lunes, mayo 28, 2007

098. PERFUME

El perfume que sobrevive no es mi perfume. No es el tuyo. Es otro, distinto, diferente. No podríamos rastrear o encontrar. En otro perfume. La conjunción de los perfume en el juego de la piel es una esencia maravillosa que enviarían los inventores y productores de perfumes. Porque es la piel, tu piel, mi piel, el roce de ambas, el juego de los poros. Y de allí salen los perfumen colocados y los perfumes naturales para intercambiarse. No es que al separarnos nos queden – culposos – los perfumes mutuos: nos queda un solo perfume construido cada vez en el encuentro lleno del amor. El juego de la pasión se llena de sustancias que nos embriagan y que nos identifican. Nosotros nos convertimos en los fabricantes de la esencia original. Ya no somos dos: somos la misma cosa, el mismo ser unidos por un aroma que nos envuelve. Y es lindo – cuando ya no estás – seguir sintiéndote en cada centímetro de piel. Quisiera que durara para siempre.

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