jueves, mayo 24, 2007

092. 21 y 24 DE MAYO: DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

De vez en cuando la vida/ Nos besa en la boca/Y a colores se despliega/Como un atlas, /Nos pasea por las calles/ En volandas/ Y nos sentimos en buenas manos;/ Se hace de nuestra medida/ ,Toma nuestro paso/ Y saca un conejo de la vieja chistera/ Y uno es feliz como un niño/ Cuando sale de la escuela. De vez en cuando la vida/ Toma conmigo café/ Y está tan bonita que/ Da gusto verla./ Se suelta el pelo y me invita/ A salir con ella a escena./ De vez en cuando la vida/ Se nos brinda en cueros/ Y nos regala un sueño/ Tan escurridizo/ Que hay que andarlo de puntillas/ Por no romper el hechizo./ De vez en cuando la vida/ Afina con el pincel/ Se nos eriza la piel/ Y faltan palabras/ Para nombrar lo que ofrece/ A los que saben usarla./ De vez en cuando la vida/ Nos gasta una broma/ Y nos despertamos/ Sin saber qué pasa,/ Chupando un palo sentadosSobre una calabaza...
Suena Serrat y fue en él y en esa canción que pensé cuando la vida ofrece regalos como los del 21 o del 24... De pronto, sin que uno lo pida o lo organice, sino porque generosamente llega quiere estar, se muestra. Y las palabras obran el milagro... y cuando las palabras le han puesto el nombre exacto a las cosas, la vida irrumpe para llenarlas de sentido. Y uno toca el cielo con las manos, se llena de milagros, disfruta a mares, se entrega y encuentra el rincón exacto, la medida que faltaba. ¿Quién o cómo se puede olvidar cada detalle de estas dos mañanas: la del 21, a las 10,00 y la del 24 con un sabor a eternidad que pobló la geografía minúscula de lo cotidiano?

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