecer mayores protecciones. En otras, el espacio es mínimo y sólo la habilidad de los playeros permite encontrar un lugar en medio de una multitud de vehículos. Están las playas construidas arquitectónicamente para esa función que suman varios pisos para poder albergar la mayor cantidad de vehículos. Y finalmente están las playas de estacionamiento de lujo: cerradas, cubiertas, con cada uno de los box pre-definido y la posibilidad de ver cada una de las unidades custodiadas y cuidadas hasta en los mínimos detalles. Cada uno puede disfrutar de una playa al gusto de sus posibilidades económicas y la cercanía geográfica. Aunque hay propietarios que optan por hacer cotidianamente un esfuerzo extraordinario para lograr la mejor playa para sus autos.

martes, octubre 24, 2006

010. EL TIEMPO ES PURO CUENTO

Una mañana de sol, de calor y de octubre. Una mañana normal. Un pequeño malestar que algún medicamento se encargó de mitigar al tiempo que cambiaba el ánimo. No iba a ser una mañana más: cambiaría la vida seguramente. ¿Cuántas veces repetiría el 20/10/94? Por algún motivo lo que estaba gestándose desde hacía meses pero que en los días precedentes se había hecho más intenso encontró en ese día lunes una revelación. El lugar pequeño del trabajo, el escritorio como mediador, las miradas que trataban de esquivar la verdad, las palabras preguntando, dando vueltas, adelantándose e ingresando, proponiendo.
Primero fue la sorpresa y cierta estrategia de la huida. Luego, no: supimos que ya nada sería igual, todo sería distinto. Una larga historia fue ingresando en nuestras vidas para no dejarnos ir, aprisionados por aquella mañana de octubre, de sol, de calor, de miradas esquivas y palabras misteriosas.
¿En qué lugar de la memoria, en que centímetro de piel, en qué recóndito sitio de la mirada están todos los momentos de esta historia única y definitiva?
Y allí está – en el juego de los días – mirándonos andar sin saber qué decirnos, qué contestar, buscando que demos una respuesta, que multipliquemos las palabras o los silencios.
Sólo sé que - paso a paso - repetiría esta historia desde aquel día...

lunes, octubre 23, 2006

009. PALABRAS, SIGNIFICADOS Y PROBLEMAS

Cuando terminé de exponer sobre el tema de la violencia alguien me cuestionó el uso de tres términos: DOMESTICACION, BARBARIE Y CULPA. Cada una tiene una carga semántica que las cruza con la historia de las ideas y con las ideologías. Sin referencias las palabras pueden sonar a oídos desprevenidos o demasiado cargados de saberes previos.
DOMESTICAR es un verbo demasiado fuerte para asimilarlo a la educación, pero sin embargo,
hay una etapa previa a la construcción específica del sujeto que consiste en volver un ser social, con posibilidad de ajustar a un régimen de convivencia, de vida común. Se trata de un recurso necesario para la sociedad (que pretende eliminar sus amenazas externas e internas) y para los sujetos (que deben reconocer sus posibilidades). Los individuos domesticados no son los disciplinados que se someten al sistema, sino los que han entendido que el contrato social y la vida en común son un derecho que implica una serie de compromisos y obligaciones. Cuando ciertos sujetos renuncian a la vida social, están poniendo en cuestión su propia vida y la subsistencia de la comunidad. Le corresponderá a la educación contribuir a desarrollo de los factores que lo personalicen y lo hagan crecer como persona sujeto de todos los derechos.
BARBARIE: no tiene la carga significativa del siglo XVIII (a calor de la razón civilizada europea) ni del siglo XIX (en el entorno significativo de la colonización y conquista del territorio americano). La barbarie es la responsable de los males de la civilización: se trata de jugar dialécticamente con los términos antagónico. Los civilizados construyen – al calor de la razón y justificados por ella (Adorno) – las peores expresiones de la barbarie. Superar la “barbarie” significa eliminar lo que nos amenaza y amenaza a cualquier ser humano que haya elegido serlo en el contexto de una comunidad.
CULPA: aunque la raíz de la culpa es religiosa, en cuanto la culpa remite a una falta contra un mandamiento que reclama algunas estrategias de reconciliación y perdón… la culpa es culturalmente la percepción subjetiva de un error, de una equivocación, que se debe enmendar. Es una consecuencia del ejercicio de la auto-conciencia que reconoce lo que no está bien hecho, las consecuencias del mal obrar, y se propone una re-constitución de los hechos. La raíz religiosa del término no debería inhabilitarlo, ni cargarlo de un sentido peyorativo que avanza sobre las consecuencias psicológicas de ciertas culpas. Su presencia en los sujetos y en la sociedad es saludable porque permite que cada uno sepa reconocer de qué se hace responsable y desde el reconocimiento construir una respuesta alternativa y superadora.

