miércoles, noviembre 14, 2007

216. NUEVE Y CATORCE DE NOVIEMBRE

Hay algo de liberación y algo de dolor en este exponerse y mostrar.
Porque es uno mismo en que libera los fantasmas.
Es uno. Y está allí, desnudo, buscando en donde refugiarse.
Y te corren todos los refugios.
Y trata de nombrar lo que le pasa.
De darle palabra a los síntomas, destino a las preguntas.
La dura sensación de no ser ya el que era y no sabe quién habrá de ser.
Y el mundo se da vuelta y se derrumba.
Y allí estoy, emergiendo.
Me resisto, cedo, retro-cedo, avanzo torpemente.
Me han quitado todas las recetas.
¿Clausuras? ¿Qué clausuro?

No hay comentarios.: