Algunos arman triángulos perversos. Yo armo triángulos armónicos. No uno, sino varios. Y entonces sacaste una curiosa botella de tequila y en medio de comentarios me serviste y te serviste. Duro de tomar para quien está acostumbrado solamente a un buen malbec o a un champagne respetable. Lo curioso vino después: alguien llegó mas tarde y sólo pidió tequila, le serviste y se lo tomó. Cruzamos las miradas complices: creo que era uno de los triángulos de tu explicación.
lunes, julio 02, 2007
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