martes, julio 01, 2008

318. SUFRIENDO PERO AL FIN LIBRES


Fue una larga espera, de 20 partidos, de sufrimientos exagerados, de desiluciones, de aceptarlo todo... pero ese viaje a Avellaneda, la multitud que rondaba por las calles, la que teñía de celeste y blanco el estadio bajo el sol del invierno, la camaradería que provoca un transitorio encuentro y que luego se diluye para siempre, apenas se abren las puertas de salida y todos salimos disparados para nuestros lugares habituales.

Hay mucho de irracional en todo esto, pero al mismo tiempo, de necesaria carga irracional, porque no hay motivos verdaderos para asignarle la importancia que en los hechos uno le asigna.

Estábamos muertos, parecíamos muertos, pero hemos resucitado después de los tres partidos de horror (Colón, Belgrano, Belgrano)... y eso nos transforma en inmortales. Al menor por un tiempo. O para siempre.

Y fue un placer compartirlo con Jorge y con Carlos, como en otros momentos (con la gauchada de Héctor que nos consiguió la entrada necesaria).

No hay comentarios.: