lunes, mayo 04, 2009

383. ENTRE LOS MUROS + PRESENTE Y FUTURO DE LA ESCUELA


ENTRE LOS MUROS

Francia, 2008
Dirección: Laurent Cantet
Guión: Laurent Cantet, Robin Campillo, François Bégaudeau.
Interpretación: François Bégaudeau, Nassim Amrabt, Laura Baquela.
Género: Drama
Duración: 128 minutos


Más allá del ritmo mismo de la película que nos facilita la posibilidad de meternos en el mundo de las escuela y “sentarnos” en un lugar privilegiado para poder observar y entender lo que sucede en el interior de las aulas, en el intercambio permanente de mensajes entre los profesores y los alumnos, hay una verdadera “Enciclopedia de temas y problemas de la educación escolar”.

Lo que el autor del libro original y el director se proponen y logran es merodear por el universo de las escuelas y concluir que allí hay muchas cosas que no funcionan o funcionan con muchas limitaciones. Y – al mismo tiempo – rescatar el esfuerzo de los educadores, esfuerzo (o buena voluntad que no siempre tiene los efectos deseados)

En una unidad de espacio (una escuela, un aula) y de tiempo (un año escolar), la historia concentra todas las historia. Basta observar una experiencia – en este caso – para concluir que todas las restantes serán análogas, aunque la escuela y los alumnos elegidos sean preponderantemente inmigrantes que han invadido la sociedad, las calles y las instituciones europeas, sin renunciar a sus identidades de origen.

Podrían haber sido muchas historias, o muchos docentes, o numerosos grupos de alumnos, pero se trata de un docente (el protagonista, el autor del libro original), un grupo de alumnos y una escuela. A su alrededor están los otros alumnos (casi invisibles), los docentes que interactúan con el colega de la historia, el director, los padres de los alumnos, la institución.


Por eso uno puede observar, analizar y re-trabajar temas y problemas tales como: Acuerdos y conflictos; situación de los Alumnos, los diversos momentos del Año escolar (principalmente inicio, evaluación periódica y final); los procesos de Aprendizajes; la geografía del Aula; la interacción con la Comunidad; la emergencia y la resolución de los Conflictos; la personalidad de los alumnos y la personal del Docente, las diversas Costumbres; las diferencias sociales y étnicas (se trata de un grupo multiétnico de alumnos), los procesos de inclusión y de exclusión; el ejercicio de la Disciplina y las Sanciones; los procesos de Expulsión (con el eufemismo de la “reubicación en otra institución educativa”); la función que desempeña el Director (con su propio ámbito de trabajo); la presencia y las historias de los colegas docentes (de dónde proviene, cómo reaccionan ante los problemas, como respaldan, interpelan o critican al compañero de trabajo); los procesos de enseñanza (los medios tecnológicos son totalmente tradicionales: el uso de la palabra, el interrogatorio y el pizarrón); los saberes y las carencias de los alumnos (vocabulario básico); la libertad de los alumnos para aceptar la propuesta de aprendizaje o para cerrarse sobre sí mismos y resistir; el presente y el futuro de la Escuela (¿es una defensa? ¿es un ataque? ¿es una propuesta de cambio?); el peso de las familias que interactúan con el docente (entrevista), participan de las decisiones e intervienen en momentos claves de la vida institucional; la geografía de la escuela: aula, patio, sala de reuniones, dirección, los afuera y los adentro de los “muros” (¿cárcel?); lo enunciado en los discursos de los docentes y lo no-dicho pero que opera como lenguaje; las Palabras que enuncian y palabras que ocultan o que caen en una equivocidad peligrosa (los conflictos se generan a partir de las interpretaciones de lo ambiguo); la palabra liberadora que – a través del autorretrato – permite que cada alumno se reconozca y se construya, dándose a conocer a los demás; los diversos lenguajes que atraviesan la escuela (especialmente la madre del alumno de Mali que pronuncia algunas palabras en francés y prefiere manejarse en su propio idioma); la activa participación institucional de los alumnos (desde su rol y personalidad adolescente); la vigencia de los códigos y de los Reglamentos; los diversos tipos de relaciones educador – educandos; la vida personal de los docentes, sus propias historias; los diversos tipos de reuniones institucionales (inicio de año, evaluación, informales, para determinar alguna sanción); los tonos, las agresiones, las discusiones; los gestos de acercamiento y afecto, las resistencias; las disposiciones del sistema; el clima de amplia libertad de expresión de los alumnos; la diversidad de los estudiantes: discutidores, insolentes, participativos, extraños, irrecuperables, casi condenados desde el inicio y los brillantes que se destacan; los tiempos de la escuela: los timbres marcan finales indiscutibles y ya la palabra del educador entra en el olvido; los recreos que introducen – como a lo largo de la película – el fútbol como una referencia obligada de los alumnos varones; el sentido, el significado, la trascendencia de los aprendizajes escolares. La última frase de la película se pronuncia mientras docentes y alumnos juegan un partido de fútbol como despedida del año. Es un cántico de aliento, un clamor alegre, un deseo: ¡Todos juntos!


Y aunque han quedado muchos temas fuera: diseño curricular (apenas insinuado), variedad de materias, sistema educativo, aspectos administrativos, otro tipo de actividades… el conjunto de temas abordados es realmente muy rico para generar una verdadera reflexión sobre lo que sucede y sobre lo que nos sucede.

Entre los muros enfatizó la "vocación documental" del film, al señalar que los intérpretes fueron no profesionales, empezando por el docente protagonista, que escribió el libro original y colaboró con Cantet (“Recursos humanos”, “El empleo del tiempo”), en el guión. También se remarcó la premisa de concentrar toda la acción en una escuela, emulando el formato de "estudio de caso" propio de la observación antropológica mientras que la cámara en mano inquieta indicaría que quien mira se deja guiar por los hechos tal como ocurren en su fluir real, a la caza de escenas que luzcan tensas, pintorescas y, ante todo, espontáneas. Toda la película ocurre en el interior de esta escuela. “Intenté dar una impresión carcelaria, porque creo que es lo que sienten la mayoría de estos chicos al entrar cada día a la institución”, afirmó Cantet. “Más allá de los alumnos y de los profesores, nadie más sabe que sucede exactamente en la escuela” agregó.


La historia empezó cuando el realizador Laurente Contet, conocedor del libro y vecino del colegio, pidió permiso al director del centro para rodar una película basada en el libro de François Bégaudeau, profesor de francés en el François-Dolto que interpreta su propio papel.

Logrado el permiso, se pusieron en funcionamiento durante un año talleres de cine los miércoles por la tarde abiertos a los alumnos. De ahí salieron seleccionados los 24 adolescentes que rodaron en cinco semanas, de principios de julio a principios de agosto de 2007, las escenas que transcurren en las aulas. Para grabar las escenas en el aula se utilizaron tres cámaras, filmando de corrido y hablando con los chicos –que desconocían del guión- y perfeccionando la escena hasta lograr su objetivo en cada una.


François Bégaudeau, el autor del libro original, guionista y quien desempeña el papel principal, con respecto al oficio de enseñar señala “Enseñar no funciona nunca porque finalmente en la vida aprendemos solos. El profesor será feliz cuando renuncie a enseñar e intente simplemente dar a los alumnos un marco que les permita reflexionar, hacer trabajar sus ojos, sus orejas, su cerebro, y por qué no su cuerpo, su creatividad. Todos los países, o casi, atraviesan una crisis de la enseñanza porque rechazamos entrar en esta lógica. Puede ser utópico, y sin embargo es tan simple.” Los docentes saben que pueden hacerse cargo de una realidad que los excede, ni es posible trabajar sin mínimas normas de convivencia. Todo es muy complejo. Algunos ya están hartos de la escuela, la mayoría la pilotea como puede, una profesora celebra su embarazo. El mundo sigue su curso.


El director, hablando de los adolescentes en nivel escolar, expresó que “están estigmatizados, se los considera idiotas, incapaces de concentrarse… es muy fácil decirlo, pero al escucharlos bien nos damos cuenta de que están más insertos en la sociedad que lo que pensamos”. Y aclaró para finalizar el tema: “la escuela prepara a los alumnos a ser buenos actores”.