sábado, agosto 11, 2007

158. PSEUDO-DIONISIO. EL MONAQUISMO Y EL REGRESO

Hay varios libros sobre mi escritorio, frente a mi computadora. Quiero certificar el valor de cada una de las afirmaciones sobre los aportes de DIONISIO, el PSEUDO DIONISIO, a quien se le atribuye presencia en el siglo V y se lo hace contemporáneo de PABLO en el Areópago. Levanto la vista y los vuelvo a ver: allí están. Nuevamente. Se han sentado y ríen. Creo que se predisponen a una larga conversación. Han preparado café. Teología negatiga, teología positiva. Pienso en la relación que deberé hacer con Escoto Eriúgena. Y vuelvo a escuchar la risa cómplice que asoma por encima de mis textos y de mis anteojos.
Hablan de un viaje. Escucho retazos de la comversación: han viajado de noche. El clima, la cercanía y la complicidad les han permitido un goce profundo. Miden en kilómetros la conversación y la entrega. Hablan de las maravillas de las manos. Vuelven a reir y se abrazan.
Yo vuelvo a la teología superlativa. Y de Dionisio paso a Isidoro de Sevilla. Me río de la clasificación de su epistemología: la forma de hacerlo se asemeja a los delirios que Borges produce y nos entrega como verosímil.
Ella se ha parado frente a él, que sigue sentado y la abraza: "El viaje de regreso fue simétrico. Disfrutamos los dos, ¿recuerdas?. Mientras en el de ida yo te dejé hacer primero y te pedí luego... en el de regreso pudimos jugar juntos, aunque vos no aguantaste tantos kilómetros"... La única figura fundida en un abrazo se recorta contra la pared. No hablan, abrazados solamente respiran juntos, muy juntos.
Regreso a mi historia, a los monasterios medievales, a su estructura, al rigor de sus horarios, a las reglas de San Benito. El material es bueno. Selecciono lo mas importante para armar el escrito y desarrollar la clase.
Se han levantado y van hacia la puerta. ¿Fue un martes o un miércoles? Ya no lo saben. Pero las manos fueron un festival de exploracíón y de conquista, acompañandos por una respiración que se agitaba y palabras apenas murmuradas. "En esas circunstancias es difícil no decir algo que sobre"... y fue difícil el regreso, pisar tierra, volver.
Los monjes construyeron la edad media, los monasterios, la cultura con ritmo de eternidad: aquí todo se ha vuelto fugaz. Hay dos tiempos que se encuentran en estas líneas. No sé cuál es el real.

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