domingo, noviembre 22, 2009

406. EL JUEGO DEL ANGEL + TODO ES RELATO

01. -Todo es un cuento, Martín. Lo que creemos, lo que conocemos, lo que recordamos e incluso lo que soñamos. Todo es un cuento, una narración, una secuencia de sucesos y personajes que comunican un contenido emocional. Un acto de fe es un acto de aceptación, aceptación de una historia que se nos cuenta. Sólo aceptamos como verdadero aquello que puede ser narrado. No me diga que no le tienta la idea. (…)¿No le tienta crear una historia por la que los hornbres sean capaces de vivir y morir, por la que sean capaces de matar y dejarse matar, de sacrificarse y condenarse, de entregar su alma? ¿Qué mayor desafío para su oficio que crear una historia tan poderosa que trascienda la ficción y se convierta en verdad revelada?

02. -Habla usted de manipular sentimientos y emociones. ¿No sería más fácil convencer a la gente con una exposición racional, simple y clara?
-No. Es imposible iniciar un diálogo racional con una persona respecto a creencias y conceptos que no ha adquirido mediante la razón. Tanto da que hablemos de Dios, de la raza o de su orgullo patrio. Por eso necesito algo más poderoso que una simple exposición retórica. Necesito la fuerza del arte, de la puesta en escena. La letra de la canción es lo que creemos entender, pero lo que nos hace creerla o no es la música.

03. Martín, las fábulas son posiblemente uno de los mecanismos literarios más interesantes que se han inventado. ¿Sabe lo que nos enseñan?
-¿Lecciones morales?
-No. Nos enseñan que los seres humanos aprenden y absorben ideas y conceptos a través de narraciones, de historias, no de lecciones magistrales o de discursos teóricos. Eso mismo nos enseña cualquiera de los grandes textos religiosos. Todos ellos son relatos con personajes que deben enfrentarse a la vida y superar obstáculos, figuras que se embarcan en un viaje de enriquecimiento espiritual a través de peripecias y revelaciones. Todos los libros sagrados son, ante todo, grandes historias cuyas tramas abordan los aspectos básicos de la naturaleza humana y los sitúan en un contexto moral y un marco de dogmas sobrenaturales determinados.
A partir de hoy quiero que empiece a leer los cuentos de los hermanos Grimm, las tragedias de Esquilo, el Ramayana o las leyendas celtas. Usted mismo. Quiero que analice cómo funcionan esos textos, que destile su esencia y por qué provocan una reacción emocional. Quiero que aprenda la gramática, no la moraleja. Y quiero que dentro de dos o tres semanas me traiga ya usted algo propio, el principio de una historia. Quiero que me haga usted creer.

04. Corelli se inclinó hacia adelante y me clavó los ojos.
-Martín, quiero que cree una religión para mí.
Al principio pensé que no le había oído bien.
-¿Cómo dice?
Corelli me sostuvo aquella mirada con sus ojos sin fondo.
-He dicho que quiero que cree una religión para mí.
Le contemplé durante un largo instante, mudo.
-Me está tomando el pelo.
Corelli negó, saboreando su vino con deleite.
-Quiero que reúna todo su talento y que se dedique en cuerpo y alma durante un año a trabajar en la historia más grande que haya usted creado: una religión.
No pude más que echarme a reír.
-Está usted completamente loco. ¿Esa es su oferta? ¿Ése es el libro que quiere que le escriba?
Corelli asintió serenamente.
-Se ha equivocado de escritor. Yo no sé nada de religión.
-No se preocupe por eso. Yo sí. Lo que busco no es un teólogo. Busco un narrador.
¿Sabe usted lo que es una religión, amigo Martín?
-A duras penas recuerdo el Padrenuestro.
-Una oración preciosa y bien trabajada. Poesía aparte, una religión viene a ser un código moral que se expresa mediante leyendas, mitos o cualquier tipo de artefacto literario a fin de establecer un sistema de creencias, valores y normas con los que regular una cultura o una sociedad.
-Amén -repliqué.
-Como en literatura o en cualquier acto de comunicación, lo que le confiere efectividad es la forma y no el contenido -continuó Corelli.
-Me está usted diciendo que una doctrina viene a ser un cuento.
-Todo es un cuento, Martín. Lo que creemos, lo que conocemos, lo que recordamos e incluso lo que soñamos. Todo es un cuento, una narración, una secuencia de sucesos y personajes que comunican un contenido emocional. Un acto de fe es un acto de aceptación, aceptación de una historia que se nos cuenta. Sólo aceptamos como verdadero aquello que puede ser narrado. No me diga que no le tienta la idea.
-No.
-¿No le tienta crear una historia por la que los hornbres sean capaces de vivir y morir, por la que sean capaces de matar y dejarse matar, de sacrificarse y condenarse, de entregar su alma? ¿Qué mayor desafío para su oficio que crear una historia tan poderosa que trascienda la ficción y se convierta en verdad revelada?
Nos miramos en silencio durante varios segundos.

405. EL JUEGO DEL ANGEL + LA VIGENCIA DE LOS RELATOS

CARLOS RUIZ ZAFON = EL JUEGO DEL ANGEL. PLANETA

EL INICIO = “Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.

Mi primera vez llegó un lejano día de diciembre de 1917. Tenía por entonces diecisiete años y trabajaba en La Voz de la Industria, un periódico venido a menos que languidecía en un cavernoso edificio que antaño había albergado una fábrica de ácido sulfúrico y cuyos muros aún rezumaban aquel vapor corrosivo que carcomía el mobiliario, la ropa, el ánimo y hasta la suela de los zapatos. La sede del diario se alzaba tras el bosque de ángeles y cruces del cementerio del Pueblo Nuevo, y de lejos su silueta se confundía con la de los panteones recortados sobre un horizonte apuñalado por centenares de chimeneas y raoncas que tejían un perpetuo crepúsculo de escarlata y negro sobre Barcelona.

La noche en que iba a cambiar el rumbo de mi vida, el subdirector del periódico, don Basilio Moragas, tuvo a bien convocarme poco antes del cierre en el oscuro cubículo enclavado al fondo de la redacción que hacía las veces de despacho y de fumadero de habanos. Don Basilio era un hombre de aspecto feroz y bigotes frondosos que no se andaba con ñoñerías y suscribía la teoría de que un uso liberal de adverbios y la adjetivación excesiva eran cosa de pervertidos y gentes con deficiencias vitamínicas. Si descubría a un redactor proclive a la prosa florida lo enviaba tres semanas a componer esquelas funerarias. Si, tras la purga, el individuo reincidía, don Basilio lo apuntaba a la sección de labores del hogar a perpetuidad. Todos le teníamos pavor, y él lo sabía.”


EL FINAL = “Le miré a los ojos y asintió. Sentí que se me helaba la sangre. Podía intuir las facciones, pero la mirada era inconfundible.

-Cristina, saluda a mi amigo David. A partir de ahora vas a vivir con él.

Intercambié una mirada con el patrón, pero no dije nada. La niña me tendió la mano, como si hubiese ensayado el gesto mil veces, y se rió avergonzada. Me incliné hacia ella y se la estreché.

-Hola-musitó.

-Muy bien, Cristina -aprobó el patrón-. ¿Y qué más?

La niña asintió, recordando de pronto.

-Me han dicho que es usted un fabricante de historias y de cuentos.

-De los mejores -añadió el patrón.

-¿Hará uno para mí?

Vacilé unos segundos. La niña miró al patrón, inquieta.

-¿Martín? -murmuró el patrón.

-Claro -dije finalmente-. Te haré todos los cuentos que tú quieras.

La niña sonrió y, aproximándose a mí, me besó en la mejilla.

-¿Por qué no vas hasta la playa y esperas allí mientras me despido de mi amigo, Cristina? -preguntó el patrón.

Cristina asintió y se alejó lentamente, volviendo la vista atrás a cada paso y sonriendo. A mi lado, la voz del patrón susurró su maldición eterna con dulzura.

-He decidido que iba a devolverle aquello que más quiso y que le robé. He decidido que por una vez caminará usted en mi lugar y sentirá lo que yo siento, que no envejecerá un solo día y que verá crecer a Cristina, que se enamorará de ella otra vez, que la verá envejecer a su lado y que algún día la verá morir en sus brazos. Esa es mi bendición y mi venganza.

Cerré los ojos, negando para mis adentros.

-Eso es imposible. Nunca será la misma.

-Eso dependerá sólo de usted, Martín. Le entrego una página en blanco. Esta historia ya no me pertenece.

Oí sus pasos alejarse y cuando volví a abrir los ojos el patrón ya no estaba allí. Cristina, al pie del muelle, me observaba solícita. Le sonreí y se acercó lentamente, dudando.

-¿Dónde está el señor? -preguntó.

-Se ha marchado.

Cristina miró en derredor, la playa infinita desierta en ambas direcciones.

-¿Para siempre?

-Para siempre.

Cristina sonrió y se sentó a mi lado.

-He soñado que éramos amigos -dijo.

La miré y asentí.

-Y somos amigos. Siempre lo hemos sido.

Rió y me tomó de la mano. Señalé al frente, al sol que se hundía en el mar, y Cristina lo contempló con lágrimas en los ojos.

-¿Me acordaré algún día? -preguntó.

-Algún día.

Supe entonces que dedicaría cada minuto que nos quedaba juntos a hacerla feliz, a reparar el daño que le había hecho y a devolverle lo que nunca supe darle. Estas páginas serán nuestra memoria hasta que su último aliento se apague en mis brazos y la acompañe mar adentro, donde rompe la corriente, para sumergirme con ella para siempre y poder al fin huir a un lugar donde ni el cielo ni el infierno nos puedan encontrar jamás.”



viernes, septiembre 25, 2009

404. PROTEGIDOS

EN MEDIO DE AQUELLA MARAVILLA
PEPE GUERA. LOS OLIMAREÑOS

Yo me quedaba sentado en sus rodillas
Me quedaba , dormido con mi padre.
Me quedaba dormido,
en el medio de aquella maravilla

Y yo soñaba, cuando ellos conversaban,
mi madre preguntaba por el mundo.
Mi madre preguntaba,
y mi padre sonriendo contestaba.

El gran baúl del carbón
lustroso estaba de sentarnos en èl.
Y el alma andaba, como en un amanecer.
Y el alma andaba, como en un amanecer

Y era tan linda, y tibia la cocina
Y allí todos reunidos y apretados,
y allí todos reunidos.....,
el mundo se iba haciendo sin orillas.

Y en la ventana, el miedo, pero lejos..
Y en aquellas palabras misteriosas
y en aquellas palabras,
la llave de los sueños mas secretos....

domingo, agosto 16, 2009

403. NORDESTE (JORGE HACHE)


Nordeste (2005)Juan Solanas

España, Bélgica, Argentina y Francia.104 min.

La tierra nace, crece, se desarrolla. Aquel que la habita es aceptado por la tierra, es parte de ella y queda determinado por la misma, adquiere sus caracteres fundamentales, se filtra entre sus grietas, entre lo áspero y lo bello se relaciona con lo que lo rodea de manera carnal, animal. Entre el habitante y la tierra se establece una relación de amor y odio, hay senderos pero es posible ver por momentos algunas porciones de luz que se cuelan. En una relación perversa la convivencia a pesar de todo es posible, la tierra se deja contemplar y el habitante la nutre con sus manos, con su cuerpo. Cuando el habitante es un extranjero la tierra se molesta (la tierra sabe muy bien quién es o no un intruso), predomina la neblina: tiniebla, humo, principio de fuego. El extranjero en la tierra es un no parido que viene a poseerla, a apropiarse de su humedad, de su sangre, viola la tierra, la explota, le arranca sus entrañas. Todo lo que el extranjero toca se convierte en mal nacido

La tierra es dueña de todo, todo lo que la rodea está supeditado a su forma, su atmósfera corre por los huesos del habitante y de manera inevitable por los del extranjero.

402. GRAN TORINO + OTRA HISTORIA

Dirección: Clint Eastwood. País: USA. Año: 2008. Duración: 116 min. Género: Drama. Interpretación: Clint Eastwood (Walt Kowalski), Christopher Carley (padre Janovich), Bee Vang (Thao), Ahney Her (Sue), Brian Haley (Mitch), Geraldine Hughes (Karen), Dreama Walker (Ashley), Brian Howe (Steve), John Carroll Lynch (Martin), William Hill (Tim Kennedy), Brooke Chia Thao (Vu). Distribuidora: Warner Bros.

No es un gran película, pero en su simplicidad clásica (unidad de tema, de lugar, de tiempo, de contados personajes) radica el secreto de la historia. Por supuesto que hay un norteamericano (aunque sea de origen polaco) que vive añora un país que ya no es (fábricas, costumbres y vecinos) y que pretende domesticar o civilizar por las buenas o por las malas a los extraños que lo rodean. Easwood sigue siendo el mismo de las películas anteriores, pero hay algo de simpático en esa figura aislada, gruñona, opuesto a todo, que mantiene conservada e intacta su casa a pesar de la ruina de las casas que lo rodean, que vive del pasado (Corea, Ford, el Gran Torino, su vieja camioneta), que tiene todo resuelto en su vida y que prefiere no depender de nadie, ni siquiera de sus hijos.

Hay algunos detalles valiosos: el primero es la forma de resolver el conflicto final: la lucha definitiva en la que el héroe deberá vencer a todos sus oponentes, se ve sustituida por una curiosa inmolación publica, como prueba indiscutible para la intervención de la justicia. El razonamiento parece ser: “No puedo destruirlos legalmente; como de todas formas estoy próximo a morirme, hago que mi muerte represente para todos ellos su condena y legitime la intervención de la justicia. Segundo, la presencia de esa extraña comunidad de orientales ,la comunidad Hmong, una etnia de 18 clanes distribuida entre las montañas de Laos, Vietnam, Tailandia y otras partes de Asia, que se trasladó con muchas penalidades a Estados Unidos tras su participación en la Guerra de Vietnam: se establecieron en Minnesota. El guión y Easwood los rescata del olvido y los coloca en un lugar de privilegio. La figura del chico a quien torpemente acompaña en el crecimiento es una excelente muestra de ello.

Y el tercero, la presencia, las discusiones y las razones del joven cura que discute con el viejo Walt Kowalski.

401. THE READER + EL LECTOR






Año de producción: 2008. País: Alemania – EEUU. Dirección: Stephen Daldry Intérpretes: Kate Winslet, David Kross, Ralph Fiennes, Lena Olin, Bruno Ganz, Matthias Habich, Susanne Lothar, Karoline Herfurth. Argumento: Bernhard Schlink (novela) Guión: David Hare. Música: Nico Muhly. Fotografía: Roger Deakins, Chris Menges. 124 minutos

La historia – no la película que se inicia con escena de 1995 - comienza en la Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. A veces el azar regala verdaderas historias y tuerce los brazos del destino: MICHEL (Ralph Fiennes) vuelve de la escuela, llueve y se siente descompuesto: baja del tranvía y se refugia en un portal. Hanna (Kate Winslet), una desconocida que vive allí y que le dobla la edad, lo protege y le ayuda a llegar a su casa. Una vez recuperado, Michael busca a Hanna para agradecerle. Pero se produce lo inesperado: las miradas de ambos se cargan de deseo y el ritual de iniciación de MICHEL se transforma – por decisión de los dos - en un apasionado y secreto amor entre ambos. Hay diferencias de edad, de clase social, de entornos, de niveles culturales. La mujer es la maestra que lo inicia y lo conduce: el chico es un aprendiz fiel que desplaza su interés por la familia, la escuela y los mismos amigos. Se conocen poco. Tardíamente se revelan sus nombres y, casi por casualidad, el muchacho descubre que a Hanna le encanta que le lea y su relación física se hace más profunda, al tiempo que MICHEL se convierte en el mensajero y el lector que la inicia en la cultura, a través de la lectura.

Un día – después sabemos por qué – Hanna que trabaja como guarda en el tranvía que usa Michel y que ha sido premiada por su bien desempeño, desaparece un misteriosamente dejando a Michael desorientado y obligado a encontrarle destino a su vida. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael participa de un seminario que dicta un prestigioso profesor y al que asisten muy pocos alumnos: como parte de su aprendizaje asiste a uno de los juicios por los crímenes nazis: juzgan a seis mujeres responsables de algunas acciones en campos de concentración. Se queda atónito al encontrarse de nuevo con Hanna: es una de las acusadas. A medida que se va revelando el pasado de la mujer - también en el campo de concentración elegía algunas mujeres que debía ser ejecutadas para que le leyeran libros -, Michael descubre un profundo secreto que tendrá un gran impacto en la vida de ambos, pero no se atreverá a revelarlo, aun sabiendo que se trata de un elemento esencial para determinar la responsabilidad relativa o absoluta de la mujer.

Hanna es condenada y Michel no logra vencer su resistencia para verla y hablar con ella en la cárcel. Arma su vida, se casa, termina su carrera como abogado, tiene una hija… y trata de mitigar la larga condena de Hanna con el envío de libros leídos y grabados. Ella – con mucho esfuerzo – aprenderá, tardíamente, a leer y a escribir, como respuesta a su esfuerzo.

Cuando finalmente puede recuperar parte de su pasado, todo se desmorona y Michel sólo puede recuperar su legado y su voluntad de ayudar a los sobrevivientes del holocausto.

La historia misma es sorprendente, porque no sabemos por dónde nos llevará la historia. Hay escenas y diálogos que sólo reflejan la situación de Hanna y Michel… pero hay otros que reflejan toda la problemática de la Alemania de la postguerra: las clases y las discusiones con el experimentado profesor reflejan los discutidos límites entre la ética y la ley… algo que también se refleja en las palabras del Presidente del Tribunal, o en las palabras de la sobreviviente que no quiere reconocer arrepentimiento alguno.

De alguna manera el MICHEL que sufre en el juicio y no tiene atrevimiento para intervenir, logra redimirse cuando se hacer cargo de su pasado (finalmente confiesa lo que ha vivido), acepta darle protección a HANNA, y producido el suicidio, obedece lo dispuesto en el testamento.

Es verdad que hay cuestiones que no se plantean: Hanna no parece plantearse la legitimidad de la relación, así como no revela nada de su pasado, ni confiesa son claridad que es analfabeta (tal vez la única dignidad que defiende, aun en una situación límite). Tampoco Michel parece encontrar algo cuestionable en sus actos. Nada se pregunta sobre esa extraña mujer que se entrega sin reparos. Y le cuesta decidir entre lo que significa esa mujer del presente mediato para él y lo que ha significado para las miles de víctimas que pueden reconocerla. Y Hanna que – a diferencia de las demás acusadas – confiesa todo, no siente culpa. Hizo lo que podía hacer en ese momento y quiere juzgarlo con el criterio con que en ese momento debía proceder (ej. dejar encerradas a las 300 prisioneras que mueren dentro de la iglesia incendiada, obedeciendo la orden que habían recibido).

El lector (Der Vorleser, en alemán = literalmente "el lector en voz alta") es una novela escrita por Bernhard Schlink y publicada en 1995. A través de la historia hay una nueva mirada sobre el holocausto y la forma con que fueron juzgado los culpables: no todos los condenados fueron los verdaderos culpables.

Es una película que habilita numerosos debates en varios planos y problemas. Sobre todo porque proviene de sociedades que hicieron mucho antes miradas de memoria y justicia sobre su pasado.

sábado, agosto 15, 2009

400. EL AMOR

El amor lleva a apropiarse del otro, pero, al propio tiempo, exige que el otro permanezca independiente; pues si por un momento dejara de ser irreductible, la participación amorosa desaparecería; ya no serían dos alteridades frente a frente sino uno en soledad. Asimismo, el sujeto desea entregarse plenamente y, sin embargo, sólo sostiene su amor lo que en él queda de originalidad frente al otro, de resguardo inviolado, de intimidad: que sólo mantiene la comunión lo que aún permanece en soledad. Y así, la más plena comunión lleva larvada en su seno la más profunda soledad. LUIS VILLORO

DOS CUERPOS : OCTAVIO PAZ

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

viernes, agosto 07, 2009

399. SIMETRIAS


Se conocieron, trabajaron simétricamente la conquista, se enamoraron, se amaban. Poblaban de proyectos sus encuentros. Furtivos, tramposos. Ambos lo sabían. Ana María sabía a quien traicionaba y Jordan era consciente de sus engaños. Se encontraban puntualmente. Dos veces por semana. Jordan apuraba sus trámites en el trabajo. Ana María se apresuraba para cerrar sus clases en la facultad. El mencionaba en casa reuniones de trabajo o encuentros de negocios. Ella, reuniones de departamento o compromisos académicos con alumnos o colegas. Jordan estacionaba el auto en el lugar acostumbrado y se quedaba escuchando algo de música, relajado. Ana llegaba al rato, con pasos misteriosos. Nunca fallaban, nunca equivocaban los lugares ni los horarios. No necesitaban utilizar sus celulares. Se encerraban en el auto y a partir de allí ponían en movimiento otro universo.

Jordán sabía que engañaba a Mariana. Ana María sabía que la esperaba Horacio. No había culpa, pero ambos eran conscientes. Cuando las defensas racionales de Ana María bajaban y se entregaba sin límites, y cuando Jordán se enloquecía ella ponía la necesaria cuota de razón. “Cuando más controlado, mas descontrolados”, decían. “La mayor prudencia para el goce mas atrevido”, repetían. Las simetrías se multiplicaban – como en espejo – hasta el infinito. Incluso los regresos, puntuales (y en horarios prudentes) les regalaban un recibimiento cálido en los dos remotos hogares.

Curioso sin embargo. No todo puede ser perfecto. O tal vez si. Mariana y Horacio se habían acostumbrado a las puntuales ausencias, a las programadas esperas y por azar u oportunidad se conocieron: hicieron un esfuerzo mínimo para aprovechar juntos esos huecos que el horario familiar les regalaba. Mientras Ana María se encontraba con Jordán y buscaban juntos algún lugar tranquilo, ellos cómodamente aprovechaban la casa de uno o de otro, refugios seguros hasta que regresaran. Ni Horacio ni Mariana daban detalles de sus parejas: nunca imaginaron que devolvían las traiciones, que repetían los rituales, que la simetría se multiplicaba en los espejos de las relaciones. Nunca supieron los unos de los otros. Nunca sospecharon.

Regresaban y se encontraban sin conflictos, sin rencores, sin reclamos. Pulcros, contentos, satisfechos, plenos. Y a veces – cada uno en su lugar – para calmar cierta remota culpa o subjetiva sospecha se amaban sin pasión pero con total entrega para demostrar lo indemostrable.

Cierta vez, alguien no llegó a la cita. O el regreso fue mas temprano del acostumbrado o algo alteró los planes. El mundo y la historia están atravesados por la contingencia, no por la necesidad. Y hasta las simetrías más perfecta suelen romperse.

En algún lugar ríe Cervantes y las historias del Quijote en los capítulos 33,34 y 35 de la primera parte.

domingo, julio 19, 2009

398. IRONIA

GONCALO TAVARES (ANGOLA. 1970)

PALABRAS, ACTOS

“La ironía enseña a sabotear una frase

Como se hace con un motor de automóvil:

Si sacas una pieza la máquina no anda, si mueves

en el verbo o en el sustantivo una letra

La frase trágica se torna divertida

Y la divertida, trágica.

Este casi instinto de rasgar las frases me protegió

Desde nuevo, de aquello que todavía hoy recelo: transformar

la lengua en un Dios que salve, y cada frase en un ángel

Portador de verdad. Sacar seriedad del acto de escritura

Lo aprendí en la infancia

Sacar seriedad de los actos de la vida

Comencé a aprenderlo apenas después de salir de ella, y espero

Envejecer perfeccionando esta desilusión.”

jueves, julio 16, 2009

397. ANIMAL MORIBUNDO (2)


PASO DEL TIEMPO Y VEJEZ = ¿Puedes imaginar la vejez? Claro que no. Yo no lo hice, no pude hacerlo, no tenía idea de cómo era. Ni siquiera una falsa imagen: ninguna imagen. Nadie quiere que sea de otra manera. Nadie quiere enfrentarse a nada de esto antes de que deba hacerlo. ¿Cómo van a salir las cosas? Es comprensible que cualquier etapa de la vida más avanzada que aquella en la que uno se encuentra sea inimaginable. En ocasiones estás en la mitad de la etapa siguiente antes de percatarte de que has entrado en ella. Y, además, las etapas anteriores de la progresión ofrecen sus compensaciones. E incluso así, la zona del medio intimida a mucha gente. Pero ¿y el final? No deja de resultar interesante que sea la primera vez en toda tu vida en que te hallas totalmente fuera mientras estás dentro. Al tiempo que observas continuamente tu decadencia (si eres tan afortunado como yo), en virtud de una vitalidad que no remite te encuentras a considerable distancia de la decadencia, incluso te sientes airosamente al margen de ella. Es inevitable, desde luego, que haya una multiplicación de las señales que conducen a la desagradable conclusión, y no obstante, a pesar de ello, permaneces al margen. Y la fiereza de la objetividad es brutal. Es preciso distinguir entre el morir y la muerte. Si uno está sano y se encuentra bien, el morir es invisible. El fin que es una certidumbre no se anuncia necesariamente de un modo llamativo. No, no puedes entenderlo. Lo único que entiendes acerca de los viejos cuando no eres viejo es que su época los ha marcado. Pero entender sólo eso no hace más que inmovilizarlos en su tiempo, y por ello equivale a no entender en absoluto. Para quienes todavía no son viejos, ser viejo significa que has sido. Pero ser viejo también significa que, a pesar de haber sido, además de haber sido y aunque hayas sido en exceso, sigues siendo. Lo que has sido está muy vivo. Todavía eres, y te obsesiona tanto el ser todavía y su plenitud como el ya haber sido, lo pretérito. Considera la vejez de este modo: que tu vida esté en juego es un hecho cotidiano. Uno no puede eludir el conocimiento de lo que le aguarda dentro de poco. El silencio que le rodeará para siempre. Por lo demás, todo es lo mismo. Por lo demás, uno es inmortal mientras vive. “

“Hasta no hace muchos años existía una manera preconcebida de ser viejo, como existía una manera preconcebida de ser joven. Ya no prevalece ni una ni otra. Ha tenido lugar una gran lucha por lo permisible y se ha dado un gran vuelco. De todos modos, ¿debería un hombre de setenta años involucrarse en el aspecto carnal de la comedia humana? ¿Ser un hombre mayor que rechaza sin disculparse la vida monástica, todavía susceptible de excitarse humanamente? No es ésa la condición simbolizada en otro tiempo por la pipa y la mecedora. Tal vez todavía ofende un poco a la gente quien no se rige por el viejo reloj de la vida. Comprendo que no puedo contar con la consideración virtuosa de otros adultos. Pero ¿qué puedo hacer ante el hecho de que, por lo que puedo decir, no hay nada, absolutamente nada que se apacigüe, por muy viejo que sea uno? “(PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

MORALIDAD: “Por cierto, la moralidad de Consuelo era incongruente. Recuerdo que por entonces George O'Hearn, el poeta, un hombre casado con la misma mujer durante toda su vida, tenía una amiga en el barrio de Consuelo, y él se encontraba allí, en el centro de la ciudad, desayunando con su amiga en una cafetería, y Consuelo, al verle allí, se enfadó. Le reconoció por la foto de la contraportada de un nuevo libro suyo que entonces estaba sobre la mesilla de noche al lado de mi cama, y sabía que yo le conocía. Aquella noche vino a verme. «He visto a tu amigo. A las ocho de la mañana estaba con una chica en un restaurante, besándola... y está casado.» Para esta clase de cosas era de una trivialidad predecible, mientras que actuaba con independencia de las convenciones en su relación con un hombre treinta y ocho años mayor que ella... Como no podía ser de otra manera, en el fondo estaba insegura de sí misma y, en ocasiones, se sentía fuera de lugar; no obstante, le estaba sucediendo algo especial, algo grande, sucedáneo, imprevisto, que halagaba su vanidad y alimentaba su confianza y, por excitante que fuese, no parecía trastornarla (como me sucedía a mí).” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

CELOS = “¿Cómo sé que un hombre joven se la llevará? Porque en otro tiempo fui el hombre joven que lo habría hecho. En mi juventud no era susceptible. Otros se volvieron celosos antes, pero yo pude protegerme de ello. Les dejaba que se salieran con la suya, confiando en que me impondría mediante el dominio sexual. Pero los celos, claro, son la trampilla que da acceso al contrato. Los hombres responden a los celos diciendo: «Nadie más la tendrá. La tendré yo... me casaré con ella. La cautivaré de ese modo. Mediante la convención». El matrimonio cura los celos. Por eso lo eligen tantos hombres. Porque no están seguros de esa otra persona, le hacen firmar el contrato: No haré, etcétera.
(…)
Un hombre joven dará con ella y se la llevará. Le veo. Le conozco. Sé lo que es capaz de hacer porque ese hombre soy yo a los veinti-cinco años, todavía sin la esposa y el hijo; ese hombre soy yo sin curtir, antes de que hiciera lo que todos los demás hacían.” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

SEXUALIDAD Y MATRIMONIO: “En la época de mi adolescencia y juventud, uno no era un hombre emancipado en el terreno sexual. Eras un allanador de moradas. Eras un ladrón en el ámbito sexual. «Pulías» una sensación. Robabas sexo. Engatusabas, rogabas, halagabas, insistías... tenías que luchar por cada relación sexual, contra los valores si no contra la voluntad de la chica. Las normas exigían que le impusieras tu voluntad. Así le enseñaban a ella a mantener el espectáculo de su virtud. Que una chica corriente se hubiera ofrecido voluntaria, sin una insistencia interminable, a romper el código y realizar el acto sexual, me habría confundido. Porque nadie, ni de uno ni de otro sexo, tenía la menor intuición de una herencia erótica. Eso era algo desconocido.”(PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

“Mira, los hombres heterosexuales que se casan son como sacerdotes que se integran en la Iglesia: hacen voto de castidad, sólo que, al parecer, sin saberlo hasta tres, cuatro o cinco años más adelante. La naturaleza del matrimonio corriente no es menos sofocante para el heterosexual viril (dadas las preferencias sexuales de un heterosexual viril) que para el gay o la lesbiana. Aunque ahora hasta los gays quieren casarse. Y hacerlo por la Iglesia, con doscientos o trescientos testigos, y esperar a ver qué resulta del deseo que los llevó a ser gays en primer lugar. Esperaba más de esa gente, pero es evidente que también ellos carecen de una visión realista de las cosas. Aunque supongo que en su caso también tiene que ver con el sida. El auge y la caída del condón es la historia sexual de la segunda mitad del siglo XX. El condón ha vuelto. Y, con el condón, ha regresado todo lo que saltó por los aires en los años sesenta. Aunque supongo que en su caso también tiene que ver con el sida. El auge y la caída del condón es la historia sexual de la segunda mitad del siglo XX. El condón ha vuelto. Y, con el condón, ha regresado todo lo que saltó por los aires en los años sesenta. ¿Qué hombre puede decir que disfruta del sexo usando condón de la misma manera que lo disfruta sin él? ¿Qué placer encuentra en eso? (…)

“Para librarse del condón, han de tener una pareja estable, por lo tanto se casan. Los gays son militantes: quieren el matrimonio y quieren abiertamente enrolarse en el ejército y ser aceptados. Las dos instituciones a las que yo odiaba. Y por el mismo motivo: la reglamentación. La última persona que se tomó estas cuestiones en serio fue John Milton, hace trescientos cincuenta años. ¿Has leído alguna vez sus opúsculos sobre el divorcio? En su época, le crearon muchos enemigos. Están aquí, están entre mis libros, con los márgenes llenos de anotaciones que hice en los arios sesenta. «¿Nos abrió el Salvador esta azarosa y accidental puerta del matrimonio para cerrarla sobre nosotros como si fuese la puerta de la muerte...?» No, los hombres no saben nada (o actúan de buena gana como si no lo supieran) del lado duro y trágico de aquello en lo que se meten. En el mejor de los casos se dicen estoicamente: «Sí, comprendo que más tarde o más temprano prescindiré del sexo en este matrimonio, pero lo haré a fin de obtener algo distinto y más valioso». Pero ¿com-prenden qué es lo que desechan? Ser casto, vivir sin sexo... bien, ¿cómo encajarás entonces las derrotas, los compromisos, las frustraciones? ¿Ganando más dinero, ganando todo el dinero que puedas? ¿Teniendo todos los hijos que puedas? Eso ayuda, pero no es en absoluto como lo otro, porque lo otro se basa en tu ser físico, en la carne que nace y la carne que muere, porque sólo cuando jodes te vengas de una manera completa, aunque momentánea, de todo cuanto te desagrada de la vida y todo cuanto te derrota en la vida. Sólo entonces estás más limpiamente vivo y eres tú mismo del modo más limpio. La corrupción no es el sexo, sino lo demás. El sexo no es sólo fricción y diversión superficial. El sexo es también la venganza contra la muerte. No te olvides de la muerte. No la olvides jamás. Sí, también el poder del sexo es limitado. Sé muy bien lo limitado que es. Pero, dime, ¿qué poder es mayor que el suyo?”

SUMERGIDOS EN EL TIEMPO: “El paso del tiempo. Estamos nadando, sumergidos en el tiempo, hasta que al final nos ahogamos y desaparecemos. Esta nadería convertida en un gran acontecimiento, mientras Consuelo está aquí y padece el mayor acontecimiento de su vida. El Gran Final, aunque nadie sabe el final de qué, si es algo, y desde luego nadie sabe qué es lo que comienza. Es una alocada celebración de nadie sabe qué. Sólo Consuelo lo sabe, porque ahora Consuelo conoce la herida de la edad. Envejecer es inimaginable excepto para quien envejece, pero esto ya no es así para Consuelo. Ella no mide ya el tiempo como los jóvenes, mirando atrás, al punto de partida. El tiempo para los jóvenes siempre está constituido por lo pasado, pero en el caso de Consuelo el tiempo es ahora el futuro que le queda, y ella no cree tener ninguno. Ahora mide el tiempo contando hacia delante, contando el tiempo por la proximidad de la muerte. La ilusión se ha roto, la ilusión metronómica, el pensamiento consola-dor de que, tictac, todo sucede a su debido tiempo. Su sentido del tiempo es ahora el mismo que yo tengo, acelerado e incluso más desesperanzado que el mío. De hecho, se me ha adelantado. Porque yo aún puedo decirme: «No voy a morir durante cinco años, tal vez diez años. Estoy en forma, me siento bien, incluso podría vivir veinte más», mientras que ella...
El cuento de hadas más encantador de la infancia es el de que todo sucede en orden. Tus abuelos se van mucho antes que tus pa-dres y éstos mucho antes que tú. Si tienes suerte, las cosas pueden salirte así, la gente envejeciendo y muriendo en orden, de modo que en el funeral mitigas tu dolor pensando que esa persona ha tenido una larga vida. Ese pensamiento no hace que la extinción sea menos monstruosa, pero es el truco que empleamos para conservar intacta la ilusión metronómica y tener a raya la tortura del tiempo: «Fulano ha tenido una larga vida». Pero Consuelo no ha sido afortunada y por ello se sienta a mi lado, condenada a muerte, mientras el jolgorio que dura toda la noche se despliega en la pantalla, una histeria infantil manufacturada que pretende hacer frente al futuro ilimitado de una manera que los adultos maduros, con su melancólico conocimiento de que tienen un futuro muy limitado, no pueden secundar. Y en esta noche demencial nadie puede tener un saber más melancólico que el suyo.” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

396. EL ANIMAL MORIBUNDO




El hombre que envejece es también un animal moribundo, alguien que sabe con certeza que está más cercano de la muerte, pero que no quiere renunciar a todos los llamados de la vida que golpea con la misma fuerza, la misma pasión de siempre. Hay como una lucha interior entre el hombre que fue y el hombre que es, entre las fuerzas de siempre y el declinar de las posibilidades. Es un juego maravilloso al que sólo algunos se atreven. PHILIP ROTH a través de las confesiones del profesor que ha quedado definitivamente enamorado de la joven alumna CONSUELO y de un historia mínima, su micro-historia se permite desarrollar una serie de temas y problemas propios de la antropología de nuestros días, tiempo en que caen las certezas y se vuelven líquidas las convicciones.

TITULO = “¿No fue Yeats quien lo dijo? «Con-sume mi corazón; enfermo de deseo / Y atado a un animal moribundo / No sabe lo que es.» Yeats. Sí. «Prendido en esa música sensual», y así sucesivamente.” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

SEXUALIDAD = “La gran broma que te gasta
la biología es que llegas a la intimidad antes de saber nada de la otra persona. En el momento inicial lo comprendes todo. Al principio cada uno se siente atraído por la superficie del otro, pero también intuye la dimensión total. Y la atracción no tiene que ser equivalente: a ella le atrae una cosa, a ti otra. Es superficie, es curiosidad, pero entonces, zas, la dimensión. (…) Supongo que forma parte del encanto, pero es la parte de la que si fuese posible prescindir me sentiría mucho mejor. El sexo es todo el encanto que se requiere. ¿Encuentran los hombres a las mujeres tan encantadoras una vez que se ha eliminado el sexo? ¿Considera alguien encantador a cualquier congénere de uno u otro sexo a menos que tenga relación sexual con él o ella? ¿Qué otro te puede encantar así? Nadie.”

SEXUALIDAD Y EDAD = “No importa cuánto sepas, no importa cuánto pienses, no importa cuánto maquines, finjas y planees, no estás por encima del sexo. Es un juego muy arriesgado. Uno no tendría dos tercios de los problemas que tiene si no corriera el albur de la fiesta continua. El sexo es lo que desordena nuestras vidas normalmente ordenadas. Lo sé tan bien como cualquiera. Hasta el último resto de vanidad volverá para burlarse de ti. Lee el Don Juan de Byron. No obstante, ¿qué haces si tienes sesenta y dos años y crees que nunca podrás aspirar de nuevo a algo tan perfecto? ¿Qué haces si tienes sesenta y dos años y el impulso de apropiarte de lo que aún puede ser tuyo es irresistible? ¿Qué haces si tienes sesenta y dos años y te das cuenta de que todos esos órganos invisibles hasta ahora (riñones, pul-mones, venas, arterias, cerebro, intestinos, próstata, corazón) están a punto de empezar a hacerse penosamente evidentes, mientras que el órgano más sobresaliente durante toda tu vida está condenado a reducirse hasta la insignificancia? No me interpretes mal. No es que, gracias a Consuelo, puedas engañarte y creer que tienes una última oportunidad de recuperar tu juventud. Al contrario, nunca has notado con mayor intensidad lo que te diferencia de la juventud.”

ATRACCION FATAL = “Ahora bien, como sabes, soy muy vulnerable a la belleza femenina. Cada uno está indefenso contra algo, y yo lo estoy en ese aspecto. Veo la belleza y me ciega para todo lo demás. Asisten a mi primera clase y sé casi de inmediato cuál de ellas es la chica apropiada para mí. Hay un relato de Mark Twain en el que éste huye de un toro y se esconde en la copa de un árbol; el toro alza los ojos para mirarle y piensa: «Usted es mi carne, señor». Pues bien, ese «señor» se transforma en «jovencita» cuando las veo en clase. (…)Ahora bien, tengo una regla fija que establecí hace unos quince años y que nunca rompo. Ya no tengo ningún tipo de contacto personal con ellas hasta que han pasado el examen final, se han graduado y ya no me encuentro oficialmente in loco parentis. A pesar de la tentación, o incluso de una señal inequívoca para dar comienzo al coqueteo y hacer la proposición, no he roto esta regla desde que, a mediados de los años ochenta, fijaron el número de una línea telefónica directa para denunciar el acoso sexual en la puerta de mi despacho. No me relaciono antes con ellas para no indisponerme con los miembros de la universidad que, si pudieran, pondrían serios obstáculos a mi goce de la vida. (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

MUJERES DE HOY = “El tiempo pasa. El tiempo pasa. Tengo nuevas amigas. Tengo amigas que son estudiantes. Hay amigas de hace veinte y treinta años que reaparecen. Algunas ya se han divorciado numerosas veces y otras han estado tan ocupadas, estableciéndose profesionalmente, que ni siquiera han tenido la oportunidad de casarse. Las que todavía están solteras me llaman para quejarse de los hombres con los que salen. Citarse con hombres es horrible, las relaciones son imposibles, el sexo es arriesgado. Los hombres son narcisistas, carecen de sentido del humor, están locos, son obsesivos, arrogantes, toscos, o bien son apuestos, viriles e implacablemente infieles, o bien están emasculados o son impotentes o tan sólo son demasiado estúpidos. Las mujeres veinteañeras no tienen estos problemas porque aún cuentan con amistades de la universidad y, desde luego, el centro docente es la gran mezcladora social, pero he descubierto que las mujeres algo mayores, las de treinta y tantos, están tan ocupadas con su trabajo que muchas de ellas ahora recurren a casamenteros profesionales para que les encuentren hombres. Y a cierta edad dejan de conocer gente nueva. Como me dijo una de las desilusionadas: «¿Quiénes son las nuevas personas cuando llegas a conocerlas? Son las mismas de antes pero con máscara. No hay en ellas nada nuevo, en absoluto. No son más que gente».” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

RELACIONES LIQUIDAS = “Elena es oftalmóloga, ¿sabes? Ascendió desde el fondo de la clase obrera gracias a una perseverancia inmensa. «La vida te desconcierta», me dijo, «te conviertes en una persona que se protege mucho a sí misma y te dices: "A hacer puñetas". Es una pena, pero pierdes los ánimos. Algunos de esos hombres son más atractivos que la media. Educados. La mayoría de ellos se ganan bien la vida, pero nunca me atraen. ¿Por qué resultan tan aburridos? Tal vez me aburran porque yo soy aburrida». Y siguió contándome: «Los tipos van a buscarte en buenos coches. BMW, por ejemplo. Música clásica durante el trayecto. Te llevan a restaurantes pequeños y agradables, y yo me paso la mayor parte del tiempo ahí sentada, pensando: "Por favor, Señor, tengo ganas de irme a casa". Quiero hijos, quiero una familia, quiero un hogar, pero aunque tengo los recursos emocionales y físicos necesarios para pasarme seis, siete u ocho horas en pie en la sala de operaciones, ya no los tengo para esta humillación. Por lo me nos, algunos de ellos me encuentran impresionante». «¿Por qué no habrían de hacerlo? Eres especialista de la retina. Eres cirujano ocular. Evitas que la gente se quede ciega.» «Lo sé. Me refiero a ser rechazada de plano», replicó ella. «No estoy hecha para eso.» «Nadie lo está», le dije, pero eso no pareció ayudarla. «Lo he intentado razonablemente», me dijo, un poco llorosa, «¿no es cierto, David? Diecinueve citas». «Dios mío, incluso más que razonablemente», respondí.” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

AMOR Y JUEGOS DE PODERES = “Verás, creo que Consuelo percibió en mí una versión, a la que ella podía poseer, del refinamiento de su familia, de ese pasado aristocrático irrecuperable que es más o menos mítico para ella. Un hombre de mundo. Una autoridad del mundo cultural. Su profesor. Es cierto que a la mayoría de la gente le horroriza la diferencia de edad, pero eso es precisamente lo que atrae a Consuelo. La rareza erótica es lo único que denota la mayoría de la gente, y lo denotan como repugnancia, como una farsa repugnante. Pero mi edad tiene una gran importancia para Consuelo. Estas muchachas no se relacionan con viejos caballeros a pesar de la edad, sino que se sienten atraídas por la edad, lo hacen precisamente por la edad. ¿Por qué? En el caso de Consuelo, creo que se debe a que la gran diferencia de edad le permite someterse. Mi edad y mi categoría le proporcionan, racionalmente, autorización para entregarse, y la en-trega en la cama no es una sensación desagradable. Pero, al mismo tiempo, la entrega íntima a un hombre mucho mayor aporta a esta clase de joven un tipo de autoridad que no puede tener en una relación sexual con un hombre más joven. Obtiene los placeres de la sumisión y los placeres del dominio. Que un muchacho se someta a su poder... ¿qué significa eso para una criatura tan patentemente deseable? Pero ¿que este hombre de mundo se someta tan sólo por la fuerza de su juventud y su belleza? Haber logrado el interés total, haberse convertido en la pasión devoradora de un hombre inasequible en todos los demás campos, tener acceso a una clase de vida que ella admira y que de otra manera le habría estado vedada... eso es poder, y es el poder lo que ella quiere. No es que el dominio pase consecutivamente de unas manos a otras, sino que el cambio se produce de un modo continuo, no es tanto un cambio como un entrelazamiento. Y ahí se encuentra el origen no sólo de mi obsesión por ella sino de la obsesión que ella experimenta por mí. O así lo supuse al principio, aunque de poco me sirvió el intento de comprender lo que ella se proponía y por qué me enredaba cada vez más en aquella relación.” (PHILIP ROTH: EL ANIMAL MORIBUNDO)

PASO DEL TIEMPO Y VEJEZ = ¿Puedes imaginar la vejez? Claro que no. Yo no lo hice, no pude hacerlo, no tenía idea de cómo era. Ni siquiera una falsa imagen: ninguna imagen. Nadie quiere que sea de otra manera. Nadie quiere enfrentarse a nada de esto antes de que deba hacerlo. ¿Cómo van a salir las cosas? Es comprensible que cualquier etapa de la vida más avanzada que aquella en la que uno se encuentra sea inimaginable.




domingo, julio 12, 2009

395. LA DUDA Y LOS CONFLICTOS ACERCA DE LA VERDAD











Título original: DOUBT. LA DUDA

Año: 2008
País: USA. Duración: 104 minutos
Director: John Patrick Shanley
Reparto: Meryl Streep (Hermana Aloysius), Philip Seymour Hoffman (Padre Flynn), Amy Adams (Hermana James), Viola Davis (Mrs. Muller), Lloyd Clay Brown (Jimmy Hurley), Joseph Foster (Donald Miller), Bridget Megan Clark (Noreen Horan), Lydia Jordan (Alice), Paulie Litt (Tommy Conroy), Matthew Marvin (Raymond Germain), Evan Lewis (Parroco John).
Guión: Patrick Shanley.

Producción: Scott Rudin.
Música: Philip Glass.
Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Dylan Tichenor.
Diseño de producción: David Gropman.
Vestuario: Ann Roth

Es 1964,en el colegio de San Nicolás en el Bronx. Un vibrante y carismático sacerdote, El padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) es un sacerdote simpático y carismático que goza de prestigio en la comunidad parroquial. Trabaja como animador pastoral en la escuela y pretende cambiar las estrictas y anticuadas normas del colegio por un tipo de trato mas humano y de mayor confianza entre los docentes y los alumnos. La hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una directora con mano de hierro que cree firmemente en el poder de la disciplina, es quien gobierna la escuela desde hace mucho tiempo. Su presencia desde lugares estratégicos de observación y vigilancia (panóptico) es el reaseguro indiscutible de que toda falta dedebe ser descubierta y debe ser castigada. La presentación de cada uno de los personales, los revela como serán en el desarrollo de la obra: el cura predicando con una gran capacidad para relacionar el mensaje evangélico con la realidad que viven los feligreses, contrasta con la humilde presencia de la hermana James y el rigor de la hermana Aloysius que parada en el fondo de la iglesia vela por el orden y la disciplina de cada uno de los alumnos, con castigos y advertencias.

La estructura arquitectónica de la iglesia y del colegio sigue siendo muy tradicional, y desde ese ordenamiento espacial se maneja la educación en un colegio tradicional y prestigioso. Sin embargo, hay vientos de cambios, tanto en la sociedad como en la iglesia (Concilio Vaticano II y nuevas costumbres en las celebraciones, que se insinúa en la manera con que el sacerdote habla y se desplaza con confianza hacia la primera fila de fieles): el colegio ha aceptado a su primer alumno negro, Donald Millar. El sacerdote es mirado con desconfianza, simplemente porque expresa un formato educativo diferente: se acerca a los alumnos, tiene confianza con ellos, trata de interesarse por sus problemas, interpreta con otros códigos el compromiso como educador.


De hecho la película es un repertorio de lugares comunes de una escuela tradicional: dirección, clases, control de la disciplina, enseñanza, interrogatorios, castigos, uso del espacio y del tiempo escolar, manejo de la autoridad y de la obediencia… que trae generosos recuerdos a quienes pertenecen a esa generación de alumnos o de docentes.


La hermana James (Amy Adams) es una religiosa muy joven, inocente, crédula que esta descubriendo todos los mundos. Hay algo que despierta su interés y su preocupación: algunos gestos inusuales, indiscretos y ambiguos del Sacerdote con algunos de sus alumnos, especialmente con Donald. Crees que debe comentarlo con su superiora, la hermana Aloysius que no le tiene simpatía, ni acepta los mensajes del Padre Flynn. La superiora comienza una cruzada personal para investigar y sacar a la luz la presunta verdad y expulsar a Flynn del colegio. No tiene ninguna prueba, pero ante la duda, el reo debe ser condenado, y basada en sus curiosas convicciones morales (traicionando numerosos principios éticos), la hermana Aloysius comienza una batalla con y contra el padre Flynn, para lograr que abandone la comunidad.


Y allí aparece el juego de versiones: se trata de descubrir la VERDAD, pero en realidad se trabaja con opiniones, versiones, conjeturas, aproximaciones, todas muy VEROSIMILES. Pero la verdad trabaja con la adecuación entre el juicio o proposición y la realidad… ¿Cómo conocer la realidad que vive el Padre Flynn si solamente debemos aceptar – fe – lo que él afirma? Para la Hna. Jame se trata de creerle al Sacerdote, de aceptar sus versiones, sus referencias. Para la Hna. Aloysius se trata de alimentar la duda, la sospecha, y hasta recurrir a la mentira inventando pruebas que puedan alimentar sus íntimas convicciones. Trabaja con CERTEZAS, pero no puede aportar EVIDENCIAS, aunque sale a la búsqueda de todas las pruebas para poder garantizar sus decisiones. Nunca juega la última carta y si la juega, nunca sabemos cuál es el valor de la misma. Ej. el presunto llamado a una Hermana de un colegio en el que el CURA ha trabajado… para certificar las razones de su traslado. El llamado nunca se produjo, pero la versión del mismo siembra inseguridad en el P. Flynn y alimenta las certezas de la monja.

Tanto el alumno como la madre del alumno saben que por el contexto familiar necesitan del respaldo del sacerdote y por el contexto escolar (exclusión y agresiones de los compañeros) de la presencia del Padre Flynn. Ambos saben que el sacerdote es necesario, y no quieren entrar a discutir hechos, versiones, situaciones que no se pueden ni probar, ni certificar. Ni el alumno negro, ni su madre quieren convertirse en prueba plantada, en denuncia inventada, en un instrumento manipulado por la Directora.


Hay tres sermones que acompañan la presencia del CURA en la película, TRES SERMONES que con vehemencia marcan la línea de desarrollo del argumento: LA DUDA (como una situación normal en alguien que cree, como una posibilidad de reafirmación en la fe), EL FALSO TESTIMONIO Y LAS MALEDICENCIAS como condena de las calumnias que pueden arruinar la fama y la vida de una personal, y la DESPEDIDA que oficia de paso del sacerdote a un nuevo destino.

Curiosamente, cuando la película se cierra y la joven hermana Jame (una recreación del autor y director de una Hermana real que fue su educadora en tiempos de su escuela primaria y que fue invitada a ver la obra de teatro y asesorar en la película con respecto a las costumbres de las Hermanas de la Caridad) le pregunta a su directora cómo se siente frente al desenlace los hechos: Aloysius reconocerá que vive sumida en la duda, que ése es el estado normal de su existencia. Tal vez la duda, el temor, la inseguridad sean los ingredientes que la convierten en el ser humano cruel que somete y aterroriza a todos.


Hay otra iglesia (Concilio y los cambios producidos), otra sociedad, otra sociedad que ya asoma en el horizonte… y que los niños de 1964 deberán enfrentar porque se convertirá en el desenlace del siglo XX.


Como espectador, uno vive la sensación de no saber, de nunca saber, de salir de la obra cargado de opiniones, conjeturas, versiones, sospechas, de tomar posición por una o por otro, pero carente de toda certeza, sumido en la DUDA.

LA OBRA DE TEATRO (2008). FABIÁN VENA coprotagoniza con SUSÚ PECORARO la obra de John Patrick Shanley, "La duda", en la que no sólo se plantean interrogantes vitales, sino que se enfrentan dos modos de ver el mundo. El actor explicó las múltiples razones que lo impulsaron a aceptar con entusiasmo el proyecto. "En primer lugar -señaló- la obra propone una cantidad de temas muy interesantes para desarrollar y para dar a la gente un motivo de reflexión. No sólo hablamos de la duda -explicó- sino de la manera de ver la educación y la vida, de reflexionar sobre si la certeza nace de la emoción o de un hecho.

Se plantean una cantidad de interrogantes a través de los cuales se cuestiona, poéticamente y en acción dramática, sobre qué cosas deposita cada uno su fe y en qué cree cuando cree".
Otro de los atractivos fundamentales para el actor fue la característica del personaje que debía interpretar. "Siempre se me ha identificado con los 'malos' o los 'conflictivos' y en este caso se trata de un cura párroco de la iglesia católica que desarrolla su rol con un sentido de vocación muy plena y transita una calidad de emociones muy importantes", comentó. "Es un tipo generoso, brillante, que pertenece a lo que empezó a ser después del II Concilio Ecuménico la 'Nueva Iglesia' -acotó-. Tiene una forma de creer en la vida de manera muy amorosa".

Es obra del actor humanizar los personajes profundizando en los aspectos que el autor no haya resaltado en el texto, evitar a toda costa los caracteres lineales que sean exclusivamente "buenos" o definitivamente "malos".Sin embargo no parece ser éste el caso en "La duda", ya que la contracara del sacerdote se manifiesta en la directora y a partir de la dialéctica entre ambos se revela el claro-oscuro de la condición humana. "Entre los dos personajes hay una pelea constante -aseveró-, que parte de una manera distinta de ver la vida. Hay una lucha entre dos formas diferentes de generosidad.

Los dos aparentemente van hacia un mismo fin, noble y solidario, pero el recorrido puede llegar a ser otro y hasta las consecuencias pueden variar. Lo cierto es que a través de mi personaje no se lee el más mínimo rasgo de oscuridad, pero para que la obra tenga el impacto que tiene, del otro lado le va a venir un ejército de sombras demoníacas que van a desarrollar el conflicto".
"Es de esas obras donde venís a disfrutar del relato, te conectás con las emociones y si bien desde el escenario se tiran temas, el espectador es quien, con el churrasco en la mesa y compartiendo la cena después de la obra, va a protagonizar fuertes debates", aseguró. Es una obra muy pensada y resulta poco frecuente es encontrar este tipo de material. Es verdad que los premios no siempre dicen algo -reconoció Vena- pero no es el caso de 'La duda'. El Pulitzer es un premio muy importante como para otorgarlo a una obra que pueda llegar a caer en lo literario".