domingo, octubre 22, 2006

008. MAPAS Y TERRITORIOS

Nuestra percepción de la realidad - del territorio - no es la realidad, sino una representación - un mapa - de ella. ¡Cuántas semejanzas podemos establecer con nuestra responsabilidad como profesores en la organización de nuestras clases y en el recorrido específico de cada año académico! El mapa es siempre una representación mental o gráfica de la realidad. Lo que percibimos, siempre estará primariamente filtrado por nuestra selección u omisión, generalización o distorsión, de los detalles percibidos. Ninguna persona está más preparada que las otras para decir qué es la realidad, ningún modelo o teoría del mundo es más verdadero que los otros, por la simple razón que todos son falsos o todos son verdaderos para quien los sustenta. Si una persona obtiene un modelo del mundo, que le es satisfactorio le servirá, para obtener lo que en su vida es importante. Para su bien o su mal. Porque tendrá mas opciones y alternativas en uno u otro sentido. Un mapa no es el territorio porque los mapas son instrumentos, son representativos de algún territorio y se utilizan para hacer distinciones en el territorio. El mapa ideal sería el que se identifica con el mismo territorio: sólo es posible en las asombrosas ficciones de Borges.

007.A LOS GOLPES

Nuevamente la violencia se ha instalado en nuestra sociedad. No se trata de una violencia doméstica, oculta y perversa que se refugia en el calor del hogar, sino de una violencia descaragada y obsena que gana los escenarios sociales. Está allí en los medios exhibiéndose como un pasaporte seguro para lograr los propios objetivos.
La violencia parece haberse apropiado de ser sectores claves de la realidad: la política y el poder, el trabajo y los reclamos sociales, la diversión y el deporte. No funciona como último recurso, ni como respuesta a presuntas agresiones, sino como disparador y fuerza paralizante. Hay mucho por ganar, hay mucho por perder y por lo tanto los actores van cambiando de obra y de escenario pero están allí, siempre allí, imponiéndo la fuerza de una barbarie que suponíamos sepultada.
En las agresiones mutuas parece primar un sentido suicida y descontrolado que pone en riesgo todo: golpean, destrozan, rompen aun sabiendo que pueden ser las víctimas de quienes responden y atacan... Son los cuerpos descontrolados, los gritos, la suma de individuos, las armas, los palos, la furia.
De pronto, un pasado ancestrar y un pasado histórico vuelven a escena... y nos encuentran inermes porque hace mucho tiempo que hermos perdido la fórmula. Los mismos respresentantes para cubriendo "las necesidades" de diversos sectores: cambian sus identificaciones y sus consignas, y repiten sus rituales.
Tal vez haya que pensar nuevamente en ciertos baños de racionalidad para recuperar el sentido de la convivencia, de la negociación, de los acuerdos... Tal vez haya que resucitar - con mejor criterio que en el pasado - la civilización nuevamente... o tal vez haya que lograr una domesticación inicial, previa a los procesos de humanización, a los encuentros personales, a las relaciones marcados por la sensibilidad y el afecto.

lunes, octubre 16, 2006

006. OTRAS MUERTES, OTROS MUERTOS

No descarto el dolor de las desapariciones de los años oscuros. No pongo en tela de juicio los reclamos de quienes fueron silenciados, perseguidos, buscados, censurados, apresados, torturados, muertos, desaparecidos, olvidados, sepultados en los años del horror. No cuestiono el sufrimiento, la rabia, los reclamos, las demandas de quienes quedaron en algún lugar esperando un regreso, un llamado, una señal, el ejercicio de la paternidad o de la maternidad, al hijo ausente, al hermano definitivamente ido...
Pero quiero reclamar hoy por estos 30 años de otras "desapariciones" de las que fuimos víctimas: por miedo, por prudencia, por estrategias, por decisión nos fuimos separando de muchos amigos, compañeros, hermanos a quienes dejamos de ver, de llamar, de escuchar. Pasaron los años, se fueron los años oscuros, volvió la luz, reorganizamos la vida... pero anestesiados, insensibles, calgados de olvidos y desprovistos de memoria no reincoporamos a esos otros muertos que viven en otros lugares sus propias vidas... ni ellos nos reincoporaron: cada uno paga en secretos culpas indescifrables, innecesarias.
Tal vez, en cada uno de nosotros sobrevuele una sensación de responsabilidad por esta supervivencia, por lo que somos y seguimos siendo, por esta vida que tenemos.
¿Y si alguna vez hacemos justicia con nosotros mismos y recuperamos los nombres, las caras, los afectos, los abrazos, las palabras de los que poblaban nuestras vidas en aquellos tiempos? ¿O es que tenemos miedo de encontrarlos? ¿O es que no tendremos nada que decirnos? ¿ O es demasiado breve la vida para poder recuperar el tiempo definitivamente perdido?

domingo, octubre 15, 2006

005. ¿LA ESCUELA A PESAR DE TODO?

A pesar de todo la escuela es el mejor remedio. A pesar de su vaciamiento o de desfondamiento, a pesar de sus conflictos y de sus crisis, a pesar de sus reformas inconclusas y sus malestares permanentes, la escuela es la institución que sobrevive en este mar tormentoso. Allí está, abandonada por el estado, pero fiel a la tradición que le dio vigor y valor. Está el ruina, pero sigue practicando los mismos rituales y pronunciando las mismas palabras para proponer criterios, para ordenar conductas, para imponer principios. Discutida, aborrecida, despreciada, muchas veces ajena, sigue siendo el mismo fortín que funciona como una avanzada en desierto y frente a los avances de los bárbaros.
El problema no es si la escuela sirve y puede hacer algo. Lo que constatamos es que sin escuela la violencia, la barbarie o la ignorancia podrían ser aun mayores. No argumentamos por la afirmativa sino por los resultados que aun logra y las eventuales consecuencias de su desaparición.
Si con la escuela aún hay problemas de violencia y descontrol, si con la escuela se observan desarticulaciones sociales, sin con la escuela hay problemas de aprendizajes y de formación del capital cultural... ¿qué podemos imaginar con un mundo sin escuelas? Tal vez se trataría de un retorno a la barbarie...
Es verdad: afirmar la escuela no significa legitimar esta escuela sino postular otra escuela, con la posibilidad de que la misma adquiera en formato deseado. Porque es cierto que esta escuela que aun opera es una escuela vacía y desfondada.
Probablemente en el pasado tuvo mayor responsabilidad en l,a construcción de los sujetos y las subjetividades, y probablemente logró una articulación mas efectivas con otras instituciones que contribuían en la tarea. La escuela se hoy se ha quedado mas sola, mas huérfana, mas abandonada... y la construcción de los sujetos y de las subjetividades circula por andariveles que poco o nada tienen que ver con las escuelas.
Esa es la tarea futura. Es el desafío que nos espera. Reconstruirla o inventarla de nuevo.

viernes, octubre 13, 2006

004. MUCHO TIEMPO

Hace 23 años - octubre de 1983 - moría mi padre. Me sentí huérfano entonces y salgo a pelearle a la vida la posibilidad de vivir sin él. Cada aniversario me regresa a esa necesaria orfandad y recuerdo aquella mañana en medio de mi trabajo, un llamado, una larga carrera y la certeza del final. Ya no lo tendría más. Y nunca supe cuándo nos despedimos o cuándo nos dijimos las palabras definitivas.

