miércoles, febrero 21, 2007

064. PADRE NUESTRO, O LA PEDAGOGIA BRUTAL

Será, tal vez, que estoy particularmente sensible a este tema. No sensible en el plano de los afectos, sino sensible en el plano de las ideas... pero la película PADRE NUESTRO (2003/ 2004) que recrea la historia de un internado/reformatorio de la decada del 30 en Irlanda (?) presenta con toda crudeza el conflicto de los métodos en el interior de las instituciones religiosas, discusiones que recorriero generosamente los primeros 60 años del siglo XX. La letra y la buena conducta entran con sangre y como los internados no son seres humanos (siempre debe haber una clasificación y des-jerarquización ontológica para legitimar el obrar moral) deben ser castigados, sólo entienden las razones de los palos. La llegada de un profesor o maestro laico (el único en un universo de sacerdotes y Hermanos de las Escuelas Cristianas) que viene de dos pérdidas con sus correspondientes duelos (la muerte de su mujer, ejecutada, y la derrota de la república en la Guerra Civil Española) permite incorporar el despertar de la conciencia en una institución que la ha sabido adormecer en todos sus actores como para tolerar todo y alimentar la morbosidad y el desequilibrio de algunos educadores. No todos son malas personas, pero se convierten en cómplices de lo que sucede. El maestro comenzar a romper esa cadena de violencia con el gesto de convencerlos de que pueden aprender a leer y escribir, que necesitan hacerlo, que pueden estudiar, pueden progresar y salir del círculo de fracasos que los envuelve. Y, luego, será la voz y el gesto que se enfrenta al Hermano que impone una vigilancia alimentada por el castigo feroz, siempre asociado a la religión, a los rezos, a los reclamos de perdón por parte de Dios. Pero sobre todo, el nuevo educador - cuya mirada panóptica se torna vigilante desde la ventana de su habitación, no de los alumnos sino de las prácticas de la educadores - sembrará la conciencia crítica en los mismos alumnos que lentamente sabrán oponerse, criticar y demandar. El mismo maestro se encuentra - porque él lo permite - la resistencia, la duda, la rebeldía por parte de sus alumnos que saben que la realidad que los envuelve no es tan fácil de desarmar y destruir. La "caída del muro" que divide a los dos sectores de internos, es un símbolo de la lucha y del triunfo.
Es fiel al contexto sociohistórico en el que se sitúa pero desnuda una de las situaciones mas crueles que muchas generaciones vivieron, porque la religión dejó de ser - para muchos - una fuente de liberación y de crecimiento para convertirse en un mecanismo de opresión. Apenas pudieron, se liberaron de las ataduras.
Finalmente resulta muy interesante el análisis de los discursos (diálogos, órdenes, advertencias, clases) que atraviesan la película.

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