viernes, enero 23, 2009
368. LA IMAGEN DEL DOLOR
No era mi madre. No era la que siempre había visto. Era otra, sola, lejana, extraña, sumergida en la queja. Y la pena fue mayor cuando partimos: uno - en esos lugares - deja a los enfermos solos con su dolor. Uno vuelve a la vida: a las calles, a los autos, al insoportable calor del verano, a la preparación del verano, al sueño... pero en algún lugar y en soledad, alguien procesa su dolor.
Humano, demasiado humano. Y la seguridad de saber que ese es el rostro que nos espera, la soledad que nos aguarda, el destino de lo posible.
El juego del destino me había anticipado durante el 2008 el trabajo con enfermeros que cursaban su licenciatura. Hablamos todo el tiempo de situaciones teórica y, de pronto, sin planificarlo era yo el que iba como familiar de paciente a la práctica: a los sueros, a los oficce, a las enfermeras, a las visitas de los médicos, a los horarios, a los lugares habilitados y prohibidos, al lugar en el que el dolor se naturaliza. Allí estaba... y me preguntaba viendo desfilar - cargado de esperas y de paciencia - a tantos agentes de la salud... ¿cuando descansaba ese edificio, esas salas, esas galerías? No hay franco, vacaciones, pausas para la enfermedad, el dolor, la muerte.
367, CUERPOS VISIBLES, CUERPOS INVISIBLES
Y a mi, que me preciaba de jugar con el desinterés y la indiferencia, me pesa que en algún lugar, en otro contexto y en otras companias, haya alguien que juegue con sus figuras geométricas, arme sus triángulos, desnude su fragilidad, intente acercarse desde la insalvable lejanía de estos días de enero.Apenas una voz o una mirada, es poco, demasiado poco.
Los cuerpos no permanecen para siempre. Los cuerpos se borran como las geografías, los territorios, las calles... y uno debe reaprender a conocerlos, a apropiárselos, a familliarizarse con ellos.
Desde un lugar que me era familiar y se me ha vuelto extraño... y que me depositado toda una semana en las mismas calles, entre los nombres y las referencias que había borrado, hay imàgenes difusas que no logro rescatar cuando mas las necesito. Los rostros se han cargado de años, las antiguas casas han sucumbido a la metamorfosis de la ciudad, los nombres han mutado: y yo soy un fantasma en esta ciudad que se me vuelto ajena.
jueves, enero 15, 2009
366. QUE AMIGO DE SUS AMIGOS
¡qué señor para criados y parientes!¡
Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Cuán benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,qué león!
365. CONSTRUCCION DEL SUJETO AMOROSO (2)
02. Hay sujetos que se definen como una búsqueda permanente sin encontrar nunca la alternativa necesaria para la construcción del sujeto amoroso, porque lo que se encuentra es un otro que nunca quiere salir de si mismo: es decir que aunque alguien salga de sí mismo, si finalmente el otro al que buscamos no responde con el mismo movimiento, la construcción se frustra. Yo quiero pero ella no quiere.
03. Los procesos de construcción no tienen seguro de eternidad, aunque admita promesa de eternidad. Concluyen, finalizan, prescriben. El final de un proceso de construcción se produce cuando se de-articula el sujeto amoroso, lo que queda entre los dos es un objeto (no un sujeto) amoroso: uno y otro conservan el recuerdo de lo que fue, pero que ya no es. El Sujeto amoroso que no se sostiene con la construcción permanente se desploma, deja de ser. Si alguno de los dos, se baja del proyecto, deja de ser.
04. Hay una infinita cantidad de juegos de Imposibilidades, frustraciones y fracasos: especialmente el juego de la histeria, que juega a salir, pero no sale, que sale a buscar pero no busca, que juega a ser elegido pero rechaza, de intenta pero no quiero, que se hace desear pero frustra el deseo. El sujeto amoroso - en estos casos - es una entelequia que mora en los mundos ideales de ambos, pero que nunca bajará para encarnarse al mundo sensible.
05. Todo de alguna manera permanece en nuestra subjetividad. Somo la historia de la subjetivación de los sujetos amorosos: los recuerdos nos atraviesan como experiencia y como memoria y no desaparecen nunca del todo.
06. Sujetos amorosos que juzgamos definitivamente muertos y resucitan, cobran vida, desplazan con su renovada presencia, los sujetos amorosos del presente. El peso del ayer es tan relevante que puede anular la fuerza del presente.
07. Frente a la necesidad de construir el sujeto amoroso puede producirse el fracaso, porque nunca llega la respuesta favorable de parte de quien debe responder, porque - por las sinrazones del amor - hay una postergación cíclica o un desplazamiento hacia otro. Es lo que exhibe Sor Juana de la Cruz en su poesía:
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.
08. El juego de las culpas: cuando se produce una lucha interior, de conciencia(culpas) o de circunstancias: quiero pero no quiero o no puedo o no debo. Y la decisión se transforma en una postergación ilimitada.
09. El sujeto amoroso no se puede construir en un encuentro (express o casual) sino en una serie de encuentros.Porque no es un rapto de enamoramiento y de atracción, sino que obedece a la lógica de una construcción común.
10. El amor se vuelve tal cuando se vuelve perseverante, constante, sabe esperar, conjuga los verbos en una primera persona plural que siempre incluye al otro, que nunca lo olvida, lo silencia o lo torna invisible. El amor hace siempre visible al otro porque sino el sujeto se desarma: cuando uno no quiere, dos no pueden.
Gracias a Ray, con el que conversamos estos temas en las cálidas tardes de enero del 2009- Ambos sabíamos como llenar de significando los vacíos significantes de la reflexión.
364. LA ESPADA DE DAMOCLES
martes, enero 13, 2009
362. MI HERMANO ES HIJO UNICO + EL JUEGO DE LAS IDEAS
Diversas frustraciones lo llevan a romper con el neofascismo y dedicarse a resolver problemas mas cercanos a la gente y menos sujetos a las cúpulas, la burocracia partidaria y las ideologías. Mientras tanto su hermano mayor pasará a vivir de manera clandestina y terminará como un héroe – década del 60/70 – muriendo por sus ideales.
Ambos – que han vivido peleándose hasta en la escena final – no terminan de comprender que están luchando por las mismas ideas, en territorios distintos, con metodologías diversas, pero imaginando las utopías de aquellos tiempos. ACCIO termina siendo el hijo único de la familia.
361. MOEBIUS + CINTA, CUENTO, PELÍCULA
En la ciudad de Buenos Aires, un tren con más de treinta pasajeros desaparece súbitamente dentro del circuito cerrado de vías subterráneas. A este hecho, le siguen otros igual de extraños: ruidos de un vagón que nunca llega, túneles que se recorren sin ser vistos, una persona que desaparece dejando respuestas inconclusas. En medio de esta incertidumbre, un joven matemático se esfuerza por encontrar una explicación. ¿Pueden las matemáticas dar la respuesta a tales sucesos? y bajo las actuales condiciones, ¿hay alguien dispuesto a escucharla? Al final, la respuesta es más personal, mas trascendente. Moebius es una vía de llegada, más allá de nuestra realidad, acaso a un lugar más reconfortante.
Este film despierta inevitables simpatías por la historia de su gestación. Varios profesores de Cinematografía en la Universidad del Cine de Buenos Aires, capitaneados por GUSTAVO MOSQUERA habían tenido la buena idea de proponer a sus alumnos, como trabajo fin de sus estudios, un largometraje. Distribuidos por áreas, y bien coordinados, logran hacer realidad la declaración de principios con que se inicia la película: "entrar en el cine por la puerta grande".
Dentro del marco del fantástico, el film ofrece, a través del metro y sus misterios, una parábola inquietante sobre el hombre moderno que, encerrado en su pequeño mundo, no se abre a dialogar -hablar y escuchar- con sus semejantes.
Se elaboraron ocho guiones. Natalia Urruty, Federico Ostrofsky y Pablo Giorgelli, los tres de la FUC, y el músico Mariano Núñez West, invitado a la propuesta, entre otros, aceptaron el desafío que implica su destino como gente de cine. "La codirección tiene un límite. El director fue Gustavo Mosquera R., que reunió los aportes que se hicieron desde distintas áreas en la etapa previa al rodaje. Durante la filmación, la organización fue tradicional", dijo Urruty, que compartió la autoría del guión y la asistencia de dirección, esta última con Emiliano Torres. "Queríamos mostrar un Buenos Aires que no se ve, con una red de subterráneos inexistente mucho más grande de la real, y ese, creo, es uno de los ganchos principales de la película. Lo que está bajo tierra, lo que no se ve, seduce y esa es una seducción universal", subraya.
Es una excelente película, creativamente filmada, con personajes y actuaciones creíbles, con un buen manejo de los espacios y de la velocidad en los subterráneo de Buenos Aires, y con un resultado muy destacado.
El relato original tiene ya más de medio siglo de vida ya que fue publicado por primera vez en 1950, ese periodo de la ciencia ficción en el que el tema de la topología era uno de los importantes en el género, sobre todo en los relatos cortos que permiten con mayor facilidad jugar con las ideas. A Subway Named Moebius (1950), de A. J. Deutsch, aparecido en la revista Astounding en el número de diciembre de 1950. La historia ha tenido diversas traducciones al español, la primera como "Un túnel llamado Moebius" cuando se publicó en la revista Nueva Dimensión (número 10, página 8, julio/agosto de 1969). Un poco más tarde, se incluyó en la décima selección de las Antologías de Novelas de Anticipación (1970) que publicaba Acervo con el título, tal vez más acertado, de "Un metropolitano llamado Moebius". Cuando la revista electrónica argentina Axxon lo volvió a publicar, en el año 1996 en su número 86, lo llamó: "Un subterráneo llamado Moebius". O sea que hay traducciones para todos los gustos...
Poco se sabe del autor: Armin Joseph Deutsch (1918-1969) fue astrónomo y, según añade un tanto arriesgadamente la Wikipedia, escritor de ciencia ficción. Se graduó en astronomía en la universidad de Chicago en 1946 y, aunque tiene diversas publicaciones sobre astronomía y participaciones en sociedades como la American Astronomical Society, lo cierto es que el único texto de ciencia ficción que se le conoce es precisamente este relato que hoy comentamos. Un único relato que ha hecho famoso a su autor, le ha conseguido un premio Hugo póstumo y, junto a su obra como astrónomo, ha logrado que un cráter de la cara oscura de la Luna lleve su nombre. No es poco para un único relato....
Deutsch, se refugió creativamente en la autoridad de Moebius para justificar su relato. Al fin y al cabo, Deutsch era astrónomo profesional, el mismo trabajo que, al final, acabaría realizando el matemático alemán August Ferdinand Moebius (1790-1868). Moebius es hoy famoso por la cinta que recibe su nombre y que procede de su trabajo sobre las superficies de una sola cara que sometió en una memoria a la Academia de Ciencias de Paris sin excesivo éxito, y que sólo fue conocida tras su muerte. Moebius había estudiado con Carl Friedrich Gauss y llegó a ser profesor (de astronomía, no de matemáticas) de la Universidad de Leipzig donde alcanzó un cierto renombre como astrónomo teórico. Hoy se le honra con el asteroide que lleva su nombre, el 28516 Moebius, y el dramaturgo Friedrich Dürrenmat dio el nombre de Johann Wilhelm Moebius al protagonista de su interesante obra Los físicos (Die Physiker, 1962).
Otro de los elementos destacables del relato de Deutsch es que el protagonista es un matemático, algo que no suele ocurrir en la ficción. Resulta curioso leer como la autoridad del transporte de Boston (ingenieros incluidos) recurre a la ayuda de un profesor de matemática de Harvard. Ya es raro que un ingeniero pida ayuda a un matemático pero, cabe recordarlo, se trata tan solo de un relato de ciencia ficción...
En cualquier caso, la historia se ha hecho famosa, y, al menos a los lectores de ciencia ficción que, ingenuos, creían saberlo todo de cintas de Moebius y botellas de Klein, les creó de nuevo la sensación de que esto de la topología podía llegar a ser complicado: incluso se perdían trenes en el metro de Boston...
