domingo, junio 28, 2009

390. LA OLA + OBEDIENCIA DEBIDA















“Entre los muros” y “La Ola”. Dos películas del 2008… que desembarcaron aquí en el 2009. Una francesa, la otra alemana. Dos grupos de adolescentes. Distintos, iguales. Dos profesores con caracteres diversos, pero docentes, educadores al fin.

Allí están los impecables y cuidados edificios de las escuelas. Los directores, los colegas, las familias, la sociedad.

La misma sociedad, el mismo tiempo, la misma estructura de escuela, pero realidades diversas. Hay historias de inmigrantes en unos y escuela de elite en otros. Hay pluralidad de clases y la sensación de que la escuela “se ha venido abajo con tanta gente extraña” en la película francesa…mientras que la alemana exhibe una realidad mas armoniosa. Pero hay un pasado alemán que bulle, como un fantasma.

Son adolescentes de hoy, con sus indisciplinas, sus desplantes, con sus cosas… No son los disciplinados adolescentes del pasado. Tampoco los docentes son los perfectos docentes del pasado, los modelos, los ideales: tienen sus limitaciones, sus defectos y los exhiben: son humanos, demasiado humanos.

De algún modo hay unidad de espacio porque el aula (con sus bancos de espacio reticulado y el “adelante del profesor” que domina la situación.

Hay unidad de tiempo: un año escolar, una semana. Todo se cierra y se encierra allí. No sabemos el antes. Apenas si entrevemos el después.

La posición de las cámaras, sin embargo, es diversas: hay más horizontalidad en la película francesa y más verticalidad (desde abajo, desde arriba) en la Alemana.

La película francesa encierra la acción entre los muros. La alemana, sale del encierro, aunque gesta las decisiones en el encierro, y dialoga con la sociedad.

Hay conflictos. Muchos. Discusiones, cruces de intereses, diálogos fuertes. Decisiones.

Un final esperanzador en una. Un final inesperado en otra. ¿Inesperado, deseado, necesario, políticamente correcto?

Para ver con los colegas docentes, con los alumnos que se preparan para ser docentes, con los padres, con diversos sectores de la sociedad que hablan de educación y de escuela pero que hace mucho que no reconocen su funcionamiento desde el interior del aula.


martes, junio 23, 2009

389. ISLA FLOTANTE + 300 AÑOS DESPUES



KOSICE : LA CIUDAD HIDROESPACIAL. MANIFIESTO DE 1971

De acuerdo a sus impulsos y reacciones vitales, la humanidad se ha movido en despareja proporción respecto a su propio hábitat. La arquitectura engloba necesidades elementales muy disímiles y no es aconsejable permanecer oprimidos por la magnitud de su carga inerte.
Hasta ahora sólo utilizamos una mínima proporción de nuestras facultades mentales, adaptadas a módulos que de alguna manera derivan de la arquitectura llamada moderna o “funcional”. Es decir, el departamento o celdilla para habitar, que una sociedad nos impone con su economía compulsiva. Sin contar con la decidida repulsa de los arquitectos e ingenieros que no admiten que toda la nomenclatura en la construcción de edificios pueda, algún día, ser suplantada por otro lenguaje arquitectónico, marcadamente revolucionario, y que ello haga tambalear convicciones rígidas e ideas lógicas de la enseñanza académica, que ya tienden a derrumbarse.
Pero las estructuras sociales y los mecanismos de comportamiento –ruptura, contestación– son síntomas de un cambio hacia la desaparición del rol omnipotente del estado y su reemplazo por una administración eficiente.
En la revista “Arturo”, 1944, expresaba: “El hombre no ha de terminar en la Tierra ” y en el Manifiesto Madí de 1946 se afirmó que la arquitectura debería ser: “ambiente y formas desplazables en el espacio” y si bien estos conceptos estuvieron originados por una visión intuitiva, están marcados por una racionalidad inminente e implacable.

Mis diferentes etapas en las artes visuales nunca cambiaron de orientación y la propuesta de La Ciudad Hidroespacial es un continuo sin tregua. Aunque asumo mis propias contradicciones al crear hidroesculturas, relieves “hidrolumínicos” e hidrocinéticos para una arquitectura que estoy atacando desde sus bases. La premisa es liberar al ser humano de toda atadura, de todas las ataduras. Esta transformación adelantada por la ciencia y la tecnología, nos hace pensar que no es una audacia infiltrarse e investigar lo absoluto, a través de lo posible, a partir de una deliberada interacción imaginativa y en cadena. Una imaginación transindividual y sin metas prefijadas de antemano. De ahí que el primer proyecto o enunciado de una ciudad suspendida en el espacio, publicados en “Arturo” y el Manifiesto “Madí”, no fueron hipótesis o teorías de apoyo, sino más bien originados por una visión de un continuo y otra dimensión.
La aventura de la humanidad no se detiene ante lo imprevisible. Al contrario, vamos dirigidos hacia lo desconocido e inédito, y cuando un cambio se convierte en una necesidad, se acelera esta disposición.
Estar arraigados en la Tierra , o para ser exactos, en el planeta agua, aunque su atmósfera, su alimento y sus aguas estén contaminaos, asistir indefensos ante la persistente depredación geográfica y geológica, contemplar cómo el equilibrio ecológico es destruido lentamente, verificar el aumento constante de la población, son otros tantos incentivos para los cambios rotundos que anunciamos ya, como necesidad biológica.
Proponemos concretamente la construcción del hábitat humano, ocupando realmente el espacio a mil o mil quinientos metros de altura, en ciudades concebidas ah-hoc, con un previo sentimiento de coexistir y otro diferenciado "modus vivendi".

La arquitectura ha dependido del suelo y las leyes gravídicas. Dichas leyes pueden ser utilizadas científicamente para que la vivienda hidroespacial pueda ser una realidad, es decir viable desde el punto de vista tecnológico. Intentar la construcción de algunas viviendas, como un ensayo previo para llegar paulatinamente a la "Ciudad Hidroespacial" propiamente dicha. La opinión de algunos astrofísicos e ingenieros espaciales coinciden en que tomando agua de las nubes y descomponiéndola por electrólisis, es posible utilizar el oxígeno para respirar y el hidrógeno introducido en una máquina de fisión nuclear proporcionaría energía más que suficiente. Energía capaz de mantener suspendido el hábitat incluido su desplazamiento, mientras otras opiniones se refieren a la posibilidad de cristalización del agua y derivarla hacia una polimerización que la cualifique energéticamente. Así pues, no se trata de vencer las leyes gravídicas sino crear la energía de sustentación. Por ello me dirijo a todos los científicos de la NASA para recabar sus opiniones.
El costo desde luego, es muy alto, pero con sólo detener la producción bélica del mundo por veinticuatro horas e invertir dichas sumas en este proyecto, su realización es posible. La arquitectura hidroespacial está condicionada para estar suspendida en el espacio indefinidamente.
La vivienda nómade hidroespacial deteriora el curso de la economía actual en base a la valoración del terreno y abre interrogantes sociológicos imprevisibles. Apunta asimismo a una apertura del arte, pues nuestra civilización entra en la etapa postindustrial. Se propone pues, un arte de todos y no un arte para todos. Al superar todo intermediarismo, el arte se integra tácitamente al hábitat, se disuelve en él y en la vida, es su presentación, su "modus vivendi".
Los lugares creados con sentido de síntesis y vida comunitaria son su extensión. ¿Para qué, entonces, la pintura, la escultura, en definitiva el "objeto", si todo ello ya está contenido en la vivienda ocupando el espacio, el recorrido interno de ese espacio, el volumen, el color, el movimiento?
Más de 4.000 millones de habitantes de la Tierra y este shock de futuro lo viven apenas 30.000 personas. No hay civilización por generación espontánea. Los Mayas, los Incas, la cultura China y de todo el Oriente, el arte gótico, el greco-latino del Mediterráneo, el Renacimiento, han tenido sus ciclos culturales y su parábola se ha cumplido. Nuestra civilización es la mejor porque la estamos viviendo, pero imaginemos por un instante el crash mundial si dejaran de fabricar automóviles; shock de un posible futuro inmediato.
El arte como "Canto de la Historia ", "Moneda de lo Absoluto", "Aprehensión directa de la realidad", "superestructura ideológica" o "trascendencia individual" son definiciones que serán rebasadas por los resplandores visionarios de un nuevo pensar y sentir, de una eclosión cultural irreversible, con acceso al infinito, y no solamente terráqueo.

Debemos reemplazar a las habitaciones que se han convertido en ritual arquitectónico y periférico: Living, comedor, dormitorio, baño, cocina, muebles, por serenas o intensas pero en todo diferenciadas, propuestas de lugares para vivir.
Si, dentro de un espacio, pero ocupando el espacio-tiempo con todos sus atributos. Y no como una alteración de la aventura humana sino como una explicable necesidad que emite nuestra condición humana.
Probablemente aparecerán otros condicionamientos pero en la ciudad hidroespacial nos proponemos destruir la angustia y las enfermedades, revalorizar el amor, los recreos de la inteligencia, el humor, el esparcimiento lúdico, los deportes, los júbilos indefinidos, las posibilidades mentales hasta ahora no exploradas, la abolición de los límites geográficos y del pensamiento. ¿Idealismo utópico? En absoluto. Los que no creen en su factibilidad es porque siguen aferrados a la caverna, a las guerras y diluvios. Por lo tanto disolver el arte en la vivienda y en la vida misma es preanunciar síntesis e integración.
Los centros de poder y de decisión económica y política, lo más que pueden hacer es retardar ociosamente esta tendencia que transforma al hombre, a partir del momento en que su cuerpo y su mente se ocuparán de proyectos universales y será así más universo. Contará con nuevos lenguajes no solamente para comunicar un mensaje, sino la forma completa de un espíritu. Un lenguaje enriquecido por puras tensiones y nuevas presencias empapadas de poesía. Desde luego ser habitante hidroespacial tendrá al comienzo sus desventajas, hasta llegar al ejercicio continuo para desarrollar todas las posibilidades, condición humana, y no como un trabajo obligado. Finalmente la vida cotidiana no estará solamente centrada en la supuesta conquista del espacio, sino en la conquista de su tiempo, su activación, su levadura. El ser humano en definitiva no quiere morirse.
En la célula hidroespacial el hidrociudadano en su pluralidad inventa no solamente su arquitectura, nombra y elige sitios y lugares para vivir, que podrán o no acoplarse a miles de viviendas, plataformas y accesos suspendidos en el espacio.

Hidroespacializar, aterrizar, amerizar, alunizar, venusizar, tender posteriormente conexiones galácticas e interplanetarias atravesando los años luz, serán alternativas multiopcionales. Habrá lugares para tener ganas, para no merecer los trabajos del día y la noche, para alargar la vida y corregir la improvisación, para olvidar el olvido, para disolver el estupor del por qué y para qué y tantos otros lugares como nuestra inagotable imaginación amplifique y conciba.

Buenos Aires, 1971

lunes, junio 22, 2009

388. EDUCACION


PINK FLOYD: EL MURO + NO QUEREMOS EDUCACION


Bien, cuando nosotros crecimos y fuimos a la escuela,
había ahí ciertos maestros,
quienes herían a los niños de cualquier forma posible,
vertiendo sus burlas
por cualquier cosa que hiciéramos,
y exhibiendo cada debilidad
aunque los niños trataran de esconderla cuidadosamente.


Pero en el pueblo era bien sabido
que cuando ellos llegaban a su casa en la noche,
sus gordas y psicopáticas esposas les desgranarían
cada detalle de sus vidas.

No necesitamos ninguna educación
No necesitamos que controlen nuestros pensamientos
Ni sarcasmos oscuros en el salón de clases
Profesores dejen a los niños en paz
¡Eh!¡Profesores! ¡Dejen a los niños en paz!
Todo es solo otro ladrillo en el muro.
En suma sólo eres otro ladrillo en el muro.

"¡Incorrecto, hágalo otra vez!"
"Si no te comes tu carne, no podrás comer el postre. "¿Como puedes
comer tu postre, si no te comes tu carne?"


No necesito brazos a mi alrededor.
No necesito drogas que me calmen.
He visto las palabras escritas en el muro.
No pienses que necesito algo.
No, no pienses que necesito algo.
Todo eso, no fueron más que ladrillos en el muro.
En suma, no eres más que ladrillos en el muro.

martes, junio 09, 2009

387. PANOPTICO

A veces uno, liberado de todas las ataduras, absolutamente autónomo, más allá de las opiniones y de los prejuicios, libre, definitivamente libre, de regreso de la vida, con la mirada puesta generosamente enun futuro mas mezquino y en un pasado más lejano, justo en ese momento, en algún momento de la tarde o de la noche, en el auto o en la cama, o caminando en soledad, descubre que en realidad tiene instalado muy adentro un panóptico interior que sigue vigilante, vigilando, acosando, mirando, observando, disciplinando, atemorizando, reprimiento, postergando.
Y uno, grande ya, no sabe cómo se extirpan esos panópticos interiores. No sabe, no quiere o no puede. Tal vez. ¿De quién es la mirada que me mira sin cesar? ¿Es voluntaria o simplemente está allí porque yo mismo la he construido?
Es tarde ya: tal vez ya no pueda acostumbrarme a vivir sin panópticos.

386. SI ESTOY CANSADO

Si me ves cansado...fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino;
si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo.
Ven a recordarme como es un comienzo,
Ven a desafiarme con tu desafío.
Muéveme el alma, vuélveme al impulso,
llévame a mi mismo.
Yo sabré encender mi lámpara viva
en el tiempo oscuro, entre el viento frío,
volveré a ser fuego desde brasas quietas,
que alumbre y reviva mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna
desde el primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.
Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos,
trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que aún no hemos visto.
Que vamos armados de fe y de bravura
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida plena,
que todo nos guía hacia nuestro sitio
que en un primer paso, y en un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla,
se agita, estremece, deshoja y retoña,
pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante
es aquél que cubre nuestro pie extendido.
Si me ves cansado fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado y herido,
siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo...
y dime...¡ se puede!...e insiste, ¡se puede!..
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal vez si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo
cuando hombro con hombro
vamos, con el mismo brío.
Si me ves cansado fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino
Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
un paso tras otro por donde has venido.
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio,
que abrirá otro rumbo porque...
Sí he creído!...que siempre se puede...

domingo, junio 07, 2009

385. EL CUERPO, MI CUERPO

EL CUERPO, NUESTRO CUERPO, MI CUERPO

· Aunque cuesta creerlo y aceptarlo, tenemos el cuerpo que merecemos. El cuerpo es el reflejo de la vida que vivimos o hemos vivido. También por eso los cuerpos no son iguales y en cada caso exhiben estructuras y manifestaciones distintas: la individuación no se produce sólo en el origen, en el punto de partida, sino que se va consolidando a lo largo de nuestras vidas.

· El re-encontrarnos con los otros - después de mucho tiempo - re-unirnos con quienes hemos perdido en los laberintos de la vida, implica volver a ver a quienes exhiben lo que son y lo que han sido, la historia que han vivido, en sus propios cuerpos. Y mostrarnos nosotros frente a ellos. Somos lo que fuimos, pero también somos lo que el tiempo ha dejado impreso en nosotros, en aquello que se expone a primera vista: nuestro cuerpo.

· Tenemos la cara, el rostro, la voz que nos merecemos: somos responsables de todo eso, una responsabilidad que puede ser directa o indirecta, pero de la que formamos parte. La forma de sonreír, de darle forma a las respuestas, de afrontar las miradas o las palabras son frutos de lo que hemos decidido.

· Somos también los rastros de los que han sido antes que nosotros, la herencia de nuestros antepasados: nuestros padres moran en nuestra forma de ser, de movernos, de comunicarnos. El tiempo nos asimila a nuestro pasado: aunque corremos hacia el futuro, avanzamos también hacia el pasado y nos recuperamos como una síntesis dialéctica de lo que fuimos (de donde venimos) y lo que decidimos ser (el por-venir)

· Somos el cuerpo que tenemos. No es un cuerpo al que hemos sido condenado, como un portador extraño: es el cuerpo que nos permite ser lo que somos. Nuestras manos, nuestros labios, nuestros ojos, nuestras piernas son lo que somos. Las manos tienen los rastros de nuestras acciones, las piernas los territorios que hemos recorrido, en la piel y en los músculos han quedado aprisionado lo que vivimos.

