sábado, diciembre 23, 2006

LOS CUERPOS Y SUS PERSPECTIVAS

Los cuerpos que dejan de ser nuestros, vuelven a la región de los extraños y recuperan la dimensión de los objetos. Nuevamente los medimos, los admiramos o los condenamos. Podemos detenernos en sus partes, prescindir de otros aspectos, hasta negarles cualquier tipo de interioridad. Puede ser que exciten nuestra imaginación o despierten nuestra sexualidad. El juego de las imágenes que recorren los medios sabe de esta una fascinación por los objetos y nos sirve los cuerpos en bandeja – como tantos otros productos – para que los deseemos, los consumamos, alimentemos nuestra imaginación o calmemos nuestros íntimos deseos.Pero no nos unimos a los otros, ni nos separamos de los cuerpos, sino de las personas: no son ellos la causa de la separación o de los enfrentamientos. Hay un interior que libra la batalla y que no toma los cuerpos por rehenes. No nos quedamos ni nos vamos solamente por el cuerpo. Luego, cuando ya lo hemos decidido, allí reaparece el cuerpo – el nuestro y el otro – para producir las evaluaciones favorables o desfavorables con respecto a la elección o a la pérdida.Cuando abrazo a una mujer, cuando la siento mía, ya no estoy pensando en su cuerpo, ya no evalúo sus proporciones porque es un cuerpo para mi… como sé que ella tampoco lo hace por yo mismo soy un cuerpo para ella. Eso puede explicar las parejas desparejas que por momentos se forman o se nos presentan. Si cada una de ellas se evaluaran como cuerpos no se admitirían. Pero los secretos de las relaciones intersubjetivas son más ricas que las proporciones de la piel o de los órganos… y sobreviven a las contingencias de los cuerpos que sufren, se enferman, mejoran, empeora, envejecen y se mueren.Por eso los amores virtuales tienen una construcción tan rápida y espontánea: el otro que habla, de expresa, dialogo, expone sus sentimientos, siente, desea, se entrega… está desprovisto de cuerpo: no tengo que salir a evaluar y a conquistar. Está allí, como estoy yo aquí, dispuestos al encuentro… De alguna manera llegamos a cuerpo siguiendo otro camino que lo relativiza o lo encuadra… Y allí comienzan otras historias.

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