003. SUBJETIVIDAD Y CORPORALIDAD

Escuchaba en una charla de un profesional la caracterización de los adolescentes sorprendidos por la presencia de un cuerpo que crece y los desborda frente a un interior y una subjetividad que parece en construcción y por tanto empequeñecida, disminuida. Los adolescentes son subjetividades con cuerpo desbordados, demasiado grandes para poder manejarlos… y pensé que – con el paso irremediable del tiempo – los adultos, en ciertas etapas de nuestra vida, somos subjetividades desbordadas en cuerpo que van perdiendo su presencia y fortaleza: la fortaleza, el vigor, la agudeza visual, el oído, el entendimiento, la rapidez, los movimientos… Se vive una nueva desarticulación entre el exterior que no responde y un interior que ha acumulado las riquezas y las experiencias de toda la vida… Cuando mas necesitamos disponer de todas fuerzas, sabia, la vida nos recuerda la finitud de nuestra existencia: ya no somos lo que éramos aunque nuestro interior se resista a ver en el espejo el paso irremediable del tiempo.
Es curioso ese despertar del sujeto que trata de descubrir su cuerpo y de apropiarse del mismo para poder manejarlo... pero es mucho mas curioso comprobar ese nuevo descubrimiento de un cuerpo que se va retirando, que acusa recibo de su uso, abuso y deterioro... y que le pide a la subjetividad que no lo re-cargue de tareas porque ya no es el de antes.
Si hay un duelo por el cuerpo perdido de la infancia en los adolescentes, hay un nuevo duelo por el cuerpo propio con el paso de la adultez a la tercera edad. Duelos, al fin, anticipatorios del duelo final, definitivo. Y ese morir al cuerpo infantil tiene una necesaria contraparte en ese morir al cuerpo deseado para aceptar el cuerpo real que la edad nos va regalando...¿Cuánto tiempo de equilibrio nos regala la vida? ¿Cuántos años son los que podemos disfrutar de un equilibrado juego de fuerzas?

002. ¿SOCIEDAD DISCIPLINARIA O SOCIEDAD DE CONTROL?

En el pasado funcionó y se perfeccionó hasta los mínimos detalles la sociedad de la vigilancia. Las miradas vigilantes – de diversos tipos – llegaba a todos los sujetos y a toda la vida del sujeto, de tal manera que no sólo se lo tenía prisionero de una presencia panóptica universal, sino que cada sujeto se sabía vilado, esperaba y descontaba la vigilancia, de tal manera que auto-regulaba sus conductas sabiendo que de cualquier manera es objeto de vigilancia. Si a esto se sumaban las instituciones de vigilancia, los lugares y funciones de vigilancia, las miradas oblicuas o derivadas que miraban en lugar de quienes ejercían el poder, la vida de los hombres se regían por estas presencias permanentes (casi como el “esse est percipit” de Berkeley) que daban entidad a sus vida porque moral y disciplinariamente la tenían sometida. Hasta el Dios de la modernidad era un Dios vigilante que tenía una mirada universal y que vigilaba desde las imágenes que presidían los distintos ámbitos o lo hacía – descaradamente – desde un triángulo/ojo divino que generalmente estaba acompañado de la frase lapidaria: “Dios te ve” (generalmente puesto en los lugares en los que las miradas de los encargados de observar no podía llegar porque eran ámbitos exclusivo de la privacidad). Las acciones privadas eran objeto de juicio solamente de Dios y de la conciencia, pero la mirada vigilante que acompañaba la regulación del obrar moral velaba por la vigencia del estricto cumplimiento.
En la actualidad han decrecido las miradas manifiestas y los poderes prefieren di-simular las miradas y suponer que ya no hay nadie vigilando. Pero la “sociedad de control” no nos pierde rastro y ha transformado las estrategias: estamos registrados en las cámaras de los bancos o de los cajeros, somos permanentemente observados en los visores de los negocios, estamos archivados en las cámaras de videos de los supermercados. Los vigilantes no tienen que mirar, sino que sólo están a la búsqueda de alguna anormalidad… pero si por algún motivo se necesita saber quién compró, quién paso, quién extrajo dinero, quién ingreso al banco o al supermercado o al shopping, dispondrán de un riquísimo archivo de imágenes que sobrepasa el poder del pasado. Si viajamos, cada peaje dará cuenta de nuestro vehículo, con el pago, con la patente, con la cámara que nos enfoca. Cada uso de las tarjetas de crédito o de débito señala dónde estamos, qué hacemos, cuánto gastamos y en qué Terminal la utilizamos. Si hemos recibido una tarjeta de uso en un supermercado o en alguna cadena, con seguridad- bajo la excusa de una promoción o algún regalo – nos están observando nuestros hábitos de consumo. Nos hemos liberado de los teléfonos fijos, pero hemos quedado presos de los celulares: con un llamado que hacemos o que recibimos pueden identificar el lugar desde dónde hablamos. Si hacemos uso de los correos electrónicos o de Internet, estaremos bajo un control extremo y riguroso. Nuestra presencia en la red y nuestro paso por los diversos sitios irá incorporando numerosos cookies (archivos que se instalan automáticamente en nuestra PC de navegantes) y el servidor o un operador avezado puede detectar qué hicimos, qué nos gusta, qué temas abordamos o con qué nos divertimos. No sólo sino que pueden guardar nuestro historial ya que identifican nuestra IP o número de usuario (el DNI de la computadora) dominando lo que hacemos y lo que – estadísticamente – podremos llegar a hacer. En casos extremos hasta tienen la posibilidad de instalarnos – de manera remota – un controlador que envía las información de todo lo que escribimos en la pantalla, junto con lo que enviamos o recibimos por Internet. Hasta el intento de burlar el control, utilizando otras máquina revelará quiénes somos porque acudiremos a nuestros correos o entraremos en nuestros sitios, certificando quiénes somos, ¿Ha desaparecido la sociedad de la vigilancia o se ha potenciado en la sociedad de control? ¿Ha quedado algo de nuestra libertad o definitivamente la hemos perdido?

miércoles, octubre 11, 2006

001. DE VIAJES, ISLAS Y POSIBILIDADES

"La isla volante o flotante es exactamente circular; su diámetro, de 7.837 yardas, esto es, unas cuatro millas y media, y contiene, por lo tanto, diez mil acres. Su grueso es de 300 yardas. El piso o superficie inferior que se presenta a quienes la ven desde abajo es una plancha regular, lisa, de diamante, que tiene hasta unas 200 yardas de altura. Sobre ella yacen los varios minerales en el orden corriente, y encima de todos hay una capa de riquísima tierra, profunda de diez o doce pies. El declive de la superficie superior, de la circunferencia al centro, es la causa natural de que todos los rocíos y lluvias que caen sobre la isla sean conducidos formando pequeños riachuelos hacia el interior, donde vierten en cuatro grandes estanques, cada uno como de media milla en redondo y 200 yardas distante del centro. De estos estanques el Sol evapora continuamente el agua durante el día, lo que impide que rebasen. Además, como el monarca tiene en su poder elevar la isla por encima de la región de las nubes y los vapores, puede impedir la caída de rocíos y lluvias siempre que le place, pues las nubes más altas no pasan de las dos millas, punto en que todos los naturalistas convienen; al menos, nunca se conoció que sucediese de otro modo en aquel país. (...) La palabra que yo traduzco por la isla volante o flotante es en el idioma original laputa, de la cual no he podido saber nunca la verdadera etimología. Lap, en el lenguaje antiguo fuera de uso, significa alto, y untuh, piloto; de donde dicen que, por corrupción, se deriva laputa, de lapuntuh. Pero yo no estoy conforme con esta derivación, que se me antoja un poco forzada. Me arriesgué a ofrecer a los eruditos de allá la suposición propia de que laputa era quasi lapouted: de lap, que significa realmente el jugueteo de los rayos del sol en el mar, y outed, ala. Lo cual, sin embargo, no quiero imponer, sino, simplemente, someterlo al juicioso lector.”
SWIFT Jonathan(1667-1745): VIAJES DE GULLIVER. Tercera Parte.