· El cuerpo no sólo nos deja ser, no sólo nos encierra: somos él. En nuestro cuerpo están los pliegues de nuestra historia. Y basta contemplar los cuerpos, su presencia, su impúdica desnudez, para que des-cubrirnos ante los ojos de los otros y ante nuestra mirada oblicua. El cuerpo no admite engaños. Somos nuestras operaciones, nuestras cicatrices, nuestras quemaduras, nuestros hematomas, nuestras quebraduras. Somos nuestras huellas digitales, nuestras arrugas, nuestros kilos de más o de menos. Somos los dolores que ya no desaparecerán, o los dolores que ya se han ido. Los sufrimientos que han dejado sus heridas, sus cicatrices, los rictus en el rostro, los tics que no podemos controlar, los movimientos involuntarios.

· Somos el cuerpo que toma la iniciativa, el cuerpo dócil que nos obedece, pero también somos el cuerpo que se nos resiste, que ya no nos responde, que dice basta. Somos el cuerpo cargado de deseos y el otro, el que está atiborrado de hastío. Somos el cuerpo activo que hace, habla, gesticula, corre, se divierte, goza. Somos el cuerpo lleno de vida y el que se aproxima peligrosamente la muerte.

· A veces nuestro cuerpo es un barco que ha soportado todos las travesías, afrontado todas las tormentas, vencido la furia del mar y el desgaste del viento o del sol… y que necesita una bahía generosa (Benedetti) en donde reponerse, reencontrarse, tomar fuerza, afianzarse. Cuerpo cansado que llega al final de la jornada con las últimas fuerzas y que asume el descanso como estas playas a las que llega el náufrago fatigado que ha logrado sobrevivir a todas las dificultades.

· Somos – a veces - el cuerpo que se deja hacer, que se entrega: al dentista, al dermatólogo, al kinesiólogo, al que rasura o arregla el cabello, especialmente al médico que revisa, hurga, palpa, hunde sus dedos, pasa sus manos, nos da órdenes, anota, aplica aparatos, escucha, busca señales, nos desnuda, nos ordena, nos pide obediencia, nos mide, nos pesa, critica nuestro estilo de vida, ordena los alimentos, los rituales, los movimientos; y también nos anestesia, abre nuestro cuerpo, extrae, compone, sutura, extirpa, cura. El cuerpo es el que revela su interior nouménico en una radiografía, en una ecografía, en una tomografía, en un centellograma, en una endoscopía.

· El cuerpo es el que – presuroso - nos restituye y nos factura la cuota de nuestros excesos y el que se nos revela y nos entrega una enfermedad que no buscamos, una patología que no sabíamos que teníamos, un final que se dispara sólo con algunos meses de anticipación. El cuerpo es la dureza de los músculos o la flaccidez del tejido adiposo, los nervios que se tensan y la entrega generosa del placer compartido. El cuerpo son sus olores primitivos y los baños y las cremas y los perfumes y los cuidados.

· El cuerpo es el que nos avisa que los años van transcurriendo y que la edad no pasa en vano: el oído ya no llega hasta el fondo del salón, la vista se acorta para ver de lejos y se aleja para ver de cerca, no resulta fácil subir las escaleras y respirar sin agitarnos, los controles médicos nos llenan de advertencia… y no importa que nuestro interior esté lleno de vida, cuando el interior dialoga con el cuerpo, éste le recuerda que no puede, que no debe, que no quiere. Hay una lucha entre los años que avanzan y un interior que resiste. Algo que expresa con mucha claridad PHILIPS ROTH en EL ANIMAL MORIBUNDO (Alfaguara. 2002): “Para quienes todavía no son viejos, ser viejo significa que ya has sido. Pero ser viejo también significa que, a pesar de haber sido, además de haber sido y aunque hayas sido en exceso, sigues siendo. Lo que has sido está muy vivo. Todavía eres, te obsesiona tanto el ser todavía y su plenitud como el ya haber sido, lo pretérito. Considera la vejez de este modo: que tu vida esté en juego es un hecho cotidiano. Uno no puede eludir el conocimiento de lo que le aguarda dentro de poco. El silencio que le rodeará para siempre. Por lo demás, todo es lo mismo. Por lo demás, uno es inmortal mientras vive”.

· El cuerpo – en suma – nos sobrevivirá por breve tiempo, con obscena mezquindad cuando nos hayamos ido y aparezca allí inmóvil, extraño, imperturbable para quienes vengan a despedir lo que fuimos, pero lo que ya no somos.