miércoles, enero 10, 2007

NABOCOV

Estoy leyendo - respondiendo a las sugerencias de una amiga - LOLITA de Nabocov. Es admirable la forma con que crea los climas interiores el autor que - por otra parte - tiene una admirable construcción del discurso. Uno está en el interior de Humbert y desde allí parece sentir su respiración agitada y sus deseos. Realmente lo ha logrado superando la posibilidad de alcanzar el objeto deseado. Es el desear mismo el que lo colma y lo sobresalta, y le otorga vida en la medida en que lo sobresalta, lo mantiene tenso, lo inclina hacia el objeto del placer. En torno a él van girando los objetos y las personas, principalmente Lo que sabe jugar su propio juego. "El deseo, aun mas intenso que antes, empezó a dolerme de nuevo" (63) y esta frase sigue a otra, muy bien construida: "La tarde siguió fluyendo, en maduro silencio, y los altos árboles llenos de savia parecían saberlo todo".
Algunas curiosidades: este relato desde la situación de encierro (prisión o condena), se asocia con otras novelas en similar situación: El Túnel de Sábato y La vida de Pascual Duarte de C.J. Cela. Hay explicaciones iniciales que recuerdan las explicaciones de ésta última.
Los datos sobre la niñez, la construcción de la juventud o de la adolescencia y el particular carácter erótico de este período de la vida puede convertirse en fuente de referencia y consulta ya que el protagonista pretende referir datos ciertos...
A seguir leyendo. Llueve: es el clima ideal para hacerlo

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