domingo, marzo 25, 2007

071. RE-CONSTRUIR LA HISTORIA

A partir de un viejo escrito de los años 70, denominado EL SILLON creo que me espera un proceso de reconstrucción de un pasado que ya podría destapar:
-- FUERON APARECIENDO TODOS LOS "LLAMADOS"
-- LA PARTIDA, EL VIAJE, LA DESPEDIDA
-- LOS PRIMEROS ENCUENTROS. LAS PRIMERAS LLEGADAS. RAYMUNDO.
-- DOLORES Y AUSENCIAS. LA ENFERMERIA.
-- MIEDO Y SUFRIMIENTO. LOS REGRESOS Y LOS RELATOS LEGITIMADORES.
-- AMISTADES PARTICULARES
-- UNA GALERIA DE PERSONAJES
-- ¿FELICIDAD O RESIGNACION?
-- VACACIONES.
-- ENTRE VARONES. ¿PUEDE ACALLARSE EL CRECIMIENTO Y LA SEXUALIDAD?
-- RITUALES COTIDIANOS: DORMITORIOS, ESCRITORIOS, BAÑOS, IGLESIA, COMEDOR
-- DISCIPLINA Y CONTROL: LAS MIRADAS OBLICUAS O DERIVADAS

070. TODO REGRESO ES MUY DIFICIL + "SIN DESTINO"

La película húngara tiene un inicio incierto. Uno supone que se trata de otra película sobre la presencia de los judíos en la segunda guerra mundial y detalles sobre el exterminio. El color sepia y los tonos marrones del inicio anuncia una historia que va creciendo lentamente para llegar a una versíón antológica del infierno de los campos de concentración menos conocidos.
Aunque la partida es lenta y a todos los va sorprendiendo como la vida queda a merced de quienes deciden por todos y que con eufemismos van nombrando lo que no es mas que el pasaporte al sufrimiento, al trabajo forzado y a la muerte, la película permite ir viviendo junto con el protagonista - un adolescente húngaro y judío de 14 años - el juego de la existencia y las situaciones límites.
Una vez en el campo de concentración, la degradación paulatina de la vida que se refleja en los cuerpos, en los rostros, en el cuidado de uno mismo, en las relaciones y, finalmente, en los motivos por los que los seres humanos aceptan seguir viviendo o dejarse morir son reflejado paso a paso en un gris que va neutralizando cualquier tipo de color, con el mínimo juego de luces y sombras.
En ese escenario, la película trata de descubrir pequeñas gozos, mínimas esperanzas que contrastan con la vida normal y cotidiana del Budapest de los inicios.
Pero lo curioso sobreviene casi sobre el final: cuando finalmente el infierno parece llevarse toda esperanza, se produce la derrota de los alemanes, el abandono del campo y la llegada de los aliados. Pero retornar a la realidad no es fácil. Uno cree que el infierno está solo en el campo... pero el infierno es connatural a la humanidad. No sabe si debe regresar a Hungría o hacerle caso al oficial de los EEUU que le sugiere otro destino europeo...
Y cuando finalmente - y en medio de muchos contratiempos - regresa a su ciudad: no hay nadie esperándolos. La normalidad post-guerra no incluye a los que han sobrevivido al exterminio. Todo lamentan y describen los campos de concentracíón, todos quieren saber detalles de ellos... pero a nadie le interesa hacerse cargo de los sobrevivientes. La normalidad es inhumana. La guerra ha elegido - por azar, como el protagonista detenido en un viaje hacia el trabajo - las víctimas, y los que se han salvado han logrado mantener los bienes, los afectos, la vida... ¿como hacer para compartir todo este mundo recuperado con los que se imaginaban definitivamente ausentes?
Su padre ha muerto, su madre seguramente lo espera vanamente, la segunda esposa de su padre se ha vuelto a casar con quien le ha salvado y multiplicado los bienes, los vecinos entienden todo pero no se pueden ocupar de èl, su casa ya no le pertenece, no sabe en suma si es húngaro o si hay alguna razón para seguir siendo judío...
Cuando baja a la plaza con la que se abre la película comprueba que es una hora en la que en el campo de concentración hay rituales inolvidable. Descubre que algo de la felicidad estaba en esos pequeños gestos. Supone que de la misma manera como luchó por sobrevivir, deberá luchar en el futuro que le espera... y sobre todo luchar por conservar la memoria sobre lo acontecido, ya que es fácil sepultar en el olvido el pasado, por mas traumatico que sea.
Esta historia de los finales, de los regresos a casa, de los reencuentros o de los olvidos, de los verdaderos infiernos, de los niveles de humanidad que se viven es el gran hallazgo de la película con diálogos e imágenes memorables.
Para pensar y transferir a otras historia que solemos vivir. O ya hemos vivido.