domingo, julio 05, 2009

391. LA OLA + UNA SEMANA DECISIVA



ESENCIA. UNIDAD DE TIEMPO Y DE ACCION.
La escuela alemana LA OLA (2008) – a diferencia de la francesa ENTRE LOS MUROS (2008) - no muestra su vida normal, sus clases, sus ingresos, sus pausas, las típicas relaciones de profesores y alumnos. Por el contrario LA OLA trabaja escenarios distintos: (1) la clase, pero en una semana especial, destinada a proyectos innovadores, (2) la pileta de natación en el que practica y compite – con empeño y violencia - el equipo escolar de waterpolo y (3) el teatro en el que un grupo de alumnos autogestionan el ensayo de la obra del suizo (1955) FRIEDRICH DÜRRENMATT, La visita de la anciana dama. Es una obra muy curiosa e indirectamente asociada al tema y problema de la película toda. He aquí su argumento: CLAIRE ZACHANASSIAN, la anciana, vuelve a su pueblo natal - donde en su juventud sufrió graves humillaciones, ya que Alfred, su amante de juventud fue el responsable de un acto ruin y Claire es echada del pueblo, embarazada y vilipendiada, para convertirse en prostituta - convertida en una multimillonaria capaz de transformar la miseria y las penurias económicas de sus habitantes; de convertirlas, dinero mediante, en un prolongado bienestar. Pero todo tiene su precio y el de esa mujer está precisamente calculado: para obtener la recompensa prometida todos deberán convertirse en cómplices de un crimen. Lo inquietante es la condición planteada ante los necesitados habitantes del pueblo: una donación de mil millones (la mitad para las autoridades y la mitad para repartirse entre los habitantes) a cambio de una particular forma de justicia (en realidad: venganza): encontrar a ALFRED para matarlo. La propuesta, es unánimemente rechazada por todos (los principios no se negocian), pero termina sin embargo corroyendo las convicciones de todos y cada uno de ellos. Frente a ellos está un futuro de miseria; la solución: una existencia con una moral negociada a cambio de un mejor nivel de vida. El ambiente se va enrareciendo a medida que todos imaginan las posibilidades de un nuevo tipo de vida, intuyendo que al final tomarán la decisión que cambiará para siempre sus vidas.

Más allá de la escuela están la ciudad, la casa del profesor Rainer, los hogares de los alumnos, con sus problemas. La escuela tiene sus muros, pero la vida interactúa dentro y fuera de los muros. Los muros son permeables o están saludablemente agrietados. Tanto en el teatro como en la pileta, las cosas no andan bien. Al grupo de actores le cuesta organizarse y poner en funcionamiento el proyecto por la falta de control de algunos de sus integrantes. Al grupo de jugadores les falta disciplina y entrega para constituirse en un equipo competitivo. Entre la indisciplina y la falta de motivación los adolescentes no logran en ninguno de los dos casos llevar adelante sus propósitos.

Y entonces comienza la acción. A RAINER WENGER (JURGEN VOGEL) profesor educación física y responsable del equipo de waterpolo del instituto le ha tocado el tema de la Autocracia (Sistema político en el que un solo gobernante ejerce el poder sin limitación de su autoridad. Dictadura, absolutismo, tiranía, despotismo, autoritarismo, totalitarismo) para las actividades de la “semana de proyectos especiales”. No es realmente su tema preferido ya que hubiera querido hacerse cargo de la “anarquía”, ya que en su juventud había sido un ocupa en Berlín y participado en numerosas manifestaciones de izquierda. Aunque interviene ante la Directora del Instituto, su colega, el Dr. Wieland, se niega a hacer el cambio. Esa es la unidad de tiempo (la semana) que se une a la unidad de referencia espacial: la escuela y principalmente la geografía del aula.

Para algunos de los alumnos la escuela y sus proyectos son la única salvación frente al entorno familiar que tienen. Antes de iniciar “la semana”, la sociedad de los estudiantes parece sumida en el desorden, la falta de motivación, la inseguridad y ausencia de sentido. La semana de proyecto no representa en sí mismo ninguna revolución, sino una alternativa pedagógica prevista que no despierta demasiadas inquietudes. Planteado el estado de situación y aceptada la misión de coordinar la semana especial de proyectos sobre la autocracia, día a día se produce el desarrollo de la película, junto con las transformaciones de los participantes

PRIMER DIA: LUNES: CREAR EL ESCENARIO, CONSTRUIR EL RELATO. LA IDEA
Aunque el profesor pretende motivar la participación y el desarrollo, los alumnos están más que hartos de discutir el nazismo o los temas del pasado, recorridos permanentes en las escuelas alemanas. Sólo algunos sospechan que el tema puede volverse interesante ante la posibilidad de que un neo-nazismo sea posible. Rainer comprende que la única manera de llevar adelante el proyecto y sus discusiones es convertirlo en un experimento activo con toda la clase, en convertir la propia clase en una autocracia.
En primer lugar, decide constituirse, auto-designarse (no puede ser democrático ni el inicio) como líder, una figura de autoridad indiscutida. Inmediatamente instaura un relato y un ritual, sin que el grupo se le oponga: ordena a los alumnos que le llamen SR. WIELAND desde ese mismo momento, y siempre dirigirse a él en pie. De un momento a otro la clase asume un clima de disciplina y concentración. Rainer los apremia con el rigor, la disciplina y la concentración. Este juego de representación y de simulacro los envuelve a todos, ya que todos suben al escenario para volverse activos participantes. Los que no aceptan el juego del relato, el simulacro del ritual son expulsados. Los disidentes, los heterodoxos no pueden permanecer en comunión con el resto. Y el mínimo desgranamiento se produce inmediatamente. En un giro improvisado (o no), en una vuelta de tuerca, se modifica el destino de todo: la clase se ordena, hasta las imágenes muestran con cámaras desde arriba, bancos más alineados y alumnos militarmente sentados, y en todos los momentos el curioso uso del pizarrón. También hay – en el grupo – disensos encubiertos, estratégicamente postergados. Los ecos de estas ideas llegan hasta las familias de los alumnos que no logran entender el experimento, ya que fuera el contexto nada puede ser entendido plenamente.

MARTES. IMPONER UN ORDEN Y DISCIPLINAR CUERPOS Y MENTES. LA CAMISA BLANCA
En vez del caos y el ruido de toda clase, Rainer tiene ante sí una clase ordenada y de comportamiento impecable. Sabe que tiene que lograr la cohesión del grupo, la unidad indestructible, para proponerle los ideales: “fuerza a través de la unidad.” Esta unidad necesita recuperar fortalezas y desarticular debilidades: los alumnos con menor rendimiento y más inquietos deben sentarse con otros alumnos con mejores resultados, ya que “si todos trabajamos juntos y rendimos más, seremos más fuertes.” La estratégica redistribución del espacio es una forma de disciplinamiento reticular que reparte responsabilidades: el líder delega la mirada panóptica y el control en todos, porque así multiplica su poder en proporción directa al número de participantes de la experiencia. Surge la necesidad de proponer UN UNIFORME (camisa blanca) Rainer utiliza siempre la misma técnica: lanza la idea o acepta la idea de los alumnos; abre la ronda de propuesta y cierra con una determinación que deben aceptar todos (aun cuando no todos estén de acuerdo). Inmediatamente, los alumnos utilizan su tiempo disponible para poner en práctica la idea: comprar o acondicionar las camisas blancas. Lo de las camisas no es un dato anecdótico: porque las camisas han sido en el siglo XX signo de identidad ideológica: inspirados por los camisas rojas de Garibadi, los camisas negras se organizaron por Benito Mussolini como el instrumento violento de su movimiento fascista. Su ethos y uniforme fueron imitados por otros que compartían la ideología fascista, como los nazis alemanes, que reservaron el negro para la guardia personal de Hitler (SS) y eligieron las camisas pardas para las SA, de función similar a las negras italianas.

MIERCOLES: IDENTIFICACION GRUPAL Y AISLAR EL DISENSO. EL NOMBRE Y EL LOGO
Una de la alumnas (Karo) es la que se atreve a desobedecer la orden, porque – en última instancias – es un juego arbitrario en el que la orden no tiene validez: no es la escuela o el profesor el que lo ha ordenado; es una orden convenida, un acuerdo entre partes que no han firmado el acuerdo: una construcción social muy curiosa, pero muy real. Pero Karo se convierte en una extraña entre sus pares, y como no ha obedecido el acuerdo, queda excluida. Desde ese nuevo lugar (exclusión), puede analizar mejor las cosas que van sucediendo y entrever la trampa. Determinan ponerle un nombre al grupo-movimiento. Llueven propuesta y Rainer termina aceptando la sugerencia de Marco, el novio de Kalo: LA OLA.
La energía de LA OLA comienza a volverse expansiva, atraer a otros alumnos y se extiende al grupo de teatro y al equipo de water polo. En lugar de competir entre ellos, de repente los chicos comienza a unirse entre sí y cerrarse sobre el grupo: hay un orgullo en la pertenencia y en la lucha común. Su espíritu sectario resulta infeccioso. El entusiasmo de los miembros de LA OLA es imparable: Sinan utiliza sus dotes creativos y diseña un logo para ellos. Tim les crea un sitio web, montan su propio blog. LA OLA va ganando fuerza. Rainer lo llama “Fuerza a través de la acción,” un lema que sus seguidores no tardan en hacer realidad: en una sola noche llenan las paredes de la cuidad con graffittis con el logo del grupo. “¡Esta es nuestra señal !¡Vamos a darle la vuelta a esta ciudad como una ola!” No se trata de algo resuelto con Rainer, sino solo una proyección del entusiasmo y de sus convicciones de los mismos alumnos.

Entre tanto la vida de Rainer tiene su propia historia: en la casa, en el lago en el que nada, en su casa con su mujer, colega docente del Instituto que ve crecer la idea y que le advierte que puede írsele de las manos, en su escritorio pensando nuevas ideas para incentivar a los chicos, en las aclaraciones que debe realizar ante sus colegas y ante la directora (que comparte ese aire de renovada disciplina que Rainer ha creado). Curiosamente LA OLA – mas allá del responsable pedagógico - se transforma en un movimiento que fluye por fuerza propia, que es mas que resultado del creador, que tiene vida propia, que se expande sin poder controlarse.


JUEVES: LA OLA LO INVADE TODO. NO HAY RETORNO
Sinan y Bomber son los alumnos que inventan el saludo y se lo proponen a Rainer. “Todos los grupos tienen su saludo ¿no? Como el Poder Negro.” El grupo comparte todos los rituales: sólo los que lo acatan, pueden pertenecer, los demás son eliminado o no se les acepta el ingreso. Karo decide que es el momento de detener el delirio, y se enfrenta a Rainer: todo se ha descontrolado y puede tornarse ingobernable, una idea que también comparte la esposa de Rainer en discusión doméstica. Rainer se defiende afirmando que se trata de una idea genial que está dando resultados óptimos, y proviene de un simple profesor de Educación Física con una formación de segundo nivel en el tema social y político. La admiración por el líder lleva a uno de los alumnos mas consecuentes a abandonar su casa y convertirse en su guardaespaldas, en si defensor incondicional. El poder de la OLA se expresa en violencia contra los extraños dentro y fuera del territorio y el horario de la escuela.

VIERNES: LA LUCHA Y LA REBELION
Los alumnos de LA OLA organizan una fiesta de iniciación y mucha bebida en la playa, mientras los opositores y rebeldes tratan de advertir sobre el peligro latente a través del sitio de Internet y distribuyen panfletos por toda la escuela para enfrentarlos, con la frase: “¡Paremos LA OLA!”. Aunque las sospechas recaen inmediatamente sobre Karo, no tiene el efecto deseado porque frenan la distribución de los volantes.
Sin embargo, lo urgente es respaldar el partido final de waterpolo contra otra colegio, la principal responsabilidad institucional del lider, Rainer. LA OLA con sus camisas blanca lo invaden todo. Aunque el equipo está jugando muy bien y se entrega a pleno, el clima se descontrola y hay violencia en todos los sitios. En realidad Karo y Mona logran irrumpir en una de las hinchadas y empiezan a repartir los conocidos folletos de “¡Paremos LA OLA!” por todas partes. Hay golpes en las gradas y surge una pelea entre los jugadores en el aula. El árbitro cancela el partido. Y hay un cruce de responsabilidades entre diversos sectores.
Hay un momento en que el líder se da cuenta (si así lo desea) que ha creado un monstruo que ya no puede dominar, que los subordinados no piensan, ni siquiera obedecen, generan nuevas órdenes y nuevas obediencias en una catarata imposible de detener, porque el monstruo tiene vida propia y ya no reconocer al creador. Ponen en boca y pensamiento del líder lo que ha dicho y lo que debería decir. LA OLA tiene un movimiento ingobernable. Asombrado por lo que sucede y por sus reacciones (le ha pegado a Karo) Marco – un incondicional del líder - acude a casa de Rainer y le suplica que ponga fin al experimento. Rainer se da cuenta de que todo ha ido demasiado lejos, pero no sabe si debe o puede parar LA OLA… y desconoce la forma de detenerla, porque no sabe – a ciencia cierta – si tiene poder real para intervenir.

SABADO: EL FINAL ¿EL FINAL?
A Rainer no le queda otro remedio que citar a todos los miembros de la OLA al gimnasio, pidiéndoles discreción y presencia obligatoria para tomar una decisión. La película llega a una tensión suma. La escena de la clase vista desde un Rainer que avanza dando la espalda a la cámara replica la presencia de Hitler frente a sus soldados. La tensión de la narración genera una incertidumbre con respecto al final: ¿cuál es la salida políticamente correcta? ¿Cuál es la salida humanamente posible? Cuando se logra un proceso de concientización ideológica, de convencimiento indiscutible y de obediencia ciega, ¿Cómo se los puede frenar?
Rainer es el que – desconcertándonos - sabe cómo moverá las piezas hasta el final. Nada es lo que parece… pero a veces el que mueve las piezas del tablero no es el último; a veces hay alguien más arriba o las piezas se rebelan y toman vida propia… Hay algo de LA CAIDA y algo de LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS en el imprevisto desenlace.
Por eso, el final. Y esa soledad definitiva que hemos visto en otras películas sobre episodios de la historia del siglo XX. Realmente es un instrumento de análisis para revisar la historia fáctica, para entenderla y para analizar los diversos grados de responsabilidades que producen estos hechos… Porque la película filmada en Alemania trae reminiscencias del régimen nazi. Pero LA OLA no tiene un contenido específico: es una estructura, una autocracia, una forma de gobierno y de manejo de la sociedad… y puede funcional como instrumento apto para cualquier ideología, de todos los signos: derecha, izquierda, transformaciones revolucionarias, reacciones conservadoras, etc. Lo importante es darse cuenta, generar siempre un pensamiento crítico que pueda permitir la vigencia permanente del pensamiento.
Curiosamente – y contrastando con la película francesa - ¡que bien funciona la escuela para este tipo de instrumentos! ¡Cómo responden los mecanismos disciplinarios tradicionales, las miradas, los ordenamientos, los panópticos a estos objetivos de órdenes y obediencias, de convicciones y relatos victoriosos!!! Es la escuela moderna…¿es la escuela que aun necesitamos?.

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