viernes, noviembre 17, 2006

PREFERIRIA NO HACERLO

Un extraño libro, un cuento largo, en realidad, llegó a mis manos - desde un recóndito estante de mi biblioteca - por la recomendación y referencia de Paula Sibila: Bartleby, El escribiente de Menville. Es un texto curioso, de 1853 en donde se plantea una situación kafkiana antes de la aparición de Kafka: esos sinsentidos que nos rodean en la vida cotidiana por los que las cosas suceden sin que podamos dar cuenta de la razòn por la que efectivamente suceden... y a su vez la imposibilidad de poder cortarlas, darles otro giro, producir el cambio. Bartleby - en el relato del abogado que lo emplea como escribiente en su estudio - es un empleado fiel que construye el mundo y sus decisiones según su antojo. Nadie lo mueve de su mundo ni de sus decisiones. La frase que recorre todo el texto, es una frase mortal: Preferiría no hacerlo... De esta manera el escribiendo se aisla, renuncia a obedecer, no da explicaciones, hace lo que le parece y termina ignorando todos los preceptos: los laborales, los sociales, los relacionales. Esa extraña actitud que finalmente se sumará a un estado de absoluta pasividad e invasión del bufet del abogado lo llevará a ser encerrado en una prisión y terminará muriendo en ella por la repetición de la misma frase: Preferiría no hacerlo. El verbo preferiría se convierte en un escudo que deja abierta una posibilidad que en realidad nunca existe, por Bartleby no está dispuesto a ningún cambio, nada en él admitirá algún cambio de actitud. Es un relato curioso, contagioso, con una situación al mismo tiempo disparata y posible, en el contexto de una ocupación, la de escribientes, que ocupaba mano de obra necesaria para dar cuenta de las necesidades administrativas del período... Los escribientes eran - seguramente - un producto de las escuela de la época y una ocupación subordinada al pensamiento y a las determinaciones de las profesiones relevantes de la época.

No hay comentarios.: