sábado, mayo 19, 2007

089. BABEL O LA DESPROTECCION DE NUESTRO TIEMPO

La película BABEL es realmente una bella película, una dolora versión del mundo en que vivimos, de la orfandad y la desprotección en la que nos movemos, de la in-comunicación que nos rodea. Es un canto a la construcción de historias y a un guión ocurrente que salta por sobre lo pre-visible y anticipable para enhebrar tres historias en tres geografías muy distintas (los inhóspitos paisajes de Marruecos, la superpoblada ciudad de Tokio, la frontera de EE.UU y México, en San diego) sin aparente conexión pero plenamente articuladas. Las tres historias que se unen a partir de juego de los primitivos niños marroquíes que juegan con el rifle y terminan hiriendo - sin saberlo - a una turista norteamericana... y que luego establece un puente hacia el mundo de los inmigrantes mexicanos (cuando sus dos hijos al cuidado de una ilegal terminan festejando un casamiento del otro lado de la frontera y sin poder regresar a casa) y a través del rifle se proyecta hacia un departamento japonés en donde está su dueño original que confiesa habérselo regalado a un lugareños en Marruecos. Las historias arrancan sin explicaciones previas y se cortan sin dar mas cuenta de lo que habrá de aconteder. Y a su vez cada una de ellas es una parte de una vida que tiene además mas historias: el casamiento, la adolescente sordomuda y aislada que vive con su padre porque su madre se ha suicidado, el conflicto del matrimonio que no puede alborar el duelo del hijo muerto.
Y esa historia es el reflejo de lo que pasa, de lo que nos pasa: abandonados, lejanos, des- cuidados poco podemos hacer por nosotros y menos por los demás. Nadie ayuda a la mujer herida que siendo ciudadana del primer mundo está muriéndose sin remedio en una geografía ajena a todo progreso; nada se puede hacer por la adolescente que pretende conquistar con su cuerpo la comunicación que nadie le brinda; nadie entiende a la inmigrante ilegal que se sabe la madre real de los niños norteamericanos pero que es expulsada del país y regresada a México. No hay salvación, apenas algunos gestos para sobrevivir en un mundo sin fronteras que sin embargo las ha fortalecido a todas y nos ha sumergido en el desamparo.
Para verla, pensar juntos y discutir a fondo.

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