La película toma las líneas fundamentales del argumento, aunque produce cambios significativo: DANIEL PRATT es un especialista en Topología y sabe que el que puede resolver el problema es su profesor Mistein que no viaja circunstancialmente en el tren nº 89, el tren perdido, sino que es quien ha generado esa salida de cauce, aprovechando la infinita combinatoria que se produce a partir de una concepción insospechada del espacio ( y del tiempo). No hay diálogo entre ambos en el cuento original, y es clave el diálogo en la película
LA CINTA MOEBIO
Esta superficie es famosa por tener una sola cara y por borde una circunferencia (y no dos como la cinta cilíndrica). Además, no es orientable (un supuesto habitante de dimensión dos que viviese en esta superficie podría aparecer después de rodear toda la banda con su corazón en el lado izquierdo, o si tuviese un reloj de pulsera, las agujas girarían en sentido contrario al usual). AUGUSTO MÖBIUS O MOEBIO (1790-1868) publica una descripción de esta superficie y sus propiedades más destacables en 1865 (aunque ya J. B. Listing publicó 4 años antes un artículo sobre superficies no orientables). Esta superficie está llena de sorpresas, por ejemplo, al cortarla justo por su mitad, por una línea paralela al borde, se consigue una sola pieza (y no dos como ocurre con la cinta cilíndrica). Tiene las siguientes propiedades (1) Tiene sólo una cara: si se colorea la superficie de una cinta de Möbius, comenzando por la "aparentemente" cara exterior, al final queda coloreada toda la cinta, por tanto, sólo tiene una cara y no tiene sentido hablar de cara interior y cara exterior. (2) Tiene sólo un borde: lo que se puede comprobar siguiendo el borde con un dedo, notando que se alcanza el punto de partida habiendo recorrido "ambos bordes", por tanto, sólo tiene un borde. (3) Esta superficie no es orientable: Una persona que se desliza tumbada sobre una banda de Möbius, mirando hacia la derecha, al dar una vuelta completa aparecerá mirando hacia la izquierda. Si se parte con una pareja de ejes perpendiculares orientados, al desplazarse paralelamente a lo largo de la cinta, se llegará al punto de partida con la orientación invertida.
BOTELLA DE KLEIN
En el cuento – no en la película – se menciona también a otro clásico de la TOPOLOGIA: la botella de Klein que es una superficie no orientable cerrada de característica de Euler igual a 0 que no tiene ni interior ni exterior. Fue concebida por el matemático alemán Christian Klein, de donde se deriva el nombre. Se puede obtener una representación tridimensional de una Botella de Klein introduciendo el extremo delgado de una botella o de un matraz a través de uno de los lados del recipiente y uniéndolo a la base. Hay que recalcar que dicha representación no es una Botella de Klein. Físicamente puede ser realizada sólo en un espacio de cuatro dimensiones, puesto que debe pasar a través de sí misma sin la presencia de un agujero.
domingo, enero 11, 2009
361. LA FORMA DE LAS COSAS + AUTOR
Sus protagonistas son cuatro adolescentes, Evelyn, Adam, Jenny y Philip, de una pequeña ciudad de provincias. Adam es un joven estudiante, inteligente y sensible, que sólo vive para los libros y no tiene el menor éxito con las mujeres. Jenny y Philip son sus mejores amigos. Para pagarse los estudios, Adam trabaja como vigilante en un museo de la ciudad, donde conocerá a Evelyn, la chica de sus sueños (hermosa, rebelde, imprevisible, 'artista'), cuando ésta se dispone, con toda tranquilidad, a pintar con un aerosol una enorme polla sobre la hoja de parra que cubre las vergüenzas de una escultura. Como responsable de la sala, Adam intenta evitar que Evelyn pinte el graffiti, pero ella acaba convenciéndole de que su acción es una 'intervención artística', una respuesta al conservadurismo de su ciudad. Al final de esa primera escena, Adam ya está completamente fascinado por el perfil rebelde de Evelyn: le dice que nunca ha conocido a nadie como ella, la invita a cenar y acaban en la cama. Antes de acostarse juntos, Evelyn insiste en filmar el encuentro con una cámara, porque dice que le excita mucho más. Adam, embobado, acepta. Asistimos, poco a poco, al proceso de reeducación de Adam, que, a instancias de Evelyn, comienza a cambiar físicamente.
Cambia de vestuario, sustituye sus gafas por lentillas, adelgaza, acude a un gimnasio e incluso se somete a una operación de cirugía estética para reducir el tamaño de su nariz. Adam se siente un hombre nuevo, fuerte, atractivo, y con una novia espléndida, 'moderna' y rompedora. Tan seguro de sí mismo se encuentra que no tarda en producirse una fuerte corriente de atracción entre Adam y Jenny, la novia de Philip. En el último tercio de la función, Evelyn, que ha descubierto su relación con Jenny y se la ha revelado a Philip, lo que ha provocado la ruptura de la pareja, exige a Adam, como muestra de amor hacia ella, que rompa definitivamente con ambos.
