martes, septiembre 04, 2007

167. MONASTERIOS MEDIEVALES Y EL VIAJE

Podría relatar cada detalle del viaje. El viaje de ida y el viaje de vuelta. Sobre todo ese medir en kilómetros ciertos gestos, ciertas acciones, ciertas intervenciones. Pero sabemos, ambos lo sabemos que hay ya varios viajes que forman parte del mismo periplo. En diciembre del 2006, en junio, en agosto. Y otro, menos turbulentos, pero viajes, al fin. Ambos lo sabemos. Podría hablar de los monasterios medievales, recorrido por viajes tambien... pero prefiero dejar el lugar para este poema que merece una presencia en este lugar, para volver de tarde en tarde a asomarse en él:
Nos desnudamos tanto
hasta perder el sexo
debajo de la cama,
nos desnudamos tanto
que las moscas juraban
que habíamos muerto.
Te desnudé por dentro,
te desquicié tan hondo
que se extravió mi orgasmo.
Nos desnudamos tanto
que olíamos a quemado,
que cien veces la lava v
volvió para escondernos.
Me hiciste tanto daño
con tu boca,tus dedos,
me hacías saltar tan alto
que yo era tu estandarte
aunque no hubiera viento.
Me desnudaste tanto
que pronuncie mi nombre
y me dolió la lengua,
los años me dolieron.
Nos desnudamos tanto
que los dioses temblaron,
que cien veces mandaron
las lavas a escondernos.
Te frotabas tan rápido los senos
que dos veces caí en sus remolinos,
movías el culo lento,
en alto,para arrearme
a su negra emboscada,
su mediodía perenne.
Abrías tanto su historia,
gritaba su naufragio.
Nos denudamos tanto
que no nos conocíamos,
que los dioses mandaron
la lava a reinventarnos.
Te desmentí de cabo
a rabo devolviéndote a
tus primeros actos,
te escudriñé profundo
hasta escuchar la historia
amarga de tu cuerpo,
pues sólo el amor sabe
cómo llegar tan hondo
sin molestar la sangre.
Esa noche la lava mudó
su paisaje en piedra.
Tú y yo fuimos lo único
que se murió de veras.
Fabio Morabito
CUARTETO DE ALEJANDRIA

No hay comentarios.: