domingo, abril 27, 2008

295. LADRILLOS Y PENELOPE



Es verdad, Estoy rodeado de ladrillos. Ladrillos apilados esperando que los use. Ladrillos que ya se han alineado en la pared, que han encontrado su lugar, que se sienten orgulloso de estar allí. Han dejado la inutilidad de la pila provisoria y se han instalado en el muro definitivo. Es verdad, no puedo negar: mi vida es una construcción permanente de muros, de vallados, de paredes, de tapias. Ladrillo sobre ladrillo. Un ladrillo cada día. Lo curioso es que no sé, no alcanzo a saber si lo que construyo me encierra, me aisla, me defiende, me ahoga o me libera.
A veces pienso que construyo muros sobre muros, como una gran pirámide para tratar de subirme a ella; a veces imagino que se trata de una gran muralla que divide mi mundo de los extraños; a veces creo que juego con los ladrillos, que no los pego, que simplemente están apilados, prolijamente apilados, obsesivamente apilados, y que bastaría un empujón, un viento de la vida, un tropezón para que se derrumbara el muro y reapareciera el mundo.
Es viernes. Alguien debería ser la nueva Penélope que en lugar de tejer y destejer a la espera de Ulises (que disfruta en la Isla con la Ninfa Nausica), vaya sacando uno a uno los ladrillos que nos dividen. Tal vez estén cansados (como Penélope, cuando los pretendientes la apuran y su hijo Telémaco, urgido por el crecimiento, demanda alguna decisión). Y pienso que no. Los ladrillos no nos dividen, la pared n o está construida para alejarnos o negarnos. No me creen demasiado. Insisto. Tal vez sea necesario desarmar todas las paredes, eliminar los ladrillos (la tentación), o definir juntos qué significa el adentro y el afuera, el aquí y el allá, tu mundo y el mío.
Imagino que se trata de un juego, de táctica y estrategia, que en realidad las paredes están construidas para sentirnos cerca, para protegernos, para definir un territorio, un mundo, una vida. Y a peses pienso que están a mi lado alcanzándome los nuevos ladrillos para los muros necesarios, y a veces que me sumo a tu tarea de desarmar la tierra de todas las paredes.

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