Adam accede, y en la penúltima escena se ven los tres por última vez, en la sala de conferencias, atiborrada de público, donde Evelyn va a presentar su trabajo de licenciatura en arte. En un discurso de una frialdad inesperada, impersonal, creciente, aterradora, Evelyn revela que su trabajo es una 'escultura humana'. Eligió a un hombre al azar (Adam, naturalmente) para enamorarle y así poder 'modelarlo' a su antojo (¿una recreación muy ingeniosa de Pigmalión?) Mientras habla, Evelyn va mostrando diapositivas del antes y el después de Adam: sus ropas, su rostro con y sin gafas, antes y después de la operación de cirugía estética; los vídeos de ambos haciendo el amor, etcétera. Evelyn acaba su larga exposición manifestando que no siente remordimiento alguno, que no cree en nada salvo en el arte y que un artista ha de pasar por encima de todo para realizar su obra. Philip y Jenny abandonan la sala de conferencias entre espantados y asqueados.
360. LA FORMA DE LAS COSAS
La frescura del diálogo, la espontaneidad de los personajes, la absoluta sinceridad con que se relacionan, son el mejor recurso para el engaño. Porque en realidad uno piensa que todo es una verdadera trama de amores y desamores juveniles, con nuevos códigos, fieles a lo que siempre hace, produce, genera el amor. Porque lo que la hermosa EVELYN hace con ADAM no es mas que una progresiva transformación propia de las relaciones de amor… se trata de convertir al otro en una adecuación de los propios gustos. De hecho, en un diálogo entre las dos chicas (Evelyn y Jeny) lo manifiestan: la posibilidad y la necesidad de cambiar a los otros y de hacerlos a nuestra imagen…
El problema es que los cambios, nos cambian…y mutan nuestras relaciones. Y eso es lo que pasa. Si uno cambia, todo cambia… Pero no es ese el lugar a dónde nos lleva la trama y el autor: ADAM, JENNY Y PHILIPS – sentados entre los espectadores –no pueden imaginar que el presunto amor no es verdad o forma parte de otra verdad (el arte),que EVELYN ha hecho con ADAM un experimento de transformación, que su fingido amor es solo un recurso para probar su tesis: con la materia prima (persona humana) y con su cincel(los afectos y amor) uno puede lograr y probar transformaciones extraordinarias. El se convierte en algo absolutamente instrumental y funcional.
El autor lleva hasta el extremo, hasta el ridículo lo que puede ser en realidad una práctica oculta entre nosotros. Juega muy bien con el concepto de verdad /no verdad; de subjetiva construcción de la realidad, de los otros, de la mirada… por lo que todo, absolutamente todo, es discutible, opinable, propio. Si en Pigmalión, el artista cambia para liberar y hacer crecer al otro, aqui, el cambio se produce para generar la mayor subordinación de los otros...¿Una curiosa y crítica mirada de cierto tipo de arte de nuestro tiempo? En manos de un elenco joven es todavía más contundente, porque parecería ser el código de los nuevos tiempos, al que mejor se adaptan los nuevos.
Cuantas veces – sin llegar a la deliberada y genial exageración de Lein Labute – somos objetos (o somos sujetos) de esta manera de manipular a los otros, de conquistarlos para “probar algo”: lo que somos, lo que podemos lograr, la debilidad del otro, la fragilidad de su poder, lo que sea…A la mas linda, al mas feo, al profesor, al jefe, a la secretaria, a la mujer casada, a la solterona, a la exquisita, a la histórica, al que tiene una sexualidad diferente. A veces nosotros mismos no podemos creer que alguien se haya fijado en nosotros…y terminamos sospechando que somos parte de una trama, de un juego, que no descubrimos pero que con seguridad está allí agazapada para saltarnos y matarnos con una decepción… No es tan inverosímil el planteo de la obra: como el arte no trabaja con la verdad sino con la verosimilitud, cualquier parecido con la realidad es deliberada pero sospechosa coincidencia. Recuerdo a alguien, a quien reiteradamente le dije, por meses: “No es verdad. No puede ser. Esto es un sueño, es un imposible: yo soy apenas un arroyito y vos vivís rodeada de ríos torrentosos… ¿por qué fijarte en mi?”. “Precisamente por eso.”, me respondió, y agregó: “Cuando descubran por qué te elegí, vos que nunca fuiste ni sos un arroyito, serás para todos un río caudaloso”. Confieso que cuando desde la primera fila, butaca 17 veía las primeras escenas, pensé inmediatamente en ella.
La obra tiene en la dirección a Daniel Veronese y está protagonizada por Fernán Mirás, Griselda Siciliani, Magela Zanotta y Sergio Surraco, en el Multiteatro de la calle Corrientes. Hay – además-un ingenioso y dinámico manejo escénico para definir con rapidez los cambios de lugares, situaciones y personajes.
martes, enero 06, 2009
359. NADIE SABE ADONDE VA LA NOCHE
VIGNOLI BEATRIZ (2007), NADIE SABE ADONDE VA LA NOCHE. nouvelle. BAJOLALUNA. BUENOS AIRES
358. PADRES PERFECTOS + ¿RELIGION O ALIENACION?
Aunque hay una serie de lugares comunes en donde los temas de la religión transitan por los sitios más previsibles, hay discusiones de fondo en torno a la educación y a la propiedad de la “buena educación”. Las figuras religiosas tipos, únicas (monja – cura), sus costumbres y su trato, los argumentos para hacer lo que hacen, la extorsión por el abuso, el juego del poder son temas y cuestiones que se suponen demasiado a la mano.
La película pretende hablar de educación pero no se mete en las escuelas ni en las aulas ni en las clases: solo se queda con el tema administrativo, edilicio, de disciplina y de autoridades. Las verdaderas cuestiones educativas quedan afuera de la discusión. Hasta parece poco creíble que ese transitorio proceso de des-escolarización y educación familiar fuera posible. El juego religión y habilitación y no-creencia (ya que no hay un ateísmo militante) como ausencia de derechos genera algunos cruces interesantes… al tiempo que el barniz de religión y de prácticas parece un recorrido posible, no ausente en la historia de la humanidad (muchas veces las presuntas conversiones eran solamente eso). Habría que certificar hasta qué punto refleja la realidad de Inglaterra y por qué se han centrado en la educación y en una parroquia católica (con su liturgia).
No es una gran película, pero puede servir para un debate sobre actitudes y procedimientos de determinados sectores y sobre todo, ese “control de la buena educación” que tiene como marco las congregaciones religiosas…que hacen su selección para mantener su oferta
357. PENNAC + ESCUELA + CANCRE
A Pennac la literatura le salvó la vida. Bueno, los salvavidas fueron la literatura y el amor. La primera en forma de profesor con una intuición genial, el amor en forma de chica que cree en él, en el último de la clase, en el más torpe del pelotón de los torpes, el cancre, como dicen los franceses. Ahora Mondadori publica en Mal de escuela (Chagrin d'école), el relato y las reflexiones que le inspiran ese rescate, un libro en cuya contraportada incluye un boletín escolar de Pennac por el que aprendemos que el profesor de francés le consideraba "un alumno alegre pero un triste alumno", el de matemáticas lamentaba que careciera de bases, mientras que para el de inglés "habla mucho pero ni una palabra en inglés". El de dibujo dice algo parecido: "Dibuja por todas partes excepto en clase".
Mal de escuela podría ser un libro sobre la enseñanza, los problemas de la enseñanza, un ensayo, pero no es eso porque "estadísticamente todo se explica, personalmente todo se complica". Y Pennac habla de él, del cancre Pennac y de los cancres que ha conocido cuando, luego, él pasó a ser profesor. "Que la palabra cancre no exista en castellano me recuerda ese viejo proyecto de hacer un diccionario universal de palabras que no existen en otros idiomas, un diccionario de palabras que no existen pero son imprescindibles. La realidad existe en todas las latitudes pero no siempre tiene la palabra adecuada. La saudade de brasileños y portugueses también nos alcanza a los franceses pero carecemos del término exacto. Ustedes, en España, pueden adjetivar la vergüenza y calificarla de ajena cuando provoca un efecto de empatía, pero eso en Francia no lo hacemos".
Hoy se ríe de su pasado de alumno catastrófico pero sólo es divertido porque puede contarlo. La situación se prolongó durante los primeros quince o dieciséis años de su vida. ¿Por qué? Un misterio. El padre, profesor de élite; la madre, en casa ocupándose de los hijos; los hermanos, alumnos brillantes. Menos Pennac. Daniel Pennacchioni para el registro civil o cuando pasaban lista en clase. "Esos años fueron terribles. Todo nace de una primera incomprensión, de un problema de inhibición, provocado por la timidez, el azar o cualquier otra causa. Y se acumula y se interioriza. Te dices a ti mismo que eres idiota, un cretino, que no hay nada que hacer contigo. Si te consideras idiota entonces quedas liberado de cualquier esfuerzo. Lo tuyo es irreparable. Luego, a partir de 1969, cuando empecé a trabajar como profesor de alumnos de bachillerato, nunca me topé con ningún muchacho idiota. Los padres pueden, podemos ser idiotas, la televisión, los libros, los grupos, pero los chavales no lo son. Los hay más vivos, más atrevidos, más rápidos, pero ningún cancre es idiota.
Francia o, mejor dicho, la República Francesa ha confiado en la escuela durante cien años. El hecho de ser pública, gratuita y obligatoria, de ofrecer un nivel de calidad y exigencia uniforme para toda la población le confería legitimidad y la convertía al mismo tiempo en elemento básico del llamado ascensor social. Era el símbolo de la igualdad de oportunidades en marcha. Pennac cree haber visto morir esa escuela. "Alrededor de 1975. Mayo del 68 era un movimiento anticonsumista, pero cuando sus efectos fueron desvaneciéndose y la sociedad francesa adoptó formas más liberales, entonces irrumpió el consumo de masas también en la escuela. Los niños y los padres pasaron a ser clientes y consumidores. Y la escuela no tiene nada que vender. Imparte saber, transmite conocimiento, algo que es necesario pero que raramente se desea. Hoy muchos chavales parecen un escaparate al servicio de diversas marcas. Los que tienen libertad de espíritu respecto a esa clientelización de la enseñanza son los que saben resistir mejor los espejismos del consumo".
El primer profesor que supo qué hacer con el cancre Pennacchioni era el responsable de lengua francesa. Vio que ese alumno desastroso, incapaz de comprender las normas más elementales de la gramática y la ortografía, era un lector compulsivo. "Me liberó de preguntas y exámenes pero me exigió que escribiera una novela. Era una responsabilidad nueva y extraordinaria. De pronto tenía un estatuto propio dentro del universo escolar. Eso fue importantísimo". Pero aún debió serlo más el amor. "La gente dice que el amor te vuelve idiota. ¡No se habrán enamorado nunca! El amor te hace más inteligente: el pulso se acelera, la adrenalina sube y tú, para seducir a la chica que te gusta, de la que estás locamente enamorado, inventas lo que haga falta. La chica y yo coincidimos en un curso de teatro, ensayando La doble inconstancia, de Marivaux. Yo era muy mal actor pero me entusiasmaba el teatro. Ella, que iba dos cursos más adelantada que yo, contumaz repetidor, que tenía unas notas extraordinarias, que era bella e inteligente, me eligió a mí, al cancre. ¡Alguien me llamaba por mi nombre y no era para ridiculizarme delante de los demás, para poner en evidencia mi idiotez! Eso también fue enorme para sacarme de la condición de cretino asumido".
En Mal de escuela nos explica cómo se reconcilió con la memoria, con el hecho de almacenar conocimientos en el cerebro y también cómo logró hacer partícipes de esa misma reconciliación a sus alumnos. "La memoria no es una cuestión de acumulación sino de comprensión. Cuando estudiaba había que aprenderse un poema de memoria cada semana. Y éramos examinados sobre ese poema. Luego venía otro que permitía olvidar el anterior. ¡En realidad, te pedían que lo olvidases! Al final, cuando llegaba el momento de las pruebas de acceso a la universidad, le sugerían al alumno que utilizase elementos de su cultura personal para construir un discurso. ¿De qué cultura personal podía tratarse en esa lógica cuantitativa y cronológica, en la que a cada semana le correspondía su poema y el olvido del anterior? Con los alumnos decidimos aprender a memorizar una serie de textos: de ensayo, poemas, chistes, pasajes de novelas. Podía valer un aforismo de Woody Allen o una reflexión de Montesquieu. Lo importante era haber comprendido el texto, haber logrado amarlo. En vez de someterlo a esos análisis de forense que acaban con cualquier deseo -¿quién quiere hacer el amor con un cadáver?-, se trataba de hacer propio el texto, de darse cuenta de hasta qué punto aquello nos concernía. Hablar de bovarismo como concepto puede parecer abstruso, pero no lo es cuando recuerdas el pasaje de Emma Bovary mirando por la ventana. A final de curso nos acordábamos de todos, de los aprendidos las primeras semanas y de los que habían llegado más tarde. No hay nada más emocionante que ver cómo un chaval descubre que la memoria no es cuestión de acumulación".
La lógica de Pennac tiene mucho que ver con la sensatez. Él está convencido de que las dificultades gramaticales se resuelven gracias a la gramática, que las faltas de ortografía desaparecen haciendo ejercicios de ortografía, que el pavor ante los libros se arregla leyendo y que la incapacidad para comprender exige una inmersión en el texto.
