miércoles, enero 10, 2007

PARA DISFRUTAR

El centro no es un punto.
Si lo fuera, resultaría fácil acertarlo.
No es ni siquiera la reducción de un punto a su infinito.

El centro es una ausencia,
de punto, de infinito y aun de ausencia
y sólo se acierta con ausencia.

Mírame después que te hayas ido,
aunque yo esté recién cuando me vaya.
Ahora el centro me ha enseñado a no estar,
pero más tarde el centro estará aquí.

Siempre es bueno, en ciertas mañanas de enero y de lluvia, volver a las poesías verticales de Juarroz.

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