domingo, octubre 26, 2008

340. DIFERENCIAS

Somos responsables de nuestras acciones. No de todas, pero de las mas importantes. Sobre cada una de ellas pesa una valoración. Nuestros actos nos identifican, somos los que hacemos, quedan las huellas de nuestras decisiones.
Hay actos que podemos regresar, corregir, enmendar, volver a hacer, pasar a limpio: una mentira puede volverse verdad, un agresión puede volverse reconciliación y un gesto de amor, un robo, reconocimiento y devolución, una negativa convertirse en un acercamiento, una desobediencia mutar en un acto de aceptación, un desvío en un regreso. La culpa y la conciencia se convierten en rectificación de la conducta, en vuelta atrás, en vida nueva.
Hay actos que no admiten regreso: amar a una persona, matarla, violar su intimidad, un beso apasionado con quien hemos intentado un acercamiento que parecía imposible, la entrega amorosa en una noche sin control o con todos los controles, un embarazo, un aborto, no salvar a alguien que necesita de nuestra ayuda, un acto de tortura, tener un hijo. No todos estos actos son o valen lo mismo, no todos puede encuadrarse en el mismo esquema o cuadro, pero comparte la calificación: están allí para quitarnos posibilidad de regreso, marcan un antes y un después, en cierto sentido nos hacen perder nuestra virginidad. Y la pérdida de la virginidad no tiene regresos.
Y muchas veces, los actos son fruto de deliberaciones y decisiones... pero muchas otras, se producen porque sí, sin que casi, lo pensemos. Y qué humanos somos en todo esto: humano, demasiado humano, definitivamente humano.

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