No le gusta hablar de la crisis de la enseñanza. No se trata de negar los problemas pero sí de evitar las generalizaciones. "Todo puede resumirse en esa frase mil veces repetida que afirma que el alumno carece de bases sólidas. ¡Es lo mismo que decir que la culpa no es mía! El profesor de primaria se queja de la guardería y de que los padres no educan a los hijos, pero el de secundaria cree que el de primaria no ha hecho bien su trabajo. Cuando aprueban por fin el bachillerato siguen sin tener buenos cimientos y los catedráticos de universidad se quejan de cómo les llegan los alumnos a las aulas. Los padres creen que la culpa es de los profesores, éstos arremeten contra el ministerio, que se queja del Mayo del 68 o de lo que haga falta. ¡La culpa siempre es de los otros! Es un proceso de chivoexpiación global que impide hablar de nada y sobre todo intentar arreglar algo". La dramatización sistemática de los conflictos escolares también contamina la escuela".
"En cualquier caso, cuando se habla de violencia en la escuela no hay que olvidar que la escuela es, per se, el lugar de todas las violencias. Es el lugar donde se entrechocan el conocimiento y la ignorancia. Enseñar es violento, es violentar al otro. ¡Todo acto iniciático es violento!", concluye sin dejar de creer en que la violencia que el saber le aplica a la ignorancia está justificada y que el aprendizaje es una forma de canalización de la violencia. Los cancres, escudados en su caparazón de nulidades, puede que sufran esa violencia más que cualquier otro tipo de alumno. "El cancre, como todos los demás, cuando tiene que responder a una pregunta, puede elegir entre una respuesta correcta, otra equivocada o la absurda. Acostumbra a elegir la absurda. Cuando sucede esto el profesor no puede calificarle, decirle que su respuesta es errónea porque no lo es: es absurda, que es otra cosa. El cancre responde lo primero que le pasa por la cabeza porque aún no ha salido de la lógica infantil que hace que el niño crea que cuando el profesor pregunta es porque necesita una respuesta. El cancre responde para que le dejen tranquilo, para que quede claro que él, el cretino, el idiota, cumple con las reglas del juego y contesta aunque sea un absurdo". (EL PAIS. 2008. EL TORPE PENNAC)
PENNAC Daniel (2008) Mal de escuela.Traducción de Manuel Serrat Crespo. Mondadori. Barcelona, 2008. 256 páginas.
Aprender es una actividad dolorosa para un niño, mientras que comprender es una experiencia educativa altamente gratificante. Enseñar es violento, es violentar al otro. Pennac cree que la violencia que el saber aplica a la ignorancia está justificada y que el aprendizaje es una forma de canalización de la violencia. Los “cancres”, escudados en su caparazón de nulidades, puede que sufran esa violencia más que cualquier otro tipo de alumno. Esa sensación de sentirse excluido por no entender lo que el profesor explica, y avergonzarse muchas veces por ello, es una situación por la que la mayoría de los seres humanos pasamos en algún momento de nuestra trayectoria escolar y deja una cicatriz que nunca termina de borrarse del todo. Por ese motivo posiblemente todo lo que se narra en el libro provoca inmediata empatía con el lector.
El gran aporte del libro quizás sea el planteo de que únicamente conectando afectivamente con los alumnos, con la humanidad que ellos traen, será posible romper con las barreras de la incomprensión. La transmisión de saberes basada en un método pedagógico no basta: Pennac señala que el sistema educativo es un sistema muy enfocado en los resultados, las calificaciones, las evaluaciones. La clave está en los lazos afectivos que se establecen con los alumnos. El autor defiende al docente que se involucra y se implica tanto con su materia como con sus alumnos, y que sabe bien qué cuerdas tocar para rescatar los puntos fuertes de cada alumno. (EDUC-AR)
sábado, enero 03, 2009
356. DOS DOCUMENTALES + TOMAR CONCIENCIA + BUSCAR LA VERDAD
355. GONZALO MILLAN + SALVADOR ALLENDE
jueves, enero 01, 2009
354. MENSAJE VALIOSO
Primero que todo,
me gusta la gente que vibra.
Que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas,
sino que sabe lo que hay que hacer
y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad
para medir las consecuencias de sus acciones,
la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma,
pero que no pierda de vista
que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa
que el trabajo en equipo, entre amigos,
produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca,
capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables
a las decisiones de un jefe.
Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero,
la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivoco.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores,
se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente,
que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea,
ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.