miércoles, junio 13, 2007

116. SOBREVIVIR EN EL NIVEL SUPERIOR

La presunta desarticulación entre los niveles no responden a una falta de correspondencia entre los contenidos mínimos que se requieren para ingresar al Nuevo nivel y sobrellevarlo, sino – sobre todo – a un tipo de subjetividad y de cultura que no encaja con la que el nivel superior supone como necesaria para afrontar la nueva etapa.No se trata de conocimientos o de manejos de procedimientos fundamentales (también se trata de ello, pero no en todos los casos) sino de un enfrentamiento de cultura, un desconocimiento profundo de las nuevas exigencias, una incapacidad para lograr decodificar en los hechos las imposiciones requeridas.Las nuevas culturas juveniles trabajan con otros parámetros, se manejan con otros códigos, viven, aprender, deciden, recuerdan, trabajan con ritmos diferentes a los de la cultura adulta.Esto no inhabilita la presencia de muchos jóvenes que – por cualidades o decisiones personales – tienen mayor capacidad de adaptación y lectura a la nueva realidad. Pero no son los más, sino los menos.La desarticulación, ¿es un problema nuevo? ¿ha existido desde siempre? Allí podemos trazar una línea entre el pasado y el presente (aunque debería ser objeto de una investigación específica): en el pasado el problema radicaba en una desarticulación funcional; en el presente, la desarticulación es estructural. Antes, los conocimientos requeridos para el inicio del nivel no eran los suficientes para poner en marcha la maquinaria de apropiación del conocimiento que la universidad demandaba. En este sentido, los exámenes de ingresos, los cursos pre-universitarios, los talleres previos operaban como verdaderos despertadores para un sujeto que debía dar un salto cualitativo hacia una su autonomía y responsabilidad. En el presente, hay un desajuste estructural que requiere otro tipo de intervención.Los docentes de la universidad quieren tener sentados frente a sí a sujetos que ya no existen, que existieron y que existían pero ya no existen. Y cuando descubren a los que están denuncian las fallas de los niveles anteriores. Se equivocan la universidad, sus autoridades y sus profesores cuando abundan en acusaciones contra los niveles precedentes. No son ni el polimodal ni el nivel medio los que crearon esta generación y esta cultura. Puede atribuírseles una falta de dinamismo y movilidad para reaccionar frente a los cambios. Mas: pueden ser acusados de incapacidad crónica para poder efectuar los cambios necesarios… pero lo cierto es que mientras en el pasado – ese que añoran los profesores de la universidad – las escuelas lograban disciplinar las culturas juveniles y aportar los elementos claves para la construcción del sujeto y de la subjetividad… en los tiempos que corren, las culturas corren por otros andariveles, responden a otros creadores y a otros parámetros… y la escuela se uno mas de los elementos y factores que contribuyen a crear la subjetividad de sus usuarios. En algunos más, en la mayoría, menos. Y la misma familia envuelta en crisis de caracteres diversos no representa el factor determinante, sino uno más entre los muchos que acuden a formar al sujeto de las nuevas culturas.Podemos preguntarnos juntos, interrogarnos juntos, buscar juntos… pero seríamos injustos al pretender depositar las culpas en los que ya no están, mientras conservamos el orgullo, el prestigio, el rigor y la pureza de un nivel que parece no hacerse cargo de nada. Como parte de la sociedad tienen la misma (o superior) responsabilidad con respecto a todo lo que pasa y con respecto a las eventuales soluciones que deben encontrarse. Es la tarea que – con realismo – debemos